Publicidad

Prudencia fiscal y baja inflación, la hoja de ruta de Paraguay

Compartir esta noticia
Daniel Correa, asesor del presidente electo de Paraguay. Foto: El País

ENTREVISTA

Convertirse en un país confiable y creíble son la máxima aspiración del gobierno que asume en agosto.

Aunque el déficit fiscal, la inflación y el crecimiento económico de Paraguay presentan claramente mejores cifras, muy lejos está ese país de acceder a las mismas condiciones crediticias que tiene Uruguay. "Ese es uno de los grandes objetivos —asegura Daniel Correa, asesor económico del presidente electo Mario Abdo Benítez— lograr la credibilidad internacional que al país le falta". Cambios institucionales, modificaciones normativas y una nueva cultura de transparencia son algunas de las estrategias planteadas. Correa, candidato a ocupar uno de los principales cargos del equipo económico que entrará en funciones en agosto, forma parte de una nueva generación de técnicos que pretende darle "otro perfil" a la gestión pública del país. A continuación, un resumen de la entrevista.

—Paraguay lleva una década creciendo a tasas de 4% promedio; los énfasis del nuevo gobierno, ¿por dónde pasarán?

—A la economía paraguaya hay que darle vigor. Si bien viene creciendo a tasas importantes, todavía es insuficiente para superar los grandes déficit que tenemos en materia social e infraestructura. Si realmente queremos un cambio radical en el bienestar de la población, nuestro crecimiento debe ubicarse en tasas del orden del 6% en forma sostenida en los próximos años. Eso requiere de cambios económicos, adopción tecnológica, productividad, y también, acceso a la educación y la calidad educativa.

—¿Las desigualdades sociales son el gran problema?

—En Paraguay, el bienestar lo están capturando unos pocos. Necesitamos que eso llegue al resto de la población. No va a haber cambios radicales en los fundamentos económicos. Vamos a seguir preservando lo que de toda esta década fue beneficioso; la estabilidad en el manejo de política monetaria y disciplina en materia fiscal. Sí debemos hacer una revisión desde el punto de vista tributario, en algunos puntos donde Paraguay sigue siendo un país con desigualdades, donde los impuestos directos tienen que tener una mayor proporción dentro de la recaudación. Además, hay un espacio enorme de evasión a combatir. Va a ser ésa una de las grandes luchas de los próximos años. Que la mayor recaudación que pretendemos venga más por la formalidad de quienes hoy están fuera que de una mayor presión a los contribuyentes actuales.

—Una de las "anclas" establecidas por la conducción económica desde 2011 es el régimen de metas de inflación...

—La inflación baja vino para quedarse. La clave del éxito ha sido la coordinación macroeconómica, con un diálogo perfecto entre Hacienda y el Banco Central, con una especial atención al sector fiscal. La meta de inflación es del 4% (+-2 puntos) y eso ha ayudado a un muy buen manejo de las expectativas. Y a pesar de las tensiones regionales, el tipo de cambio está alineado, no ha habido muchas presiones extra por ese lado

—¿Y la segunda guía fundamental es la ley de responsabilidad fiscal de 2013?

—La ley impone un tope a los aumentos salariales, atado al salario mínimo y éste a la inflación; también, un tope al gasto corriente (4% en términos reales) y el límite de 1,5% al déficit presupuestario (una revisión del cálculo del PIB lo lleva a 1,1%-1,2%); esta ley ha sido beneficiosa en cuanto a la contención del gasto, pero nos hemos dado cuenta que este tipo de instrumentos son procíclicos. La limitación que tenemos es que en los años que la economía requiere de una mayor inversión, no lo podemos hacer. Estamos trabajando de futuro en la posibilidad de una regla fiscal, un símil de un balance estructural, que tome en cuenta los ciclos de los sectores más importantes de nuestra economía. Últimamente, el país ha recurrido mayormente al endeudamiento para hacer las inversiones necesarias.

—Los niveles de inversión igualmente son bajos...

—Sí. Necesitamos mayor inversión, si no es imposible crecer como aspiramos. Y ahí es que hay que superar unas cuantas barreras. Si observamos el Doing Business del Banco Mundial, Paraguay está entre los últimos a la hora de observar la facilidad para hacer negocios. Hay muchas dificultades para abrir empresas, registros, trámites burocráticos.

Si podemos dar estabilidad, combatir la informalidad, si generamos acceso al crédito y ambiente de negocios adecuado, la inversión va a llegar. A esto debemos agregarle la reforma del sistema judicial, que también será clave, porque en definitiva allí desembocan todos los problemas.

—También el Índice de Percepción de la Corrupción ubica a Paraguay en una posición muy negativa...

—Cuando hablamos con los inversores de escala mundial, realmente no pueden entender como en un país con tan buenos números macro, tengamos un rating crediticio no tan bueno. Y eso tiene que ver con un gran déficit histórico que es la seriedad de las instituciones del país. Nos gustaría tener el investment grade que tiene Uruguay. El presidente electo está comprometido con esos cambios. El sistema judicial, la transparencia, el control de la cosa pública, todo eso tiene que cambiar. La opacidad de Paraguay es una gran preocupación. Lo asumimos y queremos cambiarlo.

