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Los uruguayos siguen viajando

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El déficit en cuenta corriente se agravó US$ 1.000 millones en los tres últimos años con una incidencia del 70% del turismo en el exterior.

La situación de la economía muchas veces se puede leer con claridad a partir de la balanza de pagos, y eso es lo que ocurre con los datos completos del año 2014 recientemente publicados por el BCU. La cuenta corriente refleja cómo la economía se enlentece, el sector público aumenta el déficit mientras el privado ajusta por la baja de precios porque el consumo y los viajes al exterior siguen aumentando. La cuenta capital refleja la disponibilidad de financiamiento para el exceso de gastos y para un aumento de las reservas internacionales. Detrás de todos estos movimientos se encuentra un tipo de cambio atrasado que tiene su origen en el ingreso de capitales y que sigue incentivando el déficit corriente por el lado de los precios.

En números generales, el sector privado modificó su conducta a partir del año pasado y corrigió el fuerte exceso de gasto por encima de los ingresos que provocaba un abultado déficit en la cuenta corriente con el exterior. Por su parte, el sector público siguió de largo y acrecentó su déficit. De esta combinación se observó una reducción del saldo de cuenta corriente que al cierre del año baja al 4,6% del PIB del peligroso e insostenible nivel de 5,8% del PIB observado en el año terminado en marzo de 2014. Es un ajuste parcial que tiene entre sus explicaciones un componente externo como es la baja en los precios internacionales y que dentro del comportamiento privado se inclina más hacia la menor inversión que a moderar el consumo.

Por las tendencias observadas en algunos de los componentes que se detallan a continuación, se estima que el ajuste proseguirá a lo largo de 2015 en el sector privado. A su vez, se anuncia del lado del gobierno el inicio de una etapa de prudencia fiscal que también contribuirá a la normalización del déficit externo, que lo que tiene como contracara es un aumento del endeudamiento de la economía. De confirmarse este escenario se estaría yendo hacia niveles del 3% del PIB en una zona en la que se reduzca la debilidad de la economía frente a shocks externos negativos.

En el Gráfico N° 1 se presenta la evolución anual del saldo en la cuenta corriente del balance de pagos expresado en millones de dólares. La reducción del déficit en el año 2014 fue del orden de US$ 300 millones. Es pequeña en términos comparativos y por lo tanto el desequilibrio persiste y es de una magnitud importante si se compara, por ejemplo, con el observado en 2011. La otra gran diferencia es que la participación porcentual del sector público se acrecentó significativamente en el último año.

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La evolución del sector privado en el saldo en cuenta corriente se estima por diferencia entre lo que se registra en la balanza de pagos y las cuentas del sector público. No hay un registro contable caso a caso de en qué se gasta y qué se recibe del resto del mundo, pero la estimación general dibuja claramente lo que está ocurriendo en la coyuntura. De un año para otro el sector privado tuvo un ajuste y redujo el déficit en US$ 870 millones.

Es un ajuste importante que no se sintió plenamente en el nivel de bienestar y satisfacción de la población porque buena parte del mismo se explica por los menores precios de los bienes importados. Los menores precios internacionales permitieron que con una menor cantidad de dólares de importaciones se pudiera sostener el consumo y la inversión privada en términos reales.

Desagregación.

Dada la evolución a lo largo del tiempo del saldo de cuenta corriente, es conveniente analizar el comportamiento de los diferentes rubros en el último año por un lado para ver el ajuste que se está procesando y en los últimos tres años por otro para ver dónde se mantiene el desequilibrio.

En el último año el saldo de cuenta corriente se redujo US$ 300 millones y prácticamente todo ocurrió en la parte comercial, ya que los componentes de pagos de renta y transferencia no sufrieron modificaciones significativas. Dentro del saldo comercial hay un aumento en las exportaciones de bienes (+123 millones de dólares) que compensa parcialmente la caída en las ventas de servicios al exterior (-166 millones de dólares) en la cual impacta negativamente la mala temporada turística del verano de 2014 debido a las restricciones a los gasto en el exterior que puso el gobierno argentino.

Por el lado de las importaciones la caída fue de US$ 337 millones y ocurre casi en su totalidad en las compras de bienes al resto del mundo que se reducen un -2,7% por los menores precios producto de una coyuntura internacional deflacionaria. En el promedio del año, el BCU estima que esta caída fue del -4,5% por lo que el país gastó menos dólares pero pudo importar 1,8% más de unidades físicas. Es por eso que el ajuste se produce sin sacrificio en cuanto a consumo y bienestar. Otro aspecto saliente es el magro ajuste de las importaciones de servicios fruto que se sostiene el gasto en viajes al exterior y en los rubros de transporte.

Por su parte, la comparación de lo ocurrido en los últimos tres años cuenta la historia del desequilibrio. El saldo comercial de bienes y servicios se deterioró en US$ 1.000 millones en un contexto en el que subieron tanto las exportaciones (US$ 727 millones) como las importaciones (US$ 1.732 millones) pero estas últimas lo hicieron con mayor intensidad. El aumento en las exportaciones es fruto de una venta de bienes superior en US$ 1.106 millones y una venta de servicios que se redujo en US$ 379 millones por el menor ingreso de divisas por el turismo. El aumento en las importaciones ocurre tanto por el lado de mayores compras de bienes (US$ 593 millones) como de servicios (US$ 1.139 millones).

Lo que llama la atención es el rubro viajes y lo que sucede se puede resumir en el Gráfico N° 2 donde se presenta la exportación de "viajes" que es el reflejo del turismo recibido en el país y la importación que refleja el gasto en viajes al exterior que efectuaron los uruguayos en el período. Del lado de la exportación hay un pausado retroceso en los dos últimos años como resultado principal del encarecimiento en dólares del país y las medidas restrictivas en Argentina. Por otro lado hay una explosión de viajes al exterior que más que duplica la cantidad de dólares gastados hasta estabilizarse en US$ 1.350 millones en el año.

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Renta.

Además de las operaciones comerciales están las relativas a la remuneración del capital invertido en el exterior y que los extranjeros invierten en activos del país. Acá hay un cambio estructural por el aumento en la inversión directa de los extranjeros que se refuerza coyunturalmente por la baja en la tasa de interés internacional que llevan a que aumenten los pagos de utilidades a las empresas extranjeras y se estabilice el pago de intereses por deuda externa. Esta evolución se ilustra en el Gráfico N° 3 donde se observa que desde 2010 el pago de utilidades supera el de intereses.

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Este pago de renta al exterior que termina exigiéndole a la economía para la disposición de los recursos, tiene la virtud de que ocurre solo en caso que las empresas tengan utilidades. A diferencia de los préstamos donde el derecho de los extranjeros es por una suma predeterminada, en las utilidades es el resultado luego de impuestos. En estos años el resultado es bueno y por lo tanto sus propietarios extranjeros tienen derecho sobre una renta alta (US$ 1.200 millones anuales). Lo importante en este caso es que la rentabilidad y la confianza en el país hacen que buena parte de estas utilidades se reinviertan. De acuerdo al Gráfico N° 4, en los últimos años se reinvirtieron alrededor de US$ 800 millones.

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HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN

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