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Nueve meses de gobierno de Trump sin un solo acierto

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Richard Vietor. Foto: Francisco Flores

SU FORMA DE ACTUAR LO PONE EN RIESGO DE NO PODER CONTINUAR CON SU CARGO HASTA EL FIN DEL MANDATO

Para el académico estadounidense Richard Vietor, el mejor momento de la economía de Estados Unidos desde mucho tiempo a esta parte puede desaprovecharse gracias a los desaciertos que tiene el gobierno de Donald Trump.

Richard Vietor. Foto: Francisco Flores
Richard Vietor. Foto: Francisco Flores

Vietor estuvo en Montevideo en su calidad de profesor visitante del Instituto de Estudios Empresariales de Montevideo. Este es un resumen de la entrevista.

—Hace exactamente un año, en su última visita a Montevideo, usted dijo que si Trump resultaba electo, se venía a vivir a Uruguay…

—Es verdad, y debería honrar mi promesa… si fuera por los resultados obtenidos debería mudarme inmediatamente. Es lamentable, pero todo resultó tan malo como se esperaba. En los largos meses que lleva de Gobierno no ha hecho nada bien. Todos los días hace algo equivocado. Hace pocos días dediqué los últimos 20 minutos de una clase a hablar de esto, debido al interés que el tema generaba entre los alumnos.Trump está en Asia. Visita China, entre otros países. Y en Estados Unidos nadie sabe de antemano qué va a decir o hacer. No está lo suficientemente preparado para encarar una misión de esta naturaleza. Podría ser algo terrible, y desde Estados Unidos lo seguimos con preocupación e incertidumbre.

—¿Qué es lo que más preocupa de los pasos que puede dar Trump en una gira de tamaña importancia?

—Preocupa saber cómo va a encarar una relación tan delicada desde el punto de vista comercial con aquella zona del mundo y cómo esto puede verse contaminado por el conflicto con Corea del Norte. A Estados Unidos le está yendo muy bien. En términos de crecimiento los últimos datos refuerzan una tendencia positiva importante próxima al 3% anual, el desempleo está en niveles muy bajos cercanos al 4%. La inflación es baja y los precios del petróleo se han recuperado; pero los problemas están en otro lado: las tensiones con Corea del Norte que hacen aún más difícil una relación con esa región del mundo, donde tenemos un déficit comercial con China que se ubica en 3.670 billones de dólares. No es sencilla la relación comercial de Estados Unidos con China, que mantiene formas muy particulares de producir y comerciar.

Por lo menos en su mitad del mundo, China apunta a volverse dominante, y eso es en detrimento de la posición que ha ostentado históricamente Estados Unidos. Muchos creen que Trump lo que va a hacer es proclamar que Estados Unidos es fuerte, que seguirá siendo fuerte y que quiere mantener ese predominio.

—Pero con ese discurso no alcanza en un momento tan delicado…

—Exacto, es una señal muy vaga. E imprudente. En uno de los cursos que dicto en la universidad tengo a un grupo de oficiales marines como alumnos. Y su gran motivo de preocupación es ese: cómo el gobierno encara estos asuntos de seguridad que tienen que ver con la paz global. No les preocupa tanto Putin y las relaciones con Rusia, sino todo lo que puede desencadenar un conflicto con Corea del Norte, en el centro de una zona de gran importancia, cómo se alinearán las posiciones de potencias como China, y el riesgo de los pasos en falso que puede dar el presidente Trump. Cualquier chispa puede desestabilizar la zona. Y ese sentimiento está presente en la sociedad estadounidense. Es absolutamente impredecible; un hombre sin preparación, narcisista, al que le encanta que lo alaben, y que puede incurrir en errores graves.

—¿No hay ningún aspecto de las propuestas económicas de Trump que le resulte válido?

