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Sobreinversión y exportación de excedentes

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Cable eléctrico. Foto: Pixabay

En noviembre de 2016, comentábamos sobre la sobreinversión en generación de electricidad. En 2017, el problema se confirma, pero, como habíamos dicho, la exportación de energía ofrece un camino para mitigarlo.

El sector de generación eléctrica estará por varios años sobreinvertido, por la acumulación en el tiempo de: (a) una agresiva expansión de las renovables, renglón que en el plan gubernamental era mucho menor y que podría haber sido más gradual, con (b) la construcción de la central de Ciclo Combinado que se alimentaría desde una regasificadora y (c) eventualmente una nueva planta de celulosa productora de electricidad. La sobreinversión ya es una realidad, basta ver algunos indicadores:

1) Los parques eólicos que cuentan con contratos para inyectar su producción sin restricciones, están no obstante siendo restringidos diariamente a pedido del Despacho de Cargas, y se les remunera también por la energía no entregada a la red. Las gráficas de ADME muestran la evolución de la fuente eólica "siguiendo a la demanda", cosa imposible si no se estuviera "modulando" la producción de los parques. Si bien esta "modulación" tal vez se previó en el diseño, seguramente no en estos volúmenes.

2) Existe coincidencia en que la central de Ciclo Combinado funcionaría en valor esperado aproximadamente un 10% del tiempo para la demanda interna. Este tipo de plantas se construyen usualmente para factores de planta más elevados (superiores al 35%).

3) El precio del "spot" está registrando valores muy bajos durante largos períodos, un indicador de que hay más disponibilidad que la necesaria. Esto además perjudica a los parques eólicos generando para el mercado "spot", que no consiguen recuperar sus inversiones.

4) Se anuncia desde UTE que la demanda estará satisfecha, con el plan de obras actual, hasta al menos el año 2022. Esto confirma que la eólica se podría haber instalado en etapas.

No obstante, es necesario destacar que la optimización del portafolio de oferta en un sistema eléctrico no resulta una tarea trivial, y tiene un margen de incertidumbre muy importante. En este contexto, los errores de sobreinversión, como en todos los temas de infraestructura, resultan menos costosos que tener riesgos de energía no suministrada.

Dicho esto, hay que notar que niveles altos de sobreinversión en generación producen efectos negativos: se está pagando por energía que no se usa, se han adelantado innecesariamente inversiones y se podría haber invertido más en otras etapas del sistema, como transmisión y distribución.

Interconexión.

Desde el 2000, UTE estudió, evaluó, planificó y ejecutó la interconexión con Brasil de 500 MW. La obra incluye una conversora de frecuencia en Melo y una línea de alta tensión hasta San Carlos, que constituye un activo valioso para la red uruguaya en sí mismo.

Una interconexión en el mercado eléctrico es el equivalente de la conectividad aérea, fluvial o terrestre para el comercio de bienes. Es un mecanismo de apertura comercial, beneficioso para ambas partes (y especialmente para el mercado de menor tamaño relativo). Opera en cierto sentido como un seguro, solucionando problemas coyunturales de abastecimiento o de excedentes, sin que los costos de cada mercado se disparen por encima de los costos del otro.

Generalmente, las interconexiones funcionan en ambos sentidos, compensando alternativamente excedentes y faltantes. En este caso, la sobreinversión en renovables —que en rigor fue decidida posteriormente a este proyecto— restringe estas posibilidades de intercambio simétrico y obliga la mayor parte del tiempo a una exportación en un solo sentido, lo cual genera desbalances comerciales. Y se trata en principio de exportar excedentes de renovables, intrínsecamente variables, que tienen menos valor que la energía "firme".

Se requiere entonces de una negociación delicada, aunque en un contexto favorable. En nuestro artículo de noviembre ya se planteaba que este era el camino, aprovechando que existen necesidades regionales de electricidad.

Han surgido críticas a la construcción de la interconexión con Brasil, pronosticando que no sería utilizada. Se trata de una visión de cortísimo plazo, dado que este tipo de inversiones deben evaluarse necesariamente en otro horizonte temporal y su uso tendrá volatilidades asociadas a la condición de los mercados: así fue diseñada. A diferencia de otras inversiones más cuestionables, la interconexión se fundamenta en la apertura comercial, permite negocios incluso entre más de dos países, proporciona un piso de competitividad en los costos de la energía y, como se mencionó, opera como un seguro. Por otro lado, contar con interconexiones relevantes tanto con Argentina como con Brasil, permite un adecuado "juego" de equilibrio comercial con ambos vecinos, que podría apalancar el desarrollo futuro de un mercado regional.

Especialmente en esta coyuntura, es probable que sea la exportación a través de las interconexiones lo que permita mitigar los problemas generados por la sobreinversión.

Exportación.

Las autoridades y UTE han anunciado que se concretaron negocios de exportación a Brasil a precios que, tratándose de energía variable, resultan competitivos. Los volúmenes, en la fecha en la que escribimos esta nota son todavía inciertos, pero es un comienzo auspicioso. Aunque sea temprano para evaluar si permitirá mitigar los problemas de sobreinversión, se trata de una iniciativa en el camino correcto.

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Cable eléctrico. Foto: Pixabay

UNIVERSIDAD CATÓLICA - OBSERVATORIO DE ENERGÍA Y DESARROLLO SUSTENTABLE

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