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La inmigración en Estados Unidos, los nuevos dueños de la economía

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La comida tailandesa se hizo lugar en Nueva York. Foto: Archivo El País

Los pequeños comercios propiedad de personas de otras nacionalidades se han extendido por todo el territorio

David Bank nació y creció en Tailandia. Allí empezó a trabajar en la cocina del restaurante de la familia de su mujer, Vanida, a hora y media de Bangkok. Hace dos décadas, este chef emigró a Estados Unidos en busca de fortuna. Su sueño era abrir su propio local. Antes tuvo que lavar muchos platos. La suerte quiso que entre plato y plato se topara con Jean Georges Vongerichten y Tadashi Ono, dos de los cocineros más reputados en Nueva York.

Tuvieron que pasar otros 10 años para que, junto a su mujer, David decidiera abrir su primer local en Upper West Side. Land Thai Kitchen fue un éxito. A los dos años replicaron el modelo en el Upper East Side. Más tarde llegó otro negocio en Hells Kitchen y uno de cocina mexicana.

Pero no todo fue de color de rosas. El local mexicano tuvo que cerrar.

David y Vanida, junto a cientos de miles como ellos, son los nuevos dueños de la calle, los causantes de una verdadera revolución capaz de cambiar el paisaje de las ciudades y revitalizar zonas desfavorecidas. Son los negocios de vecindario, los comercios de calles principales.

Investigación.

Un nuevo informe de Americas Society / Council of the Americas (AS/COA) y el Fiscal Policy Institute cubre un vacío sobre este asunto. Hasta ahora se conocía cómo, en comparación con los nacidos en Estados Unidos, los inmigrantes son más propensos a tener su propio negocio, entre un 10% y un 15% más. Sin embargo, apenas se había prestado atención al impacto, aún más significativo, que están teniendo sus comercios en los vecindarios de las áreas metropolitanas. El informe, que comprende inmigrantes regularizados e indocumentados, aporta por primera vez datos que ilustran que los extranjeros son "el pan y la mantequilla de las economías locales de los Estados Unidos".

De los 4,9 millones de dueños de pequeños negocios de Estados Unidos, 900.000 son inmigrantes. En toda la Unión, los inmigrantes conforman el 16% de la población activa y el 18% de los pequeños empresarios. Sin embargo, constituyen el 28% de los dueños de negocios establecidos en los vecindarios. En determinados sectores, alcanzan niveles de representación altísimos. Son negocios de pequeño margen, con un papel cada vez más importante en el tejido económico local: generan unos 50.000 millones de dólares de ingresos al año, de los que 13.000 van a parar a los inmigrantes.

Seis de cada diez.

Las cifras de 2013 muestran que en Estados Unidos los inmigrantes representan el 61% de los propietarios de las gasolineras, el 58% de las tintorerías, el 53% de los ultramarinos, el 45% de los salones de manicura, el 43% de las licorerías, el 38% de los restaurantes y el 32% de las joyerías y tiendas de ropa. "Este informe confirma que los inmigrantes son cruciales para la vitalidad económica y el éxito de las ciudades de todo el país", dijo Susan Segal, presidenta de AS/COA. "Tienen un cometido fundamental en la revitalización del vecindario", afirmó el autor del informe, David Dyssegaard Kallick, del Fiscal Policy Institute.

Los inmigrantes constituyen una proporción aún más elevada de los propietarios de negocios de calles principales de las áreas metropolitanas con grandes poblaciones de extranjeros. Conforman el 64% de los propietarios de negocios en las principales zonas comerciales del área de Los Ángeles; el 61% en San José; el 56% en Washington, y el 54% en Miami. Los asiáticos poseen el 49% de los negocios. Les siguen los blancos (26%), los hispanos (20%) y los negros (3%). El 10% de los negocios de los hispanos está en manos de mexicanos.

Revitalización.

El informe de AS/COA y del Fiscal Policy Institute destaca que estos negocios aportan ingresos mediante impuestos y empleos y desempeñan un papel medular en la revitalización de su entorno urbano. "Lo que antes era un área en deterioro se vuelve una comunidad más dinámica", afirma. Los propietarios de estos negocios tienen, además, unos ingresos anuales medios superiores a los del resto de los inmigrantes (49.000 dólares frente a 35.000). En el capítulo demográfico, sus contribuciones y, en particular, las de los inmigrantes propietarios de negocios, son cruciales para las ciudades con bajas poblacionales en los años cincuenta, sesenta y setenta.

En lugares como Nueva York han sido los inmigrantes los que han evitado un declive de población que amenazaba la sostenibilidad de los presupuestos municipales. Entre 1970 y 1980, la ciudad cayó a algo más de seis millones de habitantes. Hoy en día tiene 8.4 millones. Los nativos siguen siendo los mismos que en 1980, 5.3 millones, mientras que los inmigrantes han pasado de 1.7 millones a 3.1 (el 37%). En otras 17 ciudades de las 50 más pobladas se dio un fenómeno similar. "Los inmigrantes no son ingredientes mágicos, pero representan un recurso para las ciudades", afirma el estudio. AS/COA recomienda crear una oficina gubernamental para este asunto y fomentar líneas de financiación. Pero queda mucho por hacer.

Vanida, la dueña de restaurantes tailandeses de Nueva York, asegura que cada vez es más complicado llevar un negocio en la ciudad. "Las ayudas son limitadas, el alquiler se ha disparado y el crédito se restringió tras la última crisis", afirma.

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La comida tailandesa se hizo lugar en Nueva York. Foto: Archivo El País

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