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Menor inflación va a aumentar el salario real

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Ingresos llevan tres trimestres consecutivos con crecimiento. Foto: archivo El País
Billetes de 1000 pesos uruguayos en cambio de moneda, dinero, ND 20120104, foto Américo Plá - Archivo El País
Archivo El País

Ritmo de crecimiento salarial es 1,3% anual cuando hace unos años estaba entre 3% y 4%.

El salario promedio de la economía está creciendo a menor ritmo que lo había hecho entre mediados del 2011 y del 2014. Sin embargo, la dinámica de negociación de los convenios salariales, las nuevas pautas del Gobierno y la reducción en la inflación hacen prever que en enlentecimiento termine siendo menor y por lo tanto siga existiendo un impacto negativo sobre la competitividad de la economía y el nivel de desempleo.

De acuerdo a la encuesta del INE, el salario medio creció 11,3% en los doce meses terminados en julio y como los precios crecieron 10,0% en el mismo período, se genera una ganancia del poder adquisitivo de los salarios que seguramente supere el crecimiento de la economía. Hubo mayor intensidad en los aumentos del sector público con una variación del 11,9% frente a un 11,0% de los salarios privados. En este último caso hay que considerar que vencieron varios convenios en junio y todavía no se negociaron los nuevos. Esto va a provocar que dentro de algunos meses se reconozca el aumento acordado con retroactividad y es posible que la variación anual en noviembre sea mucho más pareja entre los dos sectores.

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En el primer gráfico del cuadro adjunto se ilustran las variaciones reales de los salarios en el sector privado y público para promedios anuales desde 2011, junto a la variación de los doce meses terminados en julio del 2016. Hay una clara desaceleración en los dos sectores bajando de un rango entre el 3% y el 4% anual al nivel de 1% anual.

Si se compara la situación actual con las variaciones de los últimos años queda la sensación de que es un mal resultado y que la caída del salario real es un problema. Mientras tanto, en un contexto en el que el nivel de actividad se encuentra estancado y la demanda de nuevos puestos de trabajo se muestra cada vez más magra, se puede considerar como un buen resultado o por lo menos algo natural. Lamentablemente, este último razonamiento es el que se impone cuando se miran las condiciones de competitividad tanto para los exportadores como para la producción nacional que debe pelear por la billetera de los consumidores con las importaciones.

En el sector público hay diferencias de resultados de acuerdo a la institución que se trate. Es muy superior el aumento observado en los sueldos que se pagan en el Gobierno Central en comparación con los pagados en las empresas públicas y los gobiernos departamentales.

En términos nominales, las variaciones del último año fueron del 13,0% en el Gobierno Central reflejando el ajuste general por inflación del presupuesto y la implementación de algunos ajustes aprobados en esta ley quinquenal. Por su parte, la evolución del salario en las empresas del Estado refleja la instrucción de control de gastos para restablecer una situación financiera solvente y solo ajustó 9,4%. También hay una incidencia del período de negociación del nuevo convenio en el Banco República. Cuando se miran los gobiernos departamentales se registra un incremento anual del 11,9%, en una situación intermedia.

Por su parte, en el sector privado también se observan comportamientos diferenciados en un contexto general que, tal como se ilustra en la gráfica del medio, es de moderación en el crecimiento real. En algunos sectores hay aumentos significativos como es la Construcción (12,8%), Salud (15,8) y los Hoteles y restaurantes (16,7%). Por otro lado, en Comercio la variación nominal fue de solo 6,3% aunque refleja en gran medida la ausencia de ajuste en julio porque todavía no se renovaron los convenios salariales que vencieron en junio.

En lo que respecta a la Industria manufacturera, la variación en el último año fue del 10,8% en julio frente al 11,5% del mes anterior. Al igual que en el comercio, esta desaceleración se explica porque hay sectores en los que vencieron convenios y todavía no se renovaron. Algo similar ocurre con Transporte y comunicaciones que registró un aumento del 8,9% en julio contra 11,4% del mes anterior.

Por el contrario, en Educación y en Construcción el aumento de julio es similar al que se venía observando en los meses anteriores. En el caso de Educación fue del 11,9% y en la Construcción 12,8%.

La consideración de los diferentes sectores del salario privado da a entender que la actual variación nominal está momentáneamente por debajo del valor y que en la medida que se terminen los convenios se van a registrar aumentos que lo ubiquen más cerca del 12% anual.

Además de los ajustes por la inflación pasada, la negociación de los convenios determinará las tasas de variación a futuro. En el último mes, el Poder Ejecutivo modificó las pautas, incrementando los ajustes para el primer año (julio 2016 a junio 2017) de un valor medio del 7,5% al 8,5%. Es una medida que va a generar tirantez en el mercado laboral porque, una de dos: a) hace subir levemente el salario real o b) ensancha las diferencias entre trabajadores y empresarios en los sectores con dificultades, alimentando una mayor conflictividad.

En la medida que los próximos meses confirmen que el estancamiento económico y la pérdida de fuerza en la demanda provocan una moderación en la inflación, los salarios reales volverán a mostrar mayores tasas de crecimiento. Por lo tanto, es posible que se detenga y revierta un proceso de ajuste macroeconómico por el lado de las cantidades por culpa de la rigidez en los precios.

En efecto, en los mercados cuando los precios no ajustan lo suficiente lo que se adecua a la nueva realidad son las cantidades. Por lo tanto, si el salario real aumenta más que las oportunidades de nuevos empleos, va a aumentar el desempleo.

En los gráficos de la zona inferior del cuadro adjunto se presentan dos indicadores relevantes para comprender el tema de la competitividad. Por un lado el salario real en dólares sube fuertemente en los últimos meses. Esta variable venía bajando y corrigiendo un desequilibrio que estaba destruyendo una parte de la capacidad del país por agregar trabajo a la producción transable internacionalmente. Ahora, en la nueva situación, la realidad de los exportadores y los que compiten con las importaciones vuelve a ser complicada.

En el segundo gráfico se ponen juntos el tipo de cambio real de la economía y el salario real. Son promedios de períodos semestrales y reflejan en el período la relación inversa que existe entre las dos variables. En la medida que la generación de puestos de trabajo requiere una mejora en el tipo de cambio real, será necesario que el salario real siga en la tendencia a la moderación del 2015 y en los consejos de salarios predomine la prudencia y la preservación de puestos de trabajo en la economía.

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Ingresos llevan tres trimestres consecutivos con crecimiento. Foto: archivo El País

HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN

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