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Los empleos industriales no volverán a Estados Unidos

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Richard Vietor, catedrático en política económica internacional en Harvard Business School. Foto: El País
Francisco Flores

ENTREVISTA

Los salarios de la industria en México son de US$ 3,65, en China de US$ 6 y en EE.UU. de US$ 27; así es imposible competir.

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Si viene una recesión en Estados Unidos, no será por la Reserva Federal”, asegura Richard Vietor, catedrático de la Harvard Business School, especialista en política económica internacional. El profesional considera que la política monetaria que se impone hoy en su país es la correcta y cuestionó al presidente Trump por adjudicarle a la Fed responsabilidades por la desaceleración económica que le corresponden a él, especialmente por la guerra comercial con China. Vietor sostiene que EE.UU. es un país de servicios y los empleos manufactureros que se fueron a China o México “no volverán” aunque los prometa el presidente Trump. El experto estuvo en Uruguay para impartir clases en la Escuela de Negocios de la UM, auguró una “tregua de Navidad” en el diferendo con China y espera un crecimiento de 2,3% en el año para Estados unidos, A continuación, un resumen de la entrevista.

—Recientemente, la Reserva Federal resolvió una nueva rebaja de tasas de interés en Estados Unidos; en el actual contexto económico de su país, ¿qué opina de esta decisión?

—Tiene sentido que la Fed resuelva volver a reducir los tipos de interés. Casi que al mismo tiempo se reportó el dato del PIB al tercer trimestre, reflejando un crecimiento ralentizado, en 1,9%, claramente por debajo de lo que ocurrió en los dos primeros trimestres del año. El mundo entero se está desacelerando y en sintonía con ello la Reserva Federal toma su decisión. Había opiniones en Estados Unidos que reclamaban una baja aún mayor, pero las autoridades monetarias fueron prudentes y la reducción en 0,25% fue acertada. Powell (Jerome, presidente de la Fed) está haciendo exactamente lo que la economía demanda; esto no quiere decir que a partir de esta decisión nos salvemos de una eventual recesión económica, pero eso no ocurrirá por malas decisiones de la Reserva Federal.

—¿La FED cedió a las presiones del presidente Trump?

—No, para nada, Trump pidió mucho más, quería mayores recortes y la Fed no lo ha hecho. Recordemos que el presidente ha sido muy agresivo, señalando incluso que la responsabilidad de una desaceleración económica corresponde a Powell y la Fed. Veníamos con una economía enlentecida, los efectos de las tasas altas han desaparecido en nuestra economía, ara hay otras cuestiones que amenazan la recuperación económica, por ejemplo, las guerras comerciales que impulsa Trump. La Reserva Federal responde a este contexto económico bajando las tasas; por otro lado, tengamos en cuenta que la inflación hoy se encuentra en 1,8%, por debajo del objetivo oficial, lo que permite que se hagan estas reducciones sin preocuparse por un incremento de los precios.

—En su comunicación pública, la Fed no incluyó la referencia de que actuará “según sea apropiado" para apoyar la expansión económica, una frase que se consideraba una señal de futuros recortes. ¿Se terminaron?

—Si seguimos enlenteciéndonos, creo que esta política continuará por al menos uno o incluso dos trimestres, siempre y cuando no haya una recesión, que es posible.

—Según el Departamento de Comercio, la expansión del PIB en el tercer trimestre fue 1,9%, menor a los dos trimestres anteriores. El PIB está creciendo dentro de su rango potencial, que está entre el 1,7% y el 2%...

—El presidente Trump dijo que para estas fechas estaríamos creciendo en un 4%, pero lo hacemos al 1,9%. Bajo el mandato de Obama crecimos 2,1% por año en promedio en los 8 años; ahora, subimos a 3% con un recorte en los impuestos, y volvimos a bajar a 1,9%. En 52 años, 3,5% fue el mayor crecimiento trimestral que tuvimos. Este año, fue 3,2% el primer trimestre, 2,4% el segundo y ahora 1,9%. No estamos tan mal, creo que, en el cuarto trimestre, volveremos a subir debido a las ventas de navidad y terminaremos en un 2,3% para el año.

—El mejor indicador a nivel macro que muestra la economía de Estados Unidos es el del desempleo, con los menores guarismos en 50 años…

—Hay que tener en cuenta algo: tenemos bajo desempleo porque somos una economía de servicios, que constituyen un 89% de nuestro PIB. Muy bien con eso, pero no construimos nada. Solo aviones, servidores y armamento, que tampoco se colocan en todo el mundo. Realmente, vendemos servicios, turismo, viajes, tecnología, educación. No es la misma economía de antaño, ni los mismos empleos.

—Se refiere a los miles de empleos perdidos en la industria manufacturera…

—Exacto. Trump prometió traer el trabajo de vuelta a EE.UU., los trabajos manufactureros que se han ido a México o China, pero eso no va a suceder. La relación entre servicios y manufacturas (89% vs. 11%) es una constante en la economía estadounidense de los últimos años y lo cierto es que no se va a modificar.