—No. La reforma tributaria anunciada hace unos pocos días, apunta a reducir los impuestos corporativos y ganancias de los que más tienen, y el resultado será un incremento de la desigualdad que ya existe en la sociedad estadounidense. Es cierto que en materia de impuestos corporativos estamos en la carga más alta de la OCDE, y es necesario bajarlos para ser competitivos con Singapur o Irlanda. Eso es entendible. Tenemos un sistema de doble imposición, donde las compañías que hacen dinero en Irlanda pagan impuestos bajos, pero si traen sus ganancias de vuelta, tienen que volver a tributar. Hay que dar facilidades para repatriar esos capitales, con una baja tasa de imposición. El problema es que en esa actitud de bajar la imposición a los que más tienen, también están recortando impuestos a la ganancia. En mi caso, por ejemplo, la tasa baja 35% y probablemente gane unos 80 mil dólares más al año. Pero está mal, no necesito que me bajen los impuestos y tampoco el resto de la gente que tiene ingresos como los míos o superiores. Es un gran error que lo que hace es incrementar aún más la brecha económica en la sociedad entre los que más tienen y los que tienen menos. Otra cosa que está haciendo es acabar con el death tax, que permite a los hijos heredar la fortuna de su padre, hasta 8,5 millones de dólares sin pagar impuestos. Trump pretende sacar ese tope y facilitar la herencia total sin impuestos, así sean 2 billones de dólares. Es indignante. También propone mecanismos que permiten pagar menos impuestos a firmas de profesionales, fondos de coberturas, etc. Todo a favor de los que más ingresos tienen.

—Con los costos fiscales que una medida de este tipo traerá…

—Estas medidas van a agregar a nuestro déficit, en alrededor de 10 años, probablemente 2 trillones de dólares. El año pasado el déficit fue de 668 billones de dólares. A este ritmo en una década estaríamos en bancarrota. Los impulsores de la reforma dicen que con los recortes impositivos se estimulará el crecimiento económico y eso redundará en mayores ingresos fiscales. Eso también lo dijeron en su momento Reagan y Bush. Y no ocurrió.

—¿Hacia el aparato productivo no ha ido ninguna medida que impulse a la industria, el agro…?

—Nuestra velocidad de crecimiento de la productividad ha disminuido a 0,5% del PIB, cuando solía estar al 2.5%. Algunos economistas dicen que van a haber cosas que van a hacer aumentar la productividad en los próximos 10 años, como los automóviles que se manejan solos, la robótica, etc., pero hay otros expertos que dicen que no, que la burbuja de Internet y el teléfono celular se terminó y nuestra productividad disminuyó, y que va a seguir a ese ritmo por otros 10 o 20 años. Las medidas anunciadas hasta el momento, es incierto como impactarán en los sectores productivos.

—¿Cómo está el ánimo de los estadounidenses?

—Por ahora bien. Como ya hicimos mención, se está configurando la mayor recuperación económica de la historia de Estados Unidos, inclusive mayor que la de la Gran Depresión. Por tanto, la foto actual es muy buena. Pero la película no lo es para nada. El impulso económico que viene de la administración anterior bajó el déficit, redujo el desempleo, se mantuvo baja la inflación. Veremos cuántos de estos indicadores se mantienen en ese nivel. Por otra parte, Trump trato de deshacerse de Obama Care, el sistema que da servicios de salud a 21 millones de personas. Por suerte no tuvo los votos necesarios para ello. Otra de las cosas que hizo Trump es comenzar a deportar familias fuera del país, especialmente mexicanos. Tenemos el programa DACA, que son niños que vinieron con sus padres a Estados Unidos hace años, que son ilegales, pero Obama no quería echarlos porque vivieron toda su vida en el país. A partir de febrero el DACA será ilegal, y 882 mil niños deberán dejar el país a menos que el Congreso lo evite. Son cosas que golpean fuerte en la sociedad. Es interesante que su campaña se basó en lo mal que estaba Estados Unidos, lo mala que era la administración de Obama, y ahora, el mismo Trump podría arruinar a Estados Unidos completamente, desaprovechando una gran oportunidad con un país en crecimiento. Y si sigue siendo presidente puede llevar a que Estados Unidos pierda el liderazgo del mundo.

—Por qué dice "si sigue siendo" presidente?

—Podría pasar que no continúe en el cargo. En los últimos días tres miembros de su partido fueron acusados de lavado de dinero con los rusos y uno de ellos admitió haber cometido el crimen, Uno de sus hijos podría ser acusado de evasión de impuestos y el otro le mintió al FBI y al jurado. En Estados Unidos, la única manera de remover a un presidente es si comete delitos graves, y por el momento su entorno lo compromete enormemente. Aunque los republicanos controlen el Congreso, no sé cómo terminará todo esto.

—¿Hillary era mejor opción a su juicio?

—Tampoco los demócratas llevaron una candidatura que generara nuevas expectativas al electorado. Clinton no lo fue. Las responsabilidades de este presente no son solo de los republicanos.

PERFIL
Richard Vietor. Foto: Francisco Flores
Richard Vietor

Profesor de Política Económica Internacional de Harvard Business School y profesor visitante en el IEEM (Universidad de Montevideo). Ph.D. en Historia, Universidad de Pittsburgh, licenciado en Economía.

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