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Los inversores están confiando nuevamente en Argentina

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Juan José Varela.

Para Juan José Varela, director de Gestión de Patrimonios de la firma de origen argentino Puente, 2015 fue un buen año desde el punto de vista del mercado de capitales y espera que en 2016 se mantengan las condiciones.

LUIS CUSTODIO - [email protected]

Para el primer semestre de este año sacarán cuatro o cinco nuevas emisiones en un mercado muy ávido por opciones para invertir, aseguró. Como elemento distinguido de este año está el retorno de Argentina al radar de los inversionistas. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Cómo observa el panorama en Argentina?

—Había cosas que uno pensaba que podían pasar en los dos últimos años que nunca ocurrieron, como pudo ser el arreglo con la deuda, permitir la entrada de capitales, inversión en infraestructuras… y pasó todo lo contrario. Se fue estigmatizando cada vez más al inversor y cortándole los circuitos para retirar utilidades, reinvertir, etc. Ahora, el nuevo gobierno busca abrir en forma muy profesional ese famoso cepo que hoy permite sacar o ingresar fondos de comercio exterior, pero no se puede sacar utilidades, donde solo se puede movilizar los fondos bancarizados, pero no los que están "en el colchón". Esos primeros pasos, junto con el acuerdo con las cerealeras, más el préstamo contingente firmado con bancos internacionales, le ha permitido a Argentina hacer una salida ordenada de esta situación. El estado de ánimo y la visión de los inversores y los empresarios en general ha cambiado.

—¿Quiénes son los que se interesan por invertir en Argentina?

—Hay muchos fondos del exterior que están llegando con el propósito de invertir en proyectos de economía real. Por otro lado, muchos fondos del exterior que fueron inversores en su momento hoy están volviendo en busca de instrumentos financieros, bonos provinciales o soberanos. Además, está el público argentino que había salido de cualquier tipo de inversión en el país y hoy lo está reconsiderando y nos consulta, evaluando volver. Pero no solo eso, inversores de otros países como el caso de uruguayos o brasileños, están preguntando por argentina, e invirtiendo, algo que uno no veía desde hace más de 10 años.

—Sin embargo, sigue rodeada de problemas…

—Sin dudas que está en una situación delicada, no tiene caja, no tiene reservas, falta inversión, el problema de las infraestructuras, dificultades de índole jurídica y financiera, pero las medidas van en un buen sentido, y si bien la situación es grave, estamos teniendo consultas todos los días, provenientes de fondos del exterior, inversores institucionales que quieren venir a Argentina, ya sea para participar en proyectos productivos como en temas financieros. Por tanto creemos que ese flujo de capitales va a ayudar a una recuperación más rápida de la que pensábamos en una primera instancia.

Argentina está hoy con el mismo nivel de riesgo país que Brasil, habiéndolo reducido a la mitad en unos pocos meses. Y si bien es alto todavía hablar de 480 puntos básicos, es un cambio muy grande. Vemos una oportunidad para salir al mercado a tomar deuda, si las cosas se hacen más o menos bien y no se abusa de ese instrumento, van a tener buenas emisiones en un mercado receptivo de tomar deuda de Argentina.

Es muy probable que a mediados de año Argentina haga una emisión internacional. Y a buenas tasas. Antes de las elecciones pagaba una tasa de 10% y hoy ya está en una tasa más cercana al 7%.

—A pesar de no haber resuelto aún el tema de los holdouts…

—El gobierno está actuando en forma profesional. Sabemos que esa administración está negociando desde el primer día con los intermediarios de esos fondos, hay conversaciones. No quita que encontrar una solución pueda llevar todo el año, pero está hablando gente que entiende sobre el tema. Pensamos que comercialmente lo van a arreglar muy pronto, aunque elaborar la salida llevará un poco más de tiempo.

—¿Cómo afectará en Uruguay esté retorno de Argentina al radar de los inversores?

—Invertir en Uruguay en 2016 va a ser un poco peor que hacerlo en algún otro país de la región, como por ejemplo Argentina, que se pondrá más competitivo y será más benévolo a la entrada de capitales. Ese puede ser un elemento negativo.

Pero igualmente habrá un doble efecto, con lo que tendrá su cara positiva. Cuando Argentina recibe nuevas inversiones, Uruguay percibe los coletazos de esa llegada de nuevos capitales. Frente al inversor estamos en una situación más débil pero coyunturalmente puede ayudarnos Argentina.

—¿Sigue habiendo proyectos interesantes en Uruguay?

—Claro que sí. Los grupos uruguayos que se han consolidado en estos últimos diez años siguen procesando nuevos proyectos, y eso lo vemos en el renacimiento del mercado de valores, con empresas apostando a endeudarse para lanzar nuevas iniciativas.

