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Matriz FODA en reforma laboral

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Foto: PIxabay

El viejo y siempre útil análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) permite conformar un cuadro de situación respecto del objeto de estudio y obtener un diagnóstico, a fin de adoptar decisiones con miras a los desafíos que depara el futuro.

Recordando aquello de que para lograr lo posible, hay que intentar lo imposible, les propongo analizar con ese lente la situación en la que estaría quien se atreva a proponer cambios en la normativa laboral del Uruguay.

El enfoque con el que nos sentimos afines es el que impulsa Macron para su propia reforma centrada en el empleo y que su Ministra bien resume en: "tenemos que pararnos en el vértice que haga coincidir lo económico y lo social; sólo lo social es beneficencia y sólo lo económico pone en riesgo la cohesión social".

Trabajando entonces en la aplicación del FODA hay que entender que las:

i) Fortalezas son capacidades y recursos con los que se cuenta y se pueden potenciar;

ii) Oportunidades son factores externos que resultan favorables y que permiten obtener ventajas;

iii) Debilidades son elementos propios que nos posicionan desfavorablemente;

iv) Amenazas son situaciones que provienen del entorno y pueden llegar a atentar en contra.

La radiografía que hoy obtendríamos de esta cruzada reformista seguramente daría como resultados los siguientes.

Fortalezas.

Poner un mapa a disposición de la población para que pueda moverse en un terreno que cada vez más le resulta desconocido y le genera incertidumbres; disponer un paquete de políticas (económicas, educativas, sociales, productivas y de protección social) centradas en el empleo de calidad; acreditar que este propósito no se agota en una sola reforma e involucra aspectos tales como inserción internacional, demografía, desarrollo de capital humano, I+D; infraestructura y protección social; proponer soportes cuya interacción virtuosamente debería incluir empresas y trabajadores; demostrar sensibilidad con los que mayor vulnerabilidad tienen en el mercado de trabajo mediante respuestas sustentables; compartir una "visión país" que asegure reglas claras a los futuros inversores.

Oportunidades.

La evidente pérdida de puestos de trabajo y la preocupación por el empleo; el peso fiscal, los costos laborales y la informalidad que están soportando las empresas; un déficit de capital humano reconocidamente crítico; los consensos en torno a la obsolescencia y desbalance de los mecanismos de regulación vigentes; la escasa pertinencia del actual marco de regulación en atención a nuestra heterogeneidad productiva, los ciclos de producción y/o especificidades de la jornada laboral en cuestión; la imagen negativa del movimiento sindical y su representatividad de la fuerza de trabajo en su conjunto; las observaciones realizadas por la OIT en materia de negociación colectiva; las transformaciones que surgen en consecuencia de la economía digital; el desfinanciamiento progresivo de la matriz de protección social; una dinámica de inversión decreciente sea su origen: externo o nacional.

Debilidades.

Quedar vinculado con las posturas neoliberales y las políticas de los ´90; ser identificado como responsable de promover la pérdida de derechos adquiridos por la población trabajadora desde el 2005 hasta la fecha; carecer de una estrategia que eficazmente comunique a la población las consecuencias de no encarar las reformas que se necesitan; no mantener alianzas estratégicas con actores clave del ámbito empresarial, sindical, académico laboral y educativo, de comunicación y sociedad civil organizada; no tener sistematizados los aprendizajes adquiridos y aquilatada la falta de confianza que existe entre los actores productivos.

Amenazas.

La consolidación de un modelo de regulación laboral corporativo que se resiste a entender los desafíos de la nueva economía, se apoya en una visión de país internacionalmente aislado y está comprometiendo seriamente la creación de empleo. Probado está que potenciar las oportunidades y contrarrestar las amenazas, demanda actuar directamente sobre las fortalezas y las debilidades.

No sería riesgoso afirmar que actualmente la agenda política en materia laboral se asemeja a un viaje sin brújula. Es muy necesaria la construcción de un mapa que demuestre dónde estamos parados, describa terrenos, posibles caminos y evidencie la responsabilidades que implica recorrerlos. Es a partir de esto que finalmente se podrá activar y defender un plan de acción.

Sin duda, encarar este desafío revisionista no sólo obliga a abandonar nuestra agonizante zona de confort sino también quebrar el permanente sometimiento al "presente omnipresente" y al temor del "costo político". En esto se inscribe desarrollar y comunicar códigos para interpretar la realidad que queremos gobernar para crear más y mejores empleos; siempre, claro está, sobre el basamento de que hoy la economía es mundial y se guía por criterios transnacionales de productividad y competitividad.

Por último y no menos importante. Son reflexiones de un profesor e investigador mexicano que me tocó oportunamente escuchar: "¡recordemos el proceso en curso de globalización (económica, tecnológica, de estilos de vida y de los circuitos de comunicación) y la creciente segmentación en el interior de cada sociedad!"

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guillermo dutra

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