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Hablemos de las exportaciones

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Le propongo al lector compartir algunos indicadores que directa o indirectamente involucran a las exportaciones. Valor, volumen y precio, términos del intercambio, evolución de su estructura por rubros o sectores, origen territorial franco o no franco, e indicadores de rentabilidad, como el IEBU o los salarios en dólares ajustados por precios de exportación.

Las exportaciones venían cayendo con firmeza después de que en los 12 meses a julio pasado, las solicitudes tocaran un máximo de US$ 9.670 millones, pero en mayo profundizaron su caída, cuando el dato mensual fue 23% inferior al del mismo mes de 2014. Según Uruguay XXI, en el acumulado de los primeros cinco meses de 2015, las solicitudes de exportación cayeron 9,9% en la comparación interanual. Estos datos, como los que difunde mensualmente el BCU a partir de información de Aduanas, solo consideran las exportaciones desde territorio no franco y excluyen las realizadas desde zonas francas. Es decir que se considera la exportación de madera que es procesada por las plantas de producción de pasta de celulosa, pero no la de ésta. La información completa de las exportaciones de bienes, incluyendo las de las ZZ.FF., es difundida trimestralmente al publicarse la balanza de pagos.

Precio vs. cantidad.

Otro indicador clave de nuestras exportaciones es el índice que releva sus precios y que elabora la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), disponible desde el año 2000. Conociendo el valor (cifras en dólares corrientes) de nuestras exportaciones y conociendo la evolución de un índice de sus precios (en dólares) podemos inferir la evolución de la cantidad o volumen físico de las exportaciones.

Si tomamos como punto de partida el año 2004, desde entonces el valor de las exportaciones subió 207%, pero su volumen "sólo" subió 69%. Todo lo demás fue efecto precio, lo que explica el 68% del aumento del valor exportado desde el punto de partida referido, dejando el 32% restante al incremento del volumen de las exportaciones. Hablando en plata, las exportaciones pasaron de tres a nueve mil millones de dólares desde 2004, y de esos seis mil millones adicionales, dos se deben a más cantidad y cuatro a más precio.

Más recientemente, desde el año 2005, el BCU estima series de precios y de cantidades de exportaciones e importaciones. De ese modo, se puede estimar la evolución de los términos del intercambio externo, que es la relación entre los precios de las exportaciones y los de las importaciones. Desde aquel año y hasta los últimos 12 meses disponibles, a marzo, las exportaciones se apreciaron 70% y las importaciones 31%, por lo que la relación entre ambos precios mejoró 30%. Lo opuesto sucedió con las cantidades exportadas e importadas, siendo en este caso estas últimas las que más subieron: 118% versus 54%. Por lo tanto, si no fuera por la mejoría significativa en los términos del intercambio, nuestros déficit en la balanza comercial y en la cuenta corriente de la balanza de pagos serían considerablemente mayores a los actuales.

Qué se exporta.

A todo esto, el transcurso del tiempo va mostrando una evolución en la estructura de las exportaciones. A efectos de hacer una comparación entre momentos suficientemente distantes, viene al caso comparar la estructura actual con la de 1998, año "pico" previo a la crisis de 2002 y representativo del Uruguay pre crisis y pre boom de precios de commodities. Veamos primero la situación actual donde los principales seis sectores concentran el 68% del valor exportado: agrícola, frigoríficos, lácteos, químicos, molinería (arroz) y extracción de madera (una vez más, las cifras corresponden a las exportaciones desde territorio no franco). Si ahora vamos a 1998, los principales seis sectores solo concentraban el 37% del total exportado y de aquellos seis solo "repiten" la mitad: frigoríficos, lácteos y arroz. Los otros tres "top 6" de 1998 y que ya no destacan son textiles, curtiembres y marroquinería y material de transporte. Mientras tanto, las exportaciones de origen agropecuario se afirmaron pasando de 59% a 72% entre 1998 y 2014.

Como veíamos más arriba, las cifras más difundidas sobre comercio exterior, de frecuencia mensual, se refieren a las realizadas desde territorio no franco y excluyen a las de ZZ.FF., de reciente desarrollo a partir de la instalación de plantas de producción de pasta de celulosa.

Ahora bien, al contar con información trimestral de la balanza de pagos, que comprenden el total de las exportaciones e importaciones de bienes, podemos estimar, por diferencia, las cifras propias de las zonas francas. En el año pasado, la diferencia entre las exportaciones según balanza de pagos y aduanas fue de US$ 1.214 millones y en el caso de las importaciones, de US$ 536 millones. Estas cifras habrán de cambiar significativamente en este año por el funcionamiento de Montes del Plata durante el total del período y no solo por algunos meses como en 2014.

Rentabilidad.

También desde 2005, el BCU produce el IEBU, índice de excedente bruto unitario de la industria exportadora, que viene a ser un indicador de la rentabilidad de ese sector. El mínimo de la serie se dio en marzo de 2013, en la antesala de que cambiara la política monetaria en nuestro país y comenzara a subir el dólar, tanto en términos nominales como reales. El último dato disponible, a marzo, muestra que en los últimos 24 meses, desde aquél mínimo de la serie, el IEBU subió 11%, lo que constituye una recuperación importante. Pero en el mismo lapso el dólar subió 33%, por lo que el conjunto de los restantes factores del índice que hacen a la rentabilidad de la industria exportadora tuvo un deterioro de 17%. Vaya si se trata de una razón relevante para perseverar en el proceso de depreciación de nuestra moneda.

Otro indicador que es relevante construir surge de cotejar la evolución de los salarios medios del sector privado expresados en términos de dólares con la evolución del ya mencionado índice de precios de exportaciones de la CIU. No basta con ver los salarios en dólares porque es significativa la situación del contexto en que se da su evolución, contexto que puede ser de encarecimiento o de abaratamiento del mundo en términos de dólares. Como vimos, en lo que ha transcurrido del presente siglo la tendencia dominante ha sido la del encarecimiento global en dólares y no creo que haya mejor indicador para capturar ese efecto en nuestra realidad que a través de la evolución de nuestros precios de exportación.

El resultado que arroja la evolución de los salarios en dólares corregidos por los precios de exportación es bien claro: hay una tendencia creciente desde 2004 y hoy día se encuentran un 37% por encima del promedio del período iniciado en el año 2000. Es decir que los salarios en dólares han subido con relación a los precios de exportación y hoy son 37% más caros, en términos de nuestras exportaciones, que en el promedio de los últimos 15 años.

Dicho indicador no es, en última instancia, algo muy diferente al inverso del tipo de cambio real (que es la relación entre precios de transables y no transables, siendo no transables los salarios y transables los precios de exportación). No sorprende, por tanto, que los indicadores de tipo de cambio real den resultados acordes con aquél.

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Javier de Haedo

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