Nosotros lo vivimos a diario como asesores en la materia. Recibimos una interesante cantidad de consultas de parte de las empresas que están haciendo determinados planes que necesitan financiamiento a un plazo más largo que dos o tres años, que están preparándose para recurrir al mercado de valores a obtener financiamiento a largo plazo a tasas razonables, y eso se suma al movimiento que se dio a partir del año pasado con la participación del público minorista, muy ávido en invertir en proyectos de infraestructura, tangibles, en el país, y que pagan tasas muy razonables.

Lo vimos con el Parque Eólico Arias, con Conahorro, con el Parque Pampa, con el proyecto de La Tahona, con suscripciones tres o cuatro veces mayores a la oferta. Sumemos este público interesado a los proyectos de buenas empresas que existen y al Banco Central que está haciendo un buen trabajo en cuanto a los tiempos de aprobaciones, todo conjuga en una combinación súper exitosa y atractiva.

—Son proyectos de una determinada escala que no alcanzan con generar la inquietud del inversor internacional…

—Localmente tenemos una demanda mucho más importante de lo que se piensa. Proyectos de hasta 60 millones de dólares aproximadamente se pueden colocar localmente sin problemas, contando con los inversores institucionales y los minoristas. Arriba de esas sumas uno ya puede pensar en inversores del exterior, y con participación también de la banca internacional, especialmente desde 100 millones de dólares en adelante.

Hace un tiempo decíamos que al público uruguayo le faltaba aprender y confiar en el mercado de valores. El mayor interés ha sido por obligaciones negociables, pero poco a poco se ha ido avanzando en inversiones más sofisticadas, como es el caso de los parques eólicos, donde es una mezcla de deuda y acciones, a través de los certificados de participación.

Hemos hecho algunos proyectos novedosos con emisiones que tienen la opción de convertirse en acciones, como en La Tahona, donde al 6° año se puede convertir la deuda en acciones. Y esto llamó la atención de un público joven, un inversor un poco más arriesgado, que está empezando a poner el ojo en este tipo de proyectos.

—¿Cuál es el panorama 2016 para este tipo de proyectos?

—Puede ser un año muy beneficioso. Estamos muy entusiasmados porque tenemos cuatro o cinco mandatos firmados para operaciones que van a concretarse en el primer semestre del año, y confiamos en que el resultado puede ser muy bueno.

Cuando hablamos de mandatos firmados nos referimos a estructuración de proyectos de deuda, empresas que van a salir al mercado con emisiones en sectores variados: retail, la industria manufacturera, en logística, uno poco de todo. El que se ha quedado un poco rezagado es el sector vivienda, debido a una cierta sobreoferta, lo que determinó que los inversores sean más selectivos a la hora de elegir ese tipo de proyectos.

Sabemos que los demás colegas están trabajando también a la par de nosotros por lo tanto esperamos un año de muchos proyectos.

—¿Y en energía?

—Con los productos que ha sacado UTE ha dejado muy poco lugar a los privados. La fortaleza de la empresa pública hace que sea muy difícil competir con ese tipo de productos. De todos modos saludos la intención de UTE de salir al mercado a hacer cosas diferentes. Esto es el principio de algo que comienza a hacer el Estado, que además involucra al inversor minorista, y está bárbaro.

Un 10-15% del portafolio "tipo" en proyectos locales privados.

—¿Cómo se compondría hoy el portafolio tipo de un inversor?

—Un portafolio conservador, debería tener deuda en el sector corporativo americano hasta un 20%, 10% de deuda de corto plazo en papeles de empresas de Estados Unidos y Europa de buena calificación, bonos soberanos uruguayos de mediano y corto plazo en un 20% y hasta un 30% en bonos provinciales argentinos. Deberíamos dejar 10% acciones para acciones de compañías energéticas de Argentina, y por lo menos un 10%-15% de ese portafolio para proyectos locales privados.

—¿Es un buen porcentaje el que se destina a proyectos locales?

—Por supuesto que sí. Hoy la relación riesgo- retorno que están ofreciendo estos proyectos es muy buena, si lo comparamos con lo que rinde la deuda a nivel mundial.

—Y la demanda existe...

—Sigue habiendo capital ocioso en el país. Muchísimo más de lo que uno piensa, lo vemos con las emisiones que se han hecho, con una demanda muy grande por productos de inversión. La gente necesita poner a trabajar su dinero. De a poco se va moviendo la plaza, llegando a oídos de la gente —que es muy conservadora—, la existencia de este tipo de proyectos seguros y con buen rendimiento, y se van sumando.

PERFIL.

Juan José Varela.

Licenciado en Administración de Empresas en la Universidad de la República. Es Director de Wealth Management (gestión de patrimonios) de la financiera Puente para Argentina, Perú, Uruguay,Paraguay y Panamá.

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