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Aharon Aharon: "El alto costo del fracaso inhibe al emprendedor"

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Aharon Aharon. Fue uno de los oradores principales del Punta Tech. Foto: Darwin Borrelli.
Nota a Aharon Aharon, israelita, Director de la Autoridad de Innovacion de Israel, en Sinergia, World Trade Center, ND 20180112 foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

ENTREVISTA

El CEO del Instituto de Innovación de Israel dialogó con El Empresario sobre las nuevas "olas" de innovación, el espíritu emprendedor y en qué medida el admirado modelo israelí es replicable en Uruguay

El nombre de Aharon Aharon remite en Israel a uno de los más destacados actores del ecosistema emprendedor en la llamada «startup nation». Como CEO del Instituto de Innovación de Israel, Aharon es responsable por el diseño y la aplicación de las políticas de gobierno para «facilitar» la innovación.

Aunque ahora trabaja en el sector público, Aharon (ingeniero de Sistemas y en Electricidad egresado del Technion) ha desarrollado su carrera en el ámbito privado ya desde sus inicios en IBM. Antes de asumir su actual rol, fue nada menos que CEO de Apple Israel entre 2011 y 2016.

Aharon visitó Uruguay para participar el domingo pasado como orador principal en el Punta Tech, el mayor evento de tecnología del país. Previo al encuentro, el ejecutivo charló con El Empresario sobre las nuevas «olas» de innovación, el espíritu emprendedor y en qué medida el admirado modelo israelí es replicable en Uruguay.

Cuenta que la principal razón para el éxito del emprendedurismo en su país es la sinergia entre el Estado, los privados y la academia. Además, existe un fuerte respaldo económico; el país invierte el 4,3% del Producto Interno Bruto (PIB) en Investigación y Desarrollo (I+D). Actualmente, en Israel funcionan unas 5.000 startups —solo el año pasado se crearon 1.400, de las cuales 600 siguen operativas— y los ingenieros representan hoy el 8,3% de la población (suman 270.000).

—Trabajó en Apple, IBM y ahora para el gobierno. ¿Ve similitudes en el modo de encarar la innovación entre esas organizaciones?

—En realidad, son muy diferentes. En IBM había un alto nivel de innovación pero la conexión con el mercado era menos importante que en Apple. Apple es una compañía muy dedicada a la innovación centrada en la experiencia del usuario, está muy relacionada al mercado. En el sector público no estoy tratando la innovación, sino las políticas para facilitarla. Lo que buscamos es, primero, tener una diferenciación en la innovación desde una perspectiva profunda; luego, tener impacto económico —cómo traducir la innovación en un producto— y tercero, ver si el equipo (de la startup) está armado de forma que sea posible hacer las dos cosas (anteriores).

—¿Cuál es el error más común que cometen los emprendedores, según su experiencia?

—Hay muchos (se ríe). En realidad, hay dos categorías. La gente se enamora de la idea tecnológica sin chequear su viabilidad en el mercado. Ese es el error más común. Y el modo de validar es consiguiendo el dinero del venture capitalist. Si él no valida el mercado, no va a financiarlo y entonces su conclusión fue tonta (se ríe) porque él sí entiende de mercado. También ocurre que muchas startups me dicen: «Tengo un mercado maravilloso. Mis competidores son Google, eBay y Amazon». Esos son gigantes, entonces probablemente si está compitiendo contra ellos, no vaya a tener éxito. Hay un mercado, pero no tiene verdadero acceso. El otro gran error es que si estás en un mercado muy competitivo como startup tenés que correr muy rápido. Si una startup tiene una oportunidad, tiene que correr como loca para lograr (el propósito) y es todo.

"La gente se enamora de la idea tecnológica sin chequear su viabilidad en el mercado".

Aharon Aharon.
Aharon AharonCEO del Instituto de Innovación de Israel

—En Israel, el gobierno financia a los emprendedores. ¿Con qué criterio aplican estos recursos?

—Tienes que aprender a usar el dinero muy inteligentemente. Primero, para identificar faltantes en el mercado. Por ejemplo, si dirige una ciber-empresa, el dinero de privados es muy generoso en ese sector, por lo que el gobierno no toma tanta participación. Pero si está dirigiendo una empresa de pharma, el proceso de I+D es muy largo y el riesgo muy alto, entonces el gobierno debería jugar un rol. Y otro ejemplo es identificar «olas», tendencias.

—¿Qué «olas» de innovación cree que se vendrán a futuro?

—Hoy estamos buscando inversión en computación cuántica, I+D aplicada para precisar la medicina o la agricultura. Estamos buscando esas áreas muy subdesarrolladas y cómo incentivar (allí) la inversión privada.

—¿Qué pasa cuando una startup financiada por el gobierno fracasa y cierra?