Se vienen reformas, pero también necesitamos un cambio cultural grande, que vendrá de la mano de los cambios en educación. Que ya se está viendo. Los jóvenes que comienzan a impulsar nuestra economía tienen otro tipo de demandas, quieren más respuestas, más transparencia, gestión eficiente. También hay nuevas generaciones que se involucran en la cosa pública, y es un punto de inflexión, al tiempo que la vieja clase política va dejando su lugar.

—Los inversores de la región, incluido Uruguay, van a Paraguay porque encuentran fundamentalmente bajos salarios y menores cargas impositivas...

—Puede ser. Hay un punto atractivo que atrae inversiones que son los bajos costos de la energía, que se desprenden de las condiciones propias de generación abundante que tiene el país.

Los impuestos, es cierto, pueden resultar bajos y facilitar a los inversores, pero también están trayendo problemas de recaudación. Tenemos el 10% de IVA, 10% de rentas corporativa y 10% de renta individual. El IVA difícilmente se modifique, en cuanto a las rentas habrá que hacer ajustes, fundamentalmente en el generoso nivel de deducciones y exoneraciones existente.

En materia salarial eso está vinculado con la calificación de los recursos humanos. Lo vamos a seguir teniendo hasta tanto no mejoremos la calidad de nuestros recursos. Hay una alta deserción en secundaria, el sistema de educación está en severos problemas, pero además de trabajar allí debemos capacitar a quienes están por fuera de la educación formal. E intentar bajar la muy alta informalidad.

Pero no vamos a modificar los esquemas salariales existentes, no es la idea pasar a negociación colectiva como tiene Uruguay. Tampoco un modelo de gasto social como el que aplican en su país. No está en los planes.

—¿Y cómo van a combatir los altos niveles de pobreza existentes?

—La pobreza ha tenido una importante reducción a partir del crecimiento económico de la última década, pero las desigualdades no se reducen.

Necesitamos generar oportunidades. Una educación de calidad, que será la gran reforma que encare el próximo gobierno; también mucho mejores niveles de salud preventiva; una red de protección social desde antes de la gestación; son inversiones no tan importantes en volumen pero con gran impacto. En esas políticas hay una relación de costo-efectividad muy buena y ahí vamos a apuntar. Haciendo mucho en los colectivos que más lo necesitan.

—¿Cómo se vence la dependencia que se tiene de la producción primaria?

—Casi un 50% del PIB está vinculado al sector agropecuario y sus cadenas. Hay un déficit en materia de industrialización, y son esas cadenas agroindustriales que debemos fortalecer, así como los servicios vinculados.

Hay que agregar valor a lo que producimos. Necesitamos para ello, además de inversión, mano de obra con mayores capacidades. Paraguay tiene un bono demográfico muy grande, el 75% de la población tiene menos de 40 años, y la demanda de los próximos años de servicios de salud, educación, vivienda, conexiones, energía, trabajo, va a ser muy grande.

Mercosur debe permitir explorar otras opciones a los socios chicos

—¿Cuál es la estrategia de Paraguay en términos de inserción internacional?

—El Mercosur es y seguirá siendo la plataforma para que Paraguay encuentre sus oportunidades de inserción en el mundo. Debemos trabajar en devolverle al Mercosur los fundamentos de su fundación en los temas de facilitación del comercio.

Las diferencias coyunturales en lo económico entre los países del bloque ponen más a la vista las dificultades para avanzar en determinados acuerdos. Pero creo que no hay dudas que si no nos abrimos al mundo difícilmente podamos crecer. Ese es el espíritu de Paraguay.

Es estratégico seguir avanzando con la Unión Europea, también la Alianza del Pacífico brinda oportunidades que debemos tratar de no dejar pasar.

—¿Debe haber facilidades para los socios menores en cuanto a relacionamiento comercial fuera del bloque?

—Claro que sí. A Paraguay le interesa. Dentro de las asimetrías del bloque ese tiene que ser un factor a considerar. Pero también hay mucho para hacer intramercosur todavía.

—Está presente la posibilidad de avanzar en un tratado con China, pero precisamente las relaciones diplomáticas que Paraguay mantiene con Taiwan parecen ser un impedimento...

—La Cancillería de Paraguay está buscando los caminos para, manteniendo las relaciones existentes con Taiwán, podamos explorar oportunidades con China. Todos tenemos que conversar con todos.

PERFIL
Daniel Correa, asesor del presidente electo de Paraguay. Foto: El País
Daniel Correa

Tiene 41 años. Viceministro de Hacienda (2013-2016). Economista (Universidad Nacional de Asunción), máster en Economía, con énfasis en Economía del Desarrollo y PhD (c) en Desarrollo; ambos por la Auburn University, Alabama (EE. UU.)

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad