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El IRPF es el protagonista de la recaudación

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La propuesta sobre el IRPF es uno de los temas centrales en el Parlamento. Foto: Archivo
Cola para pago de impuestos , oficina publica, foto Archivo El Pais, DGI, Direccion General Impositiva
Archivo El Pais

Déficit del consolidado Gobierno Central-BPS creció 25% real entre enero y septiembre.

El resultado global del sector público a septiembre fue deficitario en el equivalente a 3,5% del PIB. Es el mismo guarismo que se registró un año atrás y muy similar al del cierre de 2015. De hecho, hace ya dos años que la economía muestra un desequilibrio fiscal de esta magnitud, lo que motivó una serie de ajustes que, a la luz de los resultados alcanzados, no lo han podido abatir.

La razón de fondo no es otra que el enlentecimiento en el nivel de actividad. En los dos últimos años la economía prácticamente no creció y por consiguiente la recaudación tampoco. Con ingresos estancados y un gasto que tiene un altísimo componente endógeno es muy difícil cerrar la brecha. El último intento es el ajuste incorporado en la última Rendición de Cuentas que comenzará a regir el próximo 1° de enero, que apunta a incrementar la recaudación a través de subas de impuestos.

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Al momento de aprobarse esta medida había mucha incertidumbre sobre el resultado a obtener dada la coyuntura imperante, tanto en el país como en la región y el mundo. Desde entonces se han materializado algunas mejoras que le han dado oxígeno a la economía uruguaya y permiten pensar en un leve crecimiento en el nivel de actividad para el año próximo y en particular un cierto dinamismo en los próximos meses.

La valorización del peso frente al dólar y la flexibilización de las pautas salariales estimulan a un consumo que se retrajo en los dos primeros trimestres del año. A su vez, el encarecimiento relativo de nuestros vecinos, en particular Argentina, avizora una buena temporada turística y frena los viajes de compras de los uruguayos al vecino país.

Esta especie de primavera o veranillo es la que da sustento al leve crecimiento esperado para el próximo año, y con él la recaudación. El problema está en el gasto del sector público que crece a un ritmo superior.

El déficit global se mantiene en niveles relativamente estables y elevados desde hace dos años, tal cual se muestra en el gráfico alargado que aparece arriba en el cuadro que acompaña esta nota. No obstante, al interior del sector público se han producido cambios a lo largo de este período, mejorando en ciertas áreas como las empresas públicas, y empeorando otras.

Dentro de éstas últimas cabe señalar al consolidado Gobierno Central-BPS, cuyo déficit se viene incrementando desde el año 2014, tal cual se muestra en el gráfico chico de la izquierda.

En los nueve primeros meses del presente año el déficit se incrementó 25% en términos reales, alcanzando al 3,3% del PIB. Tal suba responde a un mayor aumento de los gastos que los ingresos. Mientras los primeros subieron 2,8% en términos reales, los ingresos apenas aumentaron 0,9% real.

Los ingresos evolucionan con el nivel de actividad, siendo los impuestos que recauda la DGI su fuente principal. En los nueve primeros meses del año la recaudación aumentó 1,7% en términos reales, tasa que duplica a la de los ingresos totales. La menor recaudación del BPS y la caída de los ingresos provenientes de la Aduana por operaciones de comercio exterior lo explican.

De todas formas, habría una aparente contradicción ya que algunos organismos recaudan menos y otros más. Pero no es tal. Si se analiza la evolución de los ingresos de la DGI, desagregando por impuesto se constata que suben los tributos relacionados con las rentas y caen los restantes, tal cual se muestra en el gráfico chico de la derecha.

En particular, hay una reducción en el IVA, que representa más del 50% de la recaudación total. En los nueve primeros meses disminuyó 2,6% real en relación al año anterior, reflejando el descenso en la cantidad y calidad del consumo. No sólo se consume menos, sino que en particular cayó el consumo de bienes importados. De hecho, el IVA importación disminuyó 11% en términos reales, mientras que el IVA interno aumentó casi un 3%. La suba del dólar hasta el primer trimestre frenó el gasto en bienes externos, en particular automóviles, que tienen un gran peso en la recaudación de este impuesto.

El aumento de la recaudación sobre las distintas rentas tiene su explicación. En primer lugar hay que señalar al IRAE, que es el tributo que explica el incremento de la recaudación global. Aquí ocurrieron dos hechos. En primer lugar un cambio en la normativa en diciembre de 2015 que al no permitir el ajuste por inflación retroactivo al mismo ejercicio 2015, determinó que el grueso de las empresas tuvieran que pagar más, lo que comenzaron a realizar en cuotas a partir del mes de enero siguiente. Por otra parte, en el mes de abril se produjo la tradicional reliquidación de impuestos, destacándose los pagos de las empresas públicas. Todo ello explica el fuerte incremento de este impuesto.

Un comentario especial merece el IRPF, que sigue aumentando en un contexto de menor empleo. Se trata de un impuesto que grava las rentas personales, pero cuya base imponible descansa básicamente en la masa salarial.

La mayor recaudación en este caso no responde a un aumento de la masa salarial, sino al ajuste anual del mínimo no imponible y las distintas franjas. Es potestad del Poder Ejecutivo ajustar en función del IPC o del índice Medio de Salarios. Las autoridades han optado por hacerlo en función del IPC, lo que en un contexto de salario real creciente implica en cada ajuste un ingreso de nuevos aportantes cuyos ingresos en el año anterior no alcanzaban al mínimo no imponible, pero ahora sí. Asimismo, se producen cambios al interior de las franjas al ascender los trabajadores a estratos superiores debido al aumento del salario real.

El gráfico alargado de abajo muestra la evolución de los tres principales impuestos que recauda la DGI desde que rige plenamente la reforma tributaria, es decir desde junio de 2008 al año de entrar en vigencia. Se presenta allí los índices de la recaudación real al cabo de los últimos doce meses. Se ve claramente que el IRPF es el impuesto que más creció, duplicándose. Le sigue el IRAE y por último el IVA.

El IRPF se ha convertido en un impuesto fundamental en la estructura de recaudación, siendo el segundo en importancia detrás del IVA. En tal sentido, y atendiendo a la recaudación, el crecimiento del salario real es fundamental. La flexibilización de las pautas salariales, que originalmente indicaban una trayectoria descendente de los ajustes, pero que no se cumplió este año, al otorgarse el mismo aumento nominal que el año anterior, influirá favorablemente en el salario real. En un contexto de inflación descendente ello impactará positivamente en la recaudación futura a través del IRPF y eventualmente a través del IVA, vía un probable consumo mayor.

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La propuesta sobre el IRPF es uno de los temas centrales en el Parlamento. Foto: Archivo

HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN

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