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La infancia y el rol de padres

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No solo la madre incide en el capital humano que adquiere un niño. Descubrimientos recientes señalan que también el rol del padre es clave y debe ser incluido en el diseño de intervenciones para la primera infancia.

Dos investigadoras del Institute of Child Development, de University of Minnesota, Alyssa Meuwissen y Stephanie Carlson, culminaron recientemente un estudio sobre el rol de los padres en los primeros años de vida. Aunque la literatura científica ha mostrado la influencia que tienen las prácticas de crianza maternas, hasta el momento el rol del padre no había sido estudiado con igual intensidad. En este contexto, las autoras acaban de publicar en el Journal of Experimental Child Psychology el artículo Fathers matter: The role of father parenting in preschoolers executive function development (2015).

Función ejecutiva.

Las autoras se centran en el efecto de las prácticas de crianza sobre la "función ejecutiva" de los niños (se refiere a las habilidades de pensamiento elevado como es la capacidad de reflexionar sobre las propias acciones y consecuencias). La función ejecutiva se desarrolla rápidamente en los años preescolares y continúa luego madurando. Es un componente clave en los logros académicos y se refleja en mejores rendimientos en matemáticas y lenguaje.

¿Cómo impactan los comportamientos de los padres sobre la "función ejecutiva" de los hijos? Las investigadoras señalan que las interacciones de los hijos con sus padres van estructurando los procesos de pensamiento. Luego, el niño se lanza a replicar esos procesos por sí mismo, apoyado en ese andamiaje que construyó su padre.

Los padres cumplen un rol clave en regular a los niños desde pequeños, en muchos dominios (el apetito, el dormir, las emociones). Estas regulaciones "externas" necesitan ser gradualmente "internalizadas" por el niño para que desarrolle su "función ejecutiva". Las interacciones padre-hijo son un contexto importante en el que los niños pueden experimentar con sus emergentes habilidades de auto-regulación.

Mucho para aportar.

Existe evidencia científica de que las interacciones del niño con su papá contribuyen con experiencias que no ocurren en las interacciones madre-hijo (y viceversa). Por ejemplo, los padres tienden a ser más compañeros de juegos físicos, vigorosos e impredecibles, mientras que los juegos que desarrollan las madres tienen más estimulación visual y son más ordenados. Así, los hijos que interactúan con ambos padres, están expuestos a un rango mayor de estimulación diferente. Esto demanda en el niño un incremento de la flexibilidad mental y un frecuente cambio de reglas que ayudan en la promoción de su función ejecutiva.

En el laboratorio.

Los participantes en el estudio citado fueron 110 niños de 3 años de edad (53 mujeres y 57 varones) y sus padres biológicos (todos vivían en casa con sus hijos, menos uno), provenientes de la zona oeste de Estados Unidos. Las investigadoras tomaron a cada día padre-hijo y los sometieron a una hora y media de sesión en el laboratorio, completamente filmada. Al padre e hijo se le tomaron, por separado, múltiples tests focalizados en rasgos de la función ejecutiva. Luego de los tests, debían armar un puzzle juntos —un puzzle que era de un nivel más difícil que lo que el niño podía hacer solo—. Todo filmado.

El comportamiento del padre fue codificado en cuatro escalas que reflejan el grado en que el padre (a) interviene de acuerdo a las necesidades del hijo y adapta las tareas para crear un desafío óptimo para el niño; (b) alienta al niño en la tarea, le da pistas útiles y sugerencias, y usa un tono de voz que comunica al niño que él está allí, como padre, para ayudar, no para imponerse; (c) hace suya la perspectiva del niño y demuestra flexibilidad en los intentos para mantener al niño en la tarea; y (d) sigue el paso, la cadencia del niño, proveyéndolo de la oportunidad de elegir entre opciones, y asegurándose de que el niño juega un rol activo en la culminación de la tarea.

Los padres fueron calificados como "padres de demasiado control" si exhibían comportamientos de intervenir demasiado temprano o excesivamente, usando tono de voz sarcástico o duro, o se mostraban rígidos, no tolerando ningún apartamiento de la tarea, y si ellos tomaban las decisiones y hacían mucho del trabajo por ellos mismos en lugar de permitir a sus hijos que hagan la tarea. Las investigadoras del Institute of Child Development encuentran en su experimento que a padres meros "controladores", peor función ejecutiva del hijo.

Mover a los padres.

Meuwissen y Carlson señalan que los resultados asociados a la "función ejecutiva" (capacidad de reflexión, de autocontrol y autocorrección) persisten durante toda la vida e impactan en el nivel de educación alcanzada, en el ingreso futuro, en las habilidades sociales y también en la salud física y mental.

El diseño de estrategias exitosas en la promoción de capital humano demanda sacar lo mejor de todas las personas del hogar. Nos jugamos mucho —también como país— en la primera infancia. Es urgente involucrar más a los padres, no solo a las madres. Necesitamos que papá se arremangue y se ponga a trabajar en casa. Seguro que será divertido.

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Alejandro Cid - Economista

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