El salario para los trabajadores manufactureros mexicanos es de US$ 3,65 y en China están por debajo de los US$ 6, mientras que los nuestros están en US$ 27 promedio. Por tanto, es imposible que estos trabajos vuelvan a Estados Unidos. Lo que sí está sucediendo, es que las empresas están llevando estos empleos desde China a Vietnam, y algunos a México. Esos movimientos se están dando, buscando menores costos, pero no vuelven a Estados Unidos. Y esos movimientos lo que generan, por ejemplo, es que las exportaciones desde México a EE.UU. se incrementen, debido a que muchos bienes que antes conseguíamos de China, ahora los estamos obteniendo de México. Esto tiene que ver con la guerra comercial con China, una demostración más de lo ridícula que resulta.
Otro aspecto claro de todo esto es la industria del automóvil…

—También debilitada…

—Nuestro mercado es enorme, exportamos un montón de cosas y eso seguirá siendo así, pero ahora se trata de bienes y desarrollos que generalmente los producíamos acá. Es el caso de Tesla y sus vehículos eléctricos. Se va a hacer sus autos a China. Es mucho más barato producir allí, venderlos a los chinos, al mundo, inclusive a nosotros, pero con los costos de aquel país.
No hay ninguna razón para pensar que nuestra industria manufacturera se recupere ante esa diferencia de salarios. Nos queda seguir con aquellos productos que seamos competitivos, y luego, potenciar el desarrollo de los servicios.

—La baja del Euro frente al dólar, ¿es otra presión a la competitividad de EE.UU.?

—El euro llegó a valer US$ 1,51, luego bajó hasta 1,07 y ahora se encuentra alrededor de US$ 1,10. Europa es un desastre, especialmente Europa del sur, como Grecia, Portugal y España, que está creciendo, pero con altas tasas de desempleo; Italia al borde de una crisis, Inglaterra es un lío por el Brexit, por lo que básicamente solo queda Alemania, Francia, Austria y Holanda en buen estado, y si observamos su PIB per cápita, están muy por detrás de EE.UU. Pero nuestra competencia no está allí, tenemos varias ventajas con respecto a Europa. Nuestra verdadera preocupación es China.

—¿Qué pasara en la relación con China?

—Es difícil de prever. Se iban a encontrar los líderes de ambos países en la cumbre de la COP 25, veremos. Hay cuestiones que no avanzan, aunque pueda haber acuerdos puntuales. Los problemas estructurales no se están resolviendo. China incumple sostenidamente con la OMC, Estados Unidos gana cada demanda que interpone, pero sigue sucediendo. Yo creo que probablemente vamos a tener una tregua comercial para Navidad, pero no vamos a resolver nuestros problemas. Probablemente van a anunciar un acuerdo, Xi Jinping y Trump van a darse la mano, y Trump va a decir “lo logré, los vencí”, pero nada va a resolverse. Tenemos un déficit comercial de 891 billones de dólares, de los cuales 419 billones son con China, y eso no va a cambiar.

—De todos modos, ese déficit comercial puede no ser del todo negativo…

—Es cierto que tener un déficit comercial con China puede no ser del todo malo, ya que ellos son muy buenos construyendo cosas y nosotros nos beneficiamos de ello, obteniendo bienes a bajo costo, lo que indudablemente ayudó a que en EE.UU. tuviéramos baja inflación en los últimos diez años. Además, el dinero que nosotros les pagamos, ellos lo devuelven comprando nuestros bonos del tesoro, lo que significa que no tenemos que ahorrar mucho e igual continuar teniendo abultadas inversiones. No estoy diciendo que me guste el déficit comercial tan abultado que hoy tenemos, pero sí que nos beneficiamos mucho de él y Trump no entiende esto, impulsando una guerra sin sentido y prometiendo soluciones que son imposibles.

—¿Se supone que con otra administración esto se puede resolver?

—Que Trump se va no es algo seguro, ya que podría ganar nuevamente las próximas elecciones, lo que sería desastroso para EE.UU. Pero si Trump se va creo que varios problemas se resolverían, entre ellos la guerra comercial. El próximo presidente debería intentar negociar los asuntos estructurales y se podrían obtener algunas mejoras.

—Hoy, ¿todos pierden con esta guerra?

—Definitivamente sí. La guerra comercial tiene un fuerte impacto, está enlenteciendo a China y a EE.UU., y también afecta al sur de Asia, y en algún punto además a Canadá y México. La guerra comercial está empeorando nuestras relaciones, y sus temas de seguridad y militares están creciendo fuertemente, especialmente en China del sur. La seguridad cibernética es un problema, Huawei es un problema, y por esto pienso que incluso luego de que termine la guerra comercial, nos estamos moviendo hacia una situación de guerra fría con China, y eso es algo muy malo, ya que nosotros necesitamos llevarnos bien con China, no podemos permitirnos tener problemas con ellos. Tenemos que aprender a vivir con China, primero tenemos que ponerle un fin a esta guerra comercial, y después tenemos que trabajar en todos los otros problemas que tenemos con ellos.

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