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Péndulo desde el populismo militante a la fría ortodoxia

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Foto: El País
Fernando Ponzetto

OPINIÓN

Las PPP como un instrumento útil.

Fortaleza institucional y libertades son valores superiores en la cultura occidental, pero debido a esta coyuntura, parecen haberse replanteado en el debate público.

El sistema de multilaterales y el sector financiero, por su parte, no aciertan en el justo equilibrio entre las necesidades y vulnerabilidades de regiones como Latinoamérica y las soluciones, recursos y plataformas, que disponen.

Ramal que cierra

Los menemistas se jactaban: “ramal que para, ramal que cierra” en una etapa que podríamos catalogar de ortodoxa y pragmática. Pocos se animan a defender aquello, porque deja a que la coyuntura resolver prioridades. Podría caricaturizarse: “todo lo que se mueve se privatiza y se aplica una tarifa, un peaje o un precio”.

Podríamos decir “típico de Argentina” y de peronistas; pero también nos pasó. Algunos quisieron refundar un “neo-batllismo” y se apegaron a recetas simples y efectivas y con ello entregaron ciertas banderas, con la consecuencia de la entrega del poder a una oposición que sí empatizaba con antiguos batllistas y moderados.

Luego se ensayó un remedio que enmendó algunas omisiones, pero resultó ser peor que la enfermedad. La izquierda más radical se impuso (usual en la dinámica política) y atentó incluso contra libertades básicas, descarrilando el tren.

Ortodoxia sin cabeza

Uruguay, país serio, en el que nos reconocemos, fue capaz de sagas poco felices. Recordar que, con dudoso criterio y cierta frivolidad, se desmembró el ferrocarril, como nadie lo hizo en Latinoamérica, una combinación de inmediatez, arrogancia y estupidez. Sin embargo pudimos consensuar y mantener varias políticas estratégicas que han cambiado nuestra realidad.
Martin Redrado (1) dice “la mejor alternativa para un país es diseñar su propio plan”, aun en el marco de apremios financieros y de credibilidad, de modo de evitar que otro te lo termine imponiendo (FMI), lo que genera más ajustes recesivos en las políticas fiscal y cambiaria, caldo de cultivo ideal, para desincentivar la competitividad (2). Algunos protagonistas han tenido el “don” de ser más papistas que el papa, por errores en convicciones, en cálculos, por aversión al riesgo o por dualidad de agendas.

Lo hicimos

Construimos ámbitos de prosperidad, leyes de promoción de inversiones, puertos, promoción de sectores específicos (forestación, turismo, zonas francas). Luego vinieron cambios y retrocesos, lidiando con las contradicciones de los objetivos de políticas fiscal, tarifaria y cambiaria.
Se logró consensuar el cambio de matriz energética (más de lo que el statu quo pudo impedir) lo que, sumado a los restantes incentivos, fue un gran impulso, con instrumentos como PPA (similar pero más específico que PPP) y otros (fideicomisos, mecanismos de oferta pública). Se alcanzó un monto de inversión superior a los U$S 7 billones.

Se logró el consenso para unir oportunidad y necesidad, aprobando un mecanismo como las PPP, que permitía compartir riesgos con inversores privados (3), acercaba inversores y financiamiento, nos aproximaba a estándares internacionales y permitía concretar una infraestructura cuyo déficit era evidente. Con este instrumento se emprendió 1/3 del Plan de más de U$S 13 billones (4).

Mejorar y aprovechar

La OPP decidió no asumir la tarea de revisar a fondo actividades, programas y gastos, quizás por el riesgo de lograr resultados y la urgencia en el achicamiento de la brecha fiscal, pero este tipo de estrategia trae sus consecuencias.

En particular la OPP se ha mostrado renuente a las PPP, seguramente a partir de asesoramiento incompleto. El conocimiento y la experiencia acumulada están claros. Hay suficiente información y posibilidades de ajuste, como para no demonizar un instrumento que fue innovador y con resultados concretos (5).

Podría justificarse por la forma en que el anterior gobierno “colaboró” en la transición: generó muchas dudas la opinión del ex ministro Víctor Rossi, que nunca creyó en el instrumento, por desconocimiento o, eventualmente, otras razones. Sin embargo, el propio Rossi finalmente terminó por aseverar que el instrumento era un aporte a la gestión de las infraestructuras. Sus críticas al exceso de burocracia eran fundadas, pero logró en tiempo récord la adjudicación y ejecución de las obras del Ferrocarril Central (6). La prueba en contrario de su propia tesis.

El instrumento merece pulirse: los condicionamientos entre cierre financiero y adjudicación, la eficiente asignación de riesgos en etapas iniciales, el exceso de pasos y la superposición de organismos y deslindar a la OPP en el proceso, excepto en la revisión de los topes de compromiso y plazos en los organismos con más carencias de infraestructura y menos recursos (salud, educación, vivienda, primera infancia, centros CAIF, etc.).

Liderazgo

Aprendimos con los más ortodoxos expertos del Banco Mundial y del BID que los temas más caros a una gestión se lideran desde el nivel más alto, como el Presidente o un referente de mucho liderazgo, no se tercerizan, en particular en áreas muy sensibles para la opinión pública (7). Ha demostrado que tiene tino y fina lectura de la realidad, para corregir errores con rapidez.

Este traspié ya lo cometieron otros y salieron caras las experiencias. De hecho, centenares de miles de compatriotas abandonaron los partidos tradicionales, más allá de los “atenuantes” (crisis mediante) y recientemente el Presidente Vázquez, no pudo disimular sus errores de liderazgo, a pesar de las excusas.

(1)Ver “Argentina Primero”, Martin Redrado, 2020.
(2)Hemos señalado que Uruguay demostró que lo contrario también puede ser cierto. Algunos de los instrumentos más potentes del sistema financiero local hoy en su oportunidad eran resistidos por algunos protagonistas claves del equipo económico (UI, pesificación) pero la crisis y el FMI finalmente los logró imponer “a las bravas”.
(3)Más allá de la crítica más superficial de que solo se trata de un maquillaje contable de los gestores de la deuda.
(4)Esta política de consenso permitió por primera vez en Uruguay la inclusión de un portafolio digno de ser valorado y presentado en plazas y mercados con otra profundidad y posibilidades (EE.UU., Japón, China, Corea, España, Francia y Portugal, pero también Argentina, Brasil y Chile, entre otros).
(5)Es muy similar en el tipo de crítica a lo que hizo la oposición argentina antes y después de las elecciones primarias, se podía coincidir con ciertas críticas al Gobierno anterior, pero lo que vino a posteriori en Argentina es mucho peor en cuanto a descontrol y malos resultados; esto es sin garantías, con recetas viejas y asociadas procesos de dudosa legitimidad y sospechados de corrupción.
(6)Esto sucedía a pesar de discrepar permanentemente durante todo el desarrollo de las PPP con el Ministerio de Economía entonces, entendemos mucho más preparado que el Ministro y el propio MTOP para aplicarlo.
(7)Esto incluye área de “ahorros” en áreas sensibles como Primera Infancia, Educación, asentamientos, cárceles, seguridad e infraestructura.

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