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Se profundiza el declive de Brasil

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Colas en San Pablo, en busca de trabajo.

Un indicador de actividad, el dato de desempleo y la recaudación impositiva mostraron señales de un pobre presente.

La actividad económica en Brasil se desplomó en el primer trimestre y el desempleo subió a un máximo de casi cuatro años, lo que se sumó a señales de una dolorosa recesión que podría empeorar pese a que el Gobierno reduce el gasto.

El Banco Central difundió que su índice de actividad IBC-Br bajó un 0,8 por ciento en el primer trimestre respecto a los tres últimos meses de 2014, tras caer más de lo esperado en marzo. El índice IBC-Br es una medición de actividad en los sectores agrícola, industrial y de servicios y sirve como antecedente de las cifras del producto interno bruto (PIB).

En otro reporte, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) dijo que la tasa de desempleo de Brasil escaló a 6,4 por ciento el mes pasado, el nivel más alto desde mayo de 2011. En un tercer informe, la oficina impositiva dijo que la recaudación tributaria de Brasil cayó un 4,62 por ciento interanual en abril.

Las cifras destacan la fuerte desaceleración de la economía brasileña, que ha llevado a la popularidad de la presidenta Dilma Rousseff a mínimos históricos y que amenaza a la calificación de grado de inversión de Brasil.

El fin del auge de una década de las materias primas explica en parte la caída en desgracia de la potencia minera y agrícola, que creció a un promedio anual de un 4 por ciento en los últimos 10 años. Desde su reelección en octubre, Rousseff ha reducido el gasto y subido los impuestos para recuperar la confianza de los inversores, pese a temores de que la austeridad pueda agravar la recesión y dañar su respaldo político y popular.

El Gobierno brasileño prepara un congelamiento del presupuesto de hasta 80.000 millones de reales para poder cumplir con su meta fiscal clave este año. Los economistas también creen que el Banco Central subirá las tasas de interés hacia un 14 por ciento en los próximos meses, una de las más altas entre las principales economías del mundo.

El Gobierno reconoce que la economía va a sufrir por el agresivo endurecimiento fiscal y monetario, pero cree que es lo que se necesita para recuperar la confianza de los mercados y reactivar la actividad en 2016.

En los últimos meses han aumentado las pérdidas de puestos de trabajo en Brasil debido a una caída de la producción industrial, mientras que los minoristas enfrentan una caída de la confianza de los consumidores y una inflación acelerada.

También bajaron los sueldos. Los salarios ajustados por inflación retrocedieron un 0,5 por ciento con respecto a marzo y un 2,9 por ciento frente a abril de 2014.

Los economistas estiman que la economía de Brasil se contraerá un 1,2 por ciento en 2015, la mayor caída en 25 años, según el más reciente sondeo semanal Focus del Banco Central entre entidades financieras.

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Colas en San Pablo, en busca de trabajo.

Preparan congelamiento del presupuesto para cumplir con las metas previstas

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