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Se afina el control aduanero y crece la retención de paquetes

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En camino. La gran parte de los paquetes retenidos con retirados por los usuarios, el resto generalmente se retorna a origen. (Foto: Darwin Borrelli)

En el último año se retuvieron más de 29.000 envíos de las compras del exterior amparadas en la franquicia que no abona impuestos, algo más de un 8% de las que llegan en promedio cada mes.

El consumidor uruguayo ya no le teme al comercio electrónico. Reflejo de ello son los resultados del último Ciberlunes de Uruguay (cuando se multiplicaron por cinco las ventas frente al año anterior) como el ritmo de compras en el exterior amparadas bajo el régimen de no pago de impuestos, que también creció. Y para los próximos días se espera una avalancha de paquetes de compras en EE.UU. por el «Black Friday» o «Cyber Monday».

Si bien el consumidor local está más familiarizado con esta forma de compra, por diversas circunstancias no todo lo que se adquiere en el exterior bajo esta franquicia termina rápidamente en sus manos. Más de un 8% (en promedio mensual) de los paquetes que llegaron al país entre octubre de 2015 y octubre de 2016, fueron retenidos por la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), según datos brindados a El Empresario por el organismo.

Y las cifras muestran un incremento en los últimos meses. En agosto de este año la retención llegó al 12,3% (unos 3.434 paquetes) y en septiembre fue de 11,4% (3.212), más del doble que en iguales meses del año anterior, cuando se retuvo un 7,4% (1.498) y 5,5% (1.227) respectivamente.

Tanto en cantidad de unidades como en valor, el arribo de paquetes creció de 2015 a 2016. Según datos de la DNA, en septiembre de 2015 llegaron 22.291 envíos por un valor algo inferior a US$ 1,7 millones, mientras que en el mismo mes de este año fueron 28.154 paquetes por casi US$ 2,5 millones.

Los datos de enero a octubre de este año muestran que Miami es el principal origen de estas compras, con un 61% del total, seguido de China con un 15% y Singapur (14%). Según el último informe del Perfil del Internauta Uruguayo, elaborado por Grupo Radar sobre una muestra de 2.200 usuarios, en los últimos 12 meses (hasta octubre) unas 440.000 personas compraron por Internet en el exterior, cuando un año atrás habían sido 300.000.

Este panorama promovió un cambio interno dentro de la DNA. Así, hace dos meses se creó la Unidad de e-commerce, conformada por un equipo multidisciplinario integrado por el Área de gestión corporativa, Gestión de comercio exterior y Gestión de Riesgo. «A raíz de esta nueva unidad se fortalecieron los controles mediante cambios de procedimientos, cambios de controles y la incorporación de tecnología como nuevos scanners», indicó Fernando Wins, gerente de control y gestión de riesgo de la DNA y responsable de la novel unidad.

Errores y controles.

Según Wins, las retenciones de los envíos las hace la DNA mediante un proceso de selectividad regulado por el Código Aduanero de la República Oriental del Uruguay (Carou). Este se basa en el análisis de diferentes perfiles de riesgo que considera aspectos fiscales, sanitarios y de seguridad, entre otros.

Así, entre enero y octubre, un 40% de los envíos retenidos fueron por problemas fiscales, por ejemplo si se declara algo que no es, o la información del valor de mercadería es errónea. Otro 24% respondió a problemas sanitarios/seguridad como suele ocurrir con perfumes o cremas cosméticas (que necesitan un permiso del Ministerio de Salud Pública) o con semillas, alimentos frescos y plantas (que tienen prohibido el ingreso por el Ministerio de Ganadería). El restante 36% se debió a otros factores, sobre todo a la falta de información o datos erróneos sobre lo que contiene el paquete, o que directamente no tiene la información, indicó Wins.

Tras las retenciones, se envía una notificación a los compradores, quienes deben hacer el trámite en forma personal con la documentación correspondiente y abonando la diferencia según cada caso. Sin embargo, para los envíos que se retuvieron porque superan la cantidad máxima de compras por año (cuatro), se puede optar por el régimen simplificado (si la compra no supera los US$ 200) y abonar un 60% del valor de la mercadería con un mínimo de US$ 10. Si la compra supera los US$ 200, hay que apelar a un despachante de aduana, realizar el Documento Único Aduanero (DUA) y abonar el impuesto según corresponde al tipo de mercadería.

Si la retención fue en el aeropuerto, se debe abonar la tarifa de almacenaje de la Terminal de Carga del Uruguay, que en función del tiempo de estadía, peso y valor de la mercadería, puede situarse entre US$ 13 y US$ 17, dijo su gerente general, Bruno Guella.

En el caso de los couriers privados, el servicio puede contratarse. Por ejemplo, Miami Box cobra US$ 18 por envíos menores a US$ 200, y US$ 60 por paquetes de mayor valor. Por su parte, Lorena Carrau, de Aerobox, dijo que en caso de necesitar despachante, la empresa ofrece el servicio por un precio bonificado. «En el último año no tuvimos ningún caso de abandono; todos fueron retirados o devueltos», señaló.

Es que, si el envío no es retirado en un plazo de 30 días, el paquete se declara en abandono, aclaró Wins. «Son muy pocos los casos. Si no van a buscarlo es porque el valor que terminan pagando supera ampliamente el producto. Cuando sucede eso, lo general es que se retorna el paquete a origen. Hay muy pocos casos en que se decide rematar la mercadería».

Requisitos para evitar retenciones.

Este año cambiaron las reglas de juego para las encomiendas internacionales amparadas en el régimen de franquicia (sin pagar impuestos). No se deben superar las cuatro compras por año civil (enero a diciembre) por persona física, con excepción de libros y medicamentos de uso personal. Los envíos no pueden tener fines comerciales ni superar los 20 kilos. Además, el valor de la factura o declaración de valor no puede exceder los US$ 200 para «entrega expresa» (a través de Casilla Mía del Correo u otros couriers privados) y US$ 50 para «entrega no expresa» (encomiendas postales internacionales de entrega común). El envío debe estar acompañado por la documentación que acredite dicho valor o una declaración de valor en caso de obsequios. La compra debe ser realizada por una persona física mayor de edad con cédula de identidad (uruguaya o nacionalizada), no debe contener productos gravados por Imesi ni mercadería prohibida. Es necesario que el pago se efectúe con tarjeta de crédito o instrumento de dinero electrónico internacional cuyo titular deberá coincidir con el de la compra y el destinatario de la encomienda. Finalmente, todo envío debe registrarse en el Correo o couriers privados.

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En camino. La gran parte de los paquetes retenidos con retirados por los usuarios, el resto generalmente se retorna a origen. (Foto: Darwin Borrelli)

INFORMEAntonio Larronda | [email protected]

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