—Naturalmente ocurre. Pero una de las cosas que consigue siempre una startup es un préstamo condicional. Significa que el emprendedor nos pide fondos, nos da su plan de I+D, nosotros chequeamos la innovación técnica y si el equipo está listo para comercializarlo. Si la respuesta es positiva, le damos el préstamo y en caso de que la startup sea exitosa, tiene que devolver el dinero en base a las ventas. Si no tiene éxito, nos olvidamos del préstamo. De todos modos, siempre tiene que conseguir inversión privada. Si nosotros le damos el 60% del presupuesto de I+D, tiene que obtener el 40% restante de otras fuentes. Creo que la habilidad de alcanzar a otros para conseguir financiación es la habilidad para tener éxito con la empresa. Porque si solo se basa en el fondo estatal, va a fracasar.

—¿Cuál es la visión del riesgo del Estado al dar estos créditos?

—Nos gusta el riesgo. Cuando un inversor evalúa una empresa, el nivel de riesgo debería ser lo suficientemente bajo para permitir comercializar. En nuestro caso no nos importa. Si es un riesgo alto, mejor. Pero por otra parte está el «efecto de desborde». ¿A qué me refiero? A que si la startup cierra, como el espíritu emprendedor en Israel es muy fuerte, los emprendedores que fracasaron abrirán otra empresa y al hacerlo o al unirse a otra compañía, la tecnología desarrollada en la compañía fallida podría ser útil en otro proyecto. Le doy un ejemplo: Better Place, una compañía de Israel fue la primera que, como Tesla, adoptó el auto eléctrico. Y aunque consiguió US$ 1.000 millones fracasó dramáticamente. Sin embargo, las personas que trabajaron allí se fueron a otras empresas y hoy tenemos 500 startups trabajando en autos autónomos.

"La tecnología desarrollada en la compañía fallida podría ser útil en otro proyecto. Le doy un ejemplo: Better Place".

Aharon Aharon.
Aharon AharonCEO del Instituto de Innovación de Israel

—¿En qué medida Uruguay podría replicar el modelo emprendedor de Israel?

—Podría hasta cierto punto. Desde el punto de vista de la red, sí. Israel tiene una ventaja; al ser muy pequeño como país, todo el mundo se conoce. Pero desde el punto de vista del «hambre» (del emprendedor), no. No sé cuál es la situación en Uruguay pero en Singapur, que también es un país muy pequeño, hay un costo muy alto por un fracaso. Eso inhibe a las empresas... En Israel, si le pregunta a las madres qué van a hacer sus hijos de grandes, el 65% le dirá que se dedicarán a la alta tecnología. Si pregunta lo mismo en Uruguay, probablemente le dirán «empleado del gobierno». Ese es el cambio cultural que debería realizarse.

"En Israel, si le pregunta a las madres qué van a hacer sus hijos de grandes, el 65% le dirá que se dedicarán a la alta tecnología".

Aharon Aharon. Fue uno de los oradores principales del Punta Tech. Foto: Darwin Borrelli.
Aharon AharonCEO del Instituto de Innovación de Israel

—¿Qué puntos quedan por mejorar en el modelo de su país?

—Creo que somos muy buenos en crear valor a partir de la innovación pero no estamos captando valor. ¿Qué es eso? Por ejemplo, usted tiene una startup, crea un prototipo, luego lo desarrolla y empieza con las ventas. Pero para vender en volumen, tiene que tener mucho dinero. Eso puede llevar a que venda la compañía, pero ocurre que el que la compra no reside en Israel. Y eso para nosotros es una gran falla de mercado. Nos gustaría que estos emprendedores construyan toda la compañía en Israel, con toda la cadena de valor. Y la otra cosa para mejorar es que los emprendedores —y es natural— van hacia las «olas» actuales (machine learning, Inteligencia Artificial, analytics, big data) pero para empezar a invertir en esas áreas muy singulares que le decía pasa que algunos actores no están interesados, y es válido porque van a generar valor muy adelante en el proceso, pero para nosotros como gobierno son muy importantes, entonces hacia allí vamos con una serie de incentivos.

Innovación y resiliencia

Frente a los efectos de la automatización del trabajo, el gobierno de Israel está trabajando «muy activamente» para convencer a las industrias tradicionales de introducir la innovación, comentó Aharon Aharon, CEO del Instituto de Innovación de Israel. En ese marco y con la robotización propiciando un aumento de la productividad, es posible que haya gente que se quede sin trabajo, dijo el CEO, pero marcó que en casos desarrollados en Israel el personal asignado a tareas más mecánicas ha pasado a cumplir funciones técnicas. «Entonces, creo que habrá un cambio en las profesiones pero al final del día, será estable», concluyó Aharon.

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