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Ahora, la fortaleza financiera de China se erosiona

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Los datos de la economía de China pautan los mercados globales. Foto: AFP
AFP fotos - CHINA-ASIA-ECONOMY-SOCIAL-MIDDLECLASS-FILES - FIN - (FILES) This file photo taken on November 11, 2009 shows shoppers crowding a clothing store in Wangfujing, one of Beijing's busiest shopping districts. The biggest increase in middle-class Asians, who are estimated to number 1.9 billion now, will be observed in the two Asian giants with the largest populations, China and India. China has so far been much more successful in elevating poor people, with 817 million or 63 percent of its population in the higher category in 2008, reflecting its much larger economy. AFP PHOTO / FILES / Peter PARKS CHINA-ASIA-ECONOMY-SOCIAL-MIDDLECLASS-FILES - Beijing - - - CHINA - PETER PARKS - pp/ejj/mos/RAB¶GENTE DE COMPRAS EN CHINA, TIENDAS DE ROPA Mercado. Las posibilidades de consumo en China atraen a empresasoccidentales que ven oportunidades crecientes.¶
PETER PARKS - AFP - FILES AFP/AFP

La advertencia de Moody’s es la enésima que recibe China por el enorme crecimiento de la deuda durante los últimos años. Según datos del Banco de Pagos Internacionales de septiembre de 2016 —los últimos disponibles—, la deuda total del gigante asiático suponía un 255% de su Producto Interno Bruto.

Si bien tanto la deuda pública —la que está en manos del Gobierno— y la de los hogares, están en niveles aun bajos en comparación con otras grandes economías (46,1% y 43,2% del PIB, respectivamente), la deuda corporativa se situó en un preocupante 166,2%.

"Moodys espera que el apalancamiento de toda la economía aumentará aún más en los próximos años.

La importancia que las autoridades atribuyen al mantenimiento de un crecimiento robusto dará lugar a políticas de estímulo sostenido, dados los impedimentos estructurales para lograr las metas de crecimiento actuales. Tales estímulos "contribuirán al aumento de la deuda", dice la agencia. Es la primera vez que Moodys rebaja la nota de la deuda soberana china desde 1989, a raíz de la inestabilidad provocada por la masacre de la plaza de Tiananmen.

China, segunda economía mundial y primera potencia comercial, lleva varios años experimentando una ralentización progresiva de su crecimiento económico.

Un año después de que el presidente Xi Jinping llegara al poder, las autoridades prometieron reformas estructurales promercado que deberían dar un nuevo impulso a la economía, pero pocas se han llevado a cabo. Entretanto, el último plan quinquenal aprobado establece un crecimiento anual mínimo del 6,5% hasta 2020 que se antoja irrenunciable. Si la economía no lo logra por sí sola, Pekín ayuda con estímulos y su enorme capacidad de intervención a través de las empresas estatales.

De ahí que China haya vivido en una suerte de primavera durante el último año y medio. Pero los efectos del estímulo tienen un límite. "Se espera que el potencial de crecimiento de China disminuya a cerca del 5% en los próximos cinco años", dice Moodys, por la caída de la inversión sobre el total del gasto, la disminución progresiva de la población en edad de trabajar y la continua bajada de la productividad.

Si bien Moodys considera que el compromiso de las autoridades en hacer reformas es "claro", también creen que éstas "no tendrán el impacto suficiente para contener la erosión del crédito asociado a la combinación del aumento del endeudamiento en toda la economía y un crecimiento más lento".

A pesar del recorte, la perspectiva de la deuda china a largo plazo pasa de negativa a estable. Según la agencia, el gigante asiático sigue contando con "ventajas importantes" que favorecen la estabilidad. Entre ellas destaca una economía grande y de rápido crecimiento, el dominio gubernamental sobre el sistema financiero, el control de los flujos de capital transfronterizos, la elevada tasa de ahorro entre los ciudadanos (de cerca del 40%) o los más de 3 billones de dólares en reservas de divisas.

La rebaja de la calificación crediticia de China por parte de Moodys, la primera en varios años tras continuas subidas, no tendrá un gran impacto en el interés que paga el país por su deuda, porque la gran mayoría de préstamos y bonos están en manos de actores parcialmente o directamente conectados con el Estado chino. Solamente una ínfima parte pertenece a inversores extranjeros. La noticia, sin embargo, ha provocado que la moneda china, el yuan, cediera un 0,35% de su valor frente al dólar estadounidense.

Los principales mercados del país respondieron al anuncio con bajas moderadas: Shanghai cedía un 0,7% y Shenzhen un 0,2%. Aunque lo que digan las agencias crediticias extranjeras no es algo que precisamente preocupe a los inversores. China ha criticado varias veces a las tres principales agencias estadounidenses (Moodys, Fitch y Standard & Poors) por su hegemonía a la hora de decidir qué gobiernos y empresas son dignos de crédito.

De hecho, el gigante asiático cuenta con su propia agencia de calificación, Dagong, que otorga a la deuda China prácticamente la máxima nota: AA+. Estados Unidos, en cambio, tiene que conformarse con un A-.

El Gobierno chino ha rechazado la valoración de Moodys. En un comunicado, el Ministerio de Finanzas asegura que la agencia usa "una metodología inapropiada que sobreestima las dificultades a las que se enfrenta la economía china y subestima los esfuerzos del país de profundizar las reformas estructurales".

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Los datos de la economía de China pautan los mercados globales. Foto: AFP

MOODY’S REBAJA LA CALIFICACIÓN CREDITICIA

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