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Viene desde los vecinos

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Banderas Argentina y Brasil. Foto: Wikipedia - Wikimedia Commons

Opinión

Veamos qué se espera para 2019 en los tres países, de acuerdo con las encuestas de expectativas que relevan los respectivos bancos centrales (mensualmente en Argentina y Uruguay y semanalmente en Brasil).

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A pesar que el nuevo año es de elecciones en nuestro país y que hemos ingresado a él con una mala situación fiscal (por quinto año seguido el déficit estuvo entre 3,5 y 4,0% del PIB y la deuda pública neta ha subido hasta los 40 puntos del producto bruto), las principales fuentes de incertidumbre no vienen desde el frente local sino desde afuera, más precisamente desde nuestros vecinos.

La mala situación fiscal no impide, en el contexto global actual, que se pueda seguir acudiendo a los mercados de capitales para obtener financiamiento, aún en la hipótesis de que se perdiera el grado de inversión, cuya probabilidad aumentó hace pocos meses.

Y lo de las elecciones… lo cierto es que en nuestro país la política económica ha mostrado muy poca variabilidad con el transcurso de gobiernos de diferentes partidos. Es, con sus virtudes y sus defectos, una política de país que no genera sorpresas.

Expectativas.

Veamos qué se espera para 2019 en los tres países, de acuerdo con las encuestas de expectativas que relevan los respectivos bancos centrales (mensualmente en Argentina y Uruguay y semanalmente en Brasil). En particular pongamos el foco en las expectativas de crecimiento económico y en las de inflación y tipo de cambio.

En Brasil, la encuesta publicada el lunes 14 de enero apuntaba a un crecimiento del PIB de 2,6% en 2019, con una inflación (IPCA) de 4,0% y un dólar en diciembre de BR$ 3,80. Dado que en diciembre de 2018 el dólar se ubicó en BR$ 3,886, entonces se espera una inflación en términos de dólares de 6,3%.

En Argentina, la encuesta publicada el 3 de enero mostraba una expectativa de crecimiento del PIB de -1,2% que tiene implícito un crecimiento moderado entre los cuartos trimestres de 2018 y 2019, dado el arrastre estadístico negativo heredado desde 2018. En el caso de la inflación, la expectativa se ubicó en 28,7% y en cuanto al tipo de cambio se lo proyectó en AR$ 48,30 en diciembre (es decir muy próximo al piso de la banda de flotación, en el caso en que sus extremos continúen creciendo al 2% actual en el resto del año).

Dado que el dólar se ubicó en diciembre en Argentina en AR$ 37,84, entonces se esperan variaciones muy parecidas en inflación y aumento del tipo de cambio, con una inflación en dólares esperada en 0,8%.

"Lo cierto es que en nuestro país la política económica ha mostrado muy poca variabilidad con el transcurso de gobiernos de diferentes partidos"

Javier De Haedo grande bien
Javier de HaedoEconomista

En nuestro país, tanto la encuesta del BCU publicada en diciembre , así como la de El Observador publicada el 2 de enero, muestran resultados similares: un crecimiento económico de 1,4%, una inflación de 7,8% y un dólar en diciembre en $ 35. En este caso se espera una ligera deflación en dólares de 0,8%, dado que el dólar estuvo en diciembre pasado en $ 32,21.

Escenarios.

Es claro que este tipo de proyecciones no suelen incorporar cambios significativos, producto de crisis, como sucedió en Argentina en 2018. Si uno ve las expectativas que allí existían hace un año, ellas no tienen nada que ver con una realidad que cambió extraordinariamente desde el otoño. En este sentido, las expectativas que recogen las encuestas referidas son propias de “tiempos de calma”.

Las expectativas que surgen de las encuestas en nuestro país son totalmente consistentes con los escenarios implícitos en las encuestas de los vecinos. O sea que acá tomamos como referencia lo que los respectivos consensos muestran en Argentina y en Brasil.

En el “escenario básico” para nuestro país, las cosas no deberían ser muy diferentes a las que surgen de nuestras encuestas locales: más de lo mismo de lo que venimos teniendo, un crecimiento económico muy moderado y precios en dólares (incluidos los salarios) sin cambios significativos.

¿Por dónde pueden venir las alternativas a ese escenario? Como vimos al principio, desde afuera. Ahora bien, afuera… ¿de dónde? ¿A nivel global, de Brasil o de Argentina?

Desde fuera de la región, siempre puede haber sorpresas, tanto en la periferia de las economías avanzadas (Italia) como en alguna emergente (Turquía) o por razones geopolíticas (China, petróleo). También está pendiente resolver el Brexit. En cuanto a lo básico, la tasa de interés en los Estados Unidos y la fortaleza o debilidad relativas del dólar, hoy la expectativa es que no resulten en complicaciones para nosotros.

Desde Brasil, el discurso inicial del presidente Bolsonaro ha sido bien recibido por los mercados, pero llegará un momento de “hechos y no palabras” y allí será decisivo lo que ocurra con la reforma previsional. Si es aprobada satisfactoriamente, el escenario puede ser aún más positivo, de lo contrario, puede volverse negativo. Y el precio del dólar será el termómetro que medirá esa situación.

Y desde Argentina es de donde vienen los riesgos más importantes. Hay elecciones y allí sí es relevante el resultado para el devenir de la política económica. La evolución del tipo de cambio dependerá de qué se descuente sobre lo que ocurrirá desde 2020 con la economía y de cómo pueda incidir esto en la dolarización de los portafolios, que es habitual en los años electorales.

Si en Brasil y especialmente en Argentina, por razones políticas, el dólar terminara volando bastante más arriba de lo que hoy se espera, eso tendría un impacto en nuestro país que, dependiendo de cómo se lo gestione, lo tendrá más en precios o en cantidades.

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