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Ideología de la filtración

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Barack Obama. Foto: Reuters
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, da una conferencia tras reunirse con el equipo de seguridad nacional, en el Departamento del Tesoro, en Washington, Estados Unidos. 14 de junio de 2016. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la precandidata demócrata Hillary Clinton lanzaron el martes ataques simultáneos contra Donald Trump, y rechazaron la propuesta del probable nominado republicano de una prohibición a la entrada de musulmanes al país. REUTERS/Carlos Barria EEUU-TIROTEO-DEMOCRATAS
CARLOS BARRIA

Solo nerds serios como yo esperan con impaciencia los informes anuales de la Oficina del Censo sobre ingresos, pobreza y seguro de salud. Sin embargo, los informes que acaban de ser divulgados en 2015 justificaron la anticipación.

Esperábamos buenas noticias; sin embargo, resulta que el año pasado la economía parrandeó como si fuera 1999. Y esto nos dice algo muy importante; que un gobierno que así lo quiere, puede volver más equitativa la sociedad, mejorando la calidad de vida de familias comunes.

Los informes demostraron gran progreso en tres frentes: crecimiento acelerado en los ingresos de familias comunes: el ingreso medio subió un notable 5,2%; un sustancial descenso en el índice de pobreza; y un considerable aumento ulterior en la cobertura del seguro de salud tras las ganancias de 2014. Fue una trifecta que no hemos atinado desde 1999.

Es cierto que el repunte en el ingreso medio llega tras años de decepción, e incluso ahora el ingreso de la típica familia, ajustado por la inflación, es ligeramente menor a lo que era antes de la crisis financiera. Sin embargo, el porcentaje de estadounidenses sin seguro de salud está actualmente en niveles históricamente bajos.

Piensen en la campaña electoral de 2012. Había ya señales de la política impulsada por teorías de conspiración e intolerancia de la elección de este año: Donald Trump estuvo proclamando estridentemente que el acta de nacimiento de Obama era falso, y Mitt Romney aceptó ansiosamente la aprobación de Trump. Sin embargo, hubo también algo similar a un debate estratégico. Los republicanos acusaron a Obama de ser un "redistribucionista", quitándole dinero a "creadores de empleos" para darles cosas gratis al 47%. Además, ellos alegaron que estas políticas socialistas estaban destruyendo incentivos y bloqueando la recuperación económica.

De hecho, efectivamente había parte de verdad en la primera parte de esta acusación. Obama no es socialista, pero desde su reelección ha presidido un considerable aumento en impuestos a ingresos altos. En efecto, el 1% superior está pagando actualmente alrededor del mismo porcentaje de su ingreso en impuestos federales que pagaba en 1979, antes de que Ronald Reagan lanzara la época de grandes cortes fiscales para los ricos. Además, una parte del aumento en la recepción fiscal está siendo usada para subsidiar el seguro de salud para familias de ingresos medios y bajos.

Los conservadores pronosticaron el desastre a partir de estas iniciativas. Insistieron en que los aumentos de impuestos a los ricos estancarían a la economía. La combinación de regulación y subsidios del Obamacare, declararon, acabaría con millones de empleos sin incrementar el número de estadounidenses asegurados.

Más bien, lo que ocurrió tras la reelección de Obama fue el mejor crecimiento de empleos desde los ´90. Sin embargo, los ingresos familiares, cuando menos según el estimado del Censo, siguieron disminuyendo. Así que había todavía un poco de base estadística para los duros ataques de la derecha hacia Obama. Ahora, eso ya no existe.

Pudieran preguntarse si estos números reflejan la realidad. A menudo se alega que los estadounidenses no están sintiendo la recuperación económica.

Pero, tengan cuidado con las encuestas sobre este tema. Cuando se pregunta a los estadounidenses cómo le va a la economía, muchos de ellos solo repiten lo que creen que oyeron en el noticiario de Fox: por grandes márgenes, los republicanos dicen que el desempleo ha subido y el mercado accionario ha bajado con Obama, lo contrario a la verdad. Por otra parte, cuando le preguntan a la gente qué tan bien le está yendo personalmente, los años de Obama han estado marcados por grandes mejoras… marcado aumento en el porcentaje de los estadounidenses que consideran que están prosperando.

Así que la buena noticia es real. Y debería (pero no lo hará) romper finalmente el control de la ideología de la filtración sobre buena parte de nuestra clase política.

Ya saben cómo va el argumento: cualquier intento por ayudarles directamente a familias, nos dicen, repercutirá dañando a la economía en general. Así que debemos recortarles impuestos más bien a esos "creadores de empleos", contando con una oleada ascendente para que suba todas las embarcaciones.

Sería una exageración afirmar que la administración Obama ha hecho lo contrario, pero hubo definitivamente un elemento de economía de filtrado ascendente en su respuesta a la Gran Recesión: buena parte del estímulo tuvo que ver con expandir la red de seguridad social, no solo para proteger a los vulnerables, sino para incrementar el poder adquisitivo y sostener la demanda.

Ahora, ya llegaron los resultados de este experimento político, y no son malos. Podrían haber sido mejores: el estímulo debería haber sido mayor y más sostenido, y la oposición republicana paralizó la política económica de la Administración tras los primeros dos años. De cualquier forma, políticas progresistas han funcionado, y se ha demostrado que los detractores de esas políticas están equivocados.

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Barack Obama. Foto: Reuters

PAUL KRUGMAN

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