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Apps de delivery, nuevo campo de batalla de los gigantes chinos de Internet

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Conectados. En 2017, 343 millones de internautas pidieron comida en forma online. (Foto: AFP)
In this photograph taken on October 16, 2017, a deliveryman sets off to deliver a food order at a restaurant in Shanghai. China's app-based meal-delivery boom of the past two years has introduced several now-familiar phenomena: families and office workers huddling around mobile phones to place orders, delivery scooters scattering pedestrians on crowded sidewalks, and mountains of waste plastic meal containers. / AFP PHOTO / CHANDAN KHANNA / TO GO WITH China-food-lifestyle-restaurants-internet-delivery,FOCUS by Albee Zhang and Dan Martin
CHANDAN KHANNA/AFP

MUNDO

En 2017 se repartió comida por unos US$ 31.000 millones.

Los jóvenes chinos cocinan cada vez menos y se aficionan cada vez más a las aplicaciones de pedido de comida a domicilio, en pleno «boom» en el país.

El empresario Guo Bonan está de enhorabuena. En Shanghái, su cadena 8Peppers cuenta con una decena de restaurantes... pero sin mesas para los clientes.

Solo hay cocinas, por las que desfilan repartidores empleados por estas aplicaciones que llevan la comida a casas, oficinas o fábricas de los clientes que hacen el pedido con un clic en su teléfono móvil.

Las ventas de fideos instantáneos caen desde hace tres años, y los ingresos de los supermercados se reducen porque los chinos cocinan menos.

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Los repartidores uniformados de Baidu Waimai, Meituan y Ele.me (principales aplicaciones móviles del mercado) son omnipresentes. Sus motos zigzaguean entre los peatones y adelantan a los coches.

«En una ciudad en la que todo va rápido, el tiempo vale dinero. La gente no quiere malgastarlo frente a los fogones», explica Guo, de 29 años, quien confiesa sin complejos nunca haber aprendido a cocinar. Entre sus proyectos está asociarse a otra cadena de restaurantes.

Después de un despegue fulgurante hace unos dos años, el mercado es colosal: en 2017 fueron repartidas en China comidas por un valor de 200.000 millones de yuanes (unos US$ 31.000 millones) y se prevé que la cifra suba 20% este año, según el gabinete iiMedia Research.

Repartidores. Por los miles de accidentes de los deliverys, las ciudades han endurecido las reglas de tráfico. (Foto: AFP)
Repartidores. Por los miles de accidentes de los deliverys, las ciudades han endurecido las reglas de tráfico. (Foto: AFP)

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La entrega cuesta varios yuanes (decenas de céntimos de euros), un precio que no desanima a los 343 millones de internautas chinos que, según cifras oficiales, encargaron comida en línea el año pasado.

«El precio del pedido no es crucial. Es eficaz y cómodo, eso es lo que cuenta, sobre todo para los jóvenes», explica el jefe y fundador de Ele.me, Zhang Xuhao.

Con una urbanización galopante, «el potencial chino es todavía inmenso», asegura Zhang, que apuesta por los datos electrónicos para ayudar a los restaurantes a elegir mejor su emplazamiento.

El fenómeno revoluciona la concepción misma de los restaurantes. Algunos se convierten «en simples centros de producción», observa Wang Yuke, del gabinete de peritaje inmobiliario RET.

"El precio del pedido no es crucial. Es eficaz y cómodo, eso es lo que cuenta, sobre todo para los jóvenes", explica el jefe y fundador de Ele.me, Zhang Xuhao.

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Además, esta tendencia representa una oportunidad para empresarios que cocinan... desde casa.

Su Xiaosu, una migrante de 34 años cansada de la precariedad profesional, decidió en 2016 unirse a la plataforma «Huijia Chifan», que permite preparar comida en casa y distribuirla a través de las redes de pedidos de las grandes aplicaciones.

Esta mujer gana ahora hasta 3.000 yuanes (unos US$ 475) por día friendo en su minúscula cocina especialidades de su región, Jiangsu (al Este de China), mientras los repartidores de Ele.me esperan en la escalera. «Mi principal preocupación es que esto acabe molestando a mis vecinos», comenta.

Apoyos y críticas.

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Entre bastidores, este mercado se ha transformado en un terreno de batalla disputado por los gigantes de Internet chino, que ya rivalizan en el pago electrónico y los videojuegos.

Cambio de perfil. Este servicio ha hecho que muchos restaurantes se han convertido en "simples centros de producción". (Foto: AFP)
Cambio de perfil. Este servicio ha hecho que muchos restaurantes se hayan convertido en "simples centros de producción". (Foto: AFP)

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Ele.me («¿tienes hambre?» en mandarín) cuenta con el respaldo del número uno del comercio electrónico Alibaba y anunció el pasado verano la compra de la aplicación rival «Baidu Waimai» del motor de búsqueda Baidu.

Meituan-Dianpin, una empresa emergente valorada en US$ 30.000 millones, cuenta por su parte con el apoyo de Tencent, el operador de mensajería WeChat. Los dos rivales multiplican las promociones y los cupones de regalo para aumentar su participación de mercado.

No obstante, el auge de este nuevo negocio también generó controversia. Varios municipios han decidido imponer un impuesto a las toneladas de desechos de embalajes generados por el sector.

Y las ciudades han endurecido las reglas de tráfico por los decenas de miles de accidentes registrados en 2017 con repartidores imprudentes al mando de los vehículos.

Al mismo tiempo, los efectos se ven en otros comercios del ramo. Las ventas de fideos instantáneos caen desde hace tres años, y los ingresos de los supermercados se reducen porque los chinos cocinan menos. 

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