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El BCU y el tipo de cambio real

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Bancos debieron vender dólares para hacerse de pesos. Foto: Archivo.
BLOOMBERG NEWS - DOLLAR DECLINE - F - I - A portrait of former U.S. President Benjamin Franklin, printed on the face of U.S. one hundred dollar bill, is seen beneath pennies in a photograph arranged on Monday, May 7, 2007, in New York. Anyone who says the dollar is weak after it fetched a record-low $1.3681 against the euro and the fewest pence against the pound in 25 years is expressing a euphemism. Photographer: Stephen Hilger/Bloomberg News. DOLLAR DECLINE - NEW YORK - NY - USA - STEPHEN HILGER - SH MONEDAS, DOLAR, BILLETE
STEPHEN HILGER - BLOOMBERG NEWS/BLOOMBERG NEWS

Me voy a referir a los indicadores de tipo de cambio real (TCR) que publica mensualmente el BCU. Se trata de series que se inician en enero de 2000 y tienen como base al promedio del año 2010. Las series se refieren a algunos países de fuera de la región (Estados Unidos, México, Alemania, España, Reino Unido, Italia y China) y a dos países de la región, nuestros vecinos.

Además de presentar los indicadores bilaterales de TCR con dichos nueve países, el BCU presenta los respectivos promedios "extrarregional" y "regional", así como el "global".

En el caso de Argentina hay problemas serios con la serie del BCU, que la hacen inadmisible por las razones que veremos. Y esos problemas "contaminan" a las series que la incluyen, la "regional" y la "global". ¿Cuáles son esos problemas?

Primero, que el BCU utilizó el IPC del Indec a lo largo del extenso período de casi diez años en el que dicho índice no reflejó debidamente la inflación argentina. Viene al caso señalar que, entre comienzos de 2007 y octubre de 2015, cuando dicho índice fue publicado por última vez, la verdadera inflación superó a la oficial en aproximadamente 182%. El gobierno argentino asumido en diciembre discontinuó aquel índice y expresó que desde el mes de noviembre y mientras no hubiera un nuevo IPC del Indec, los agentes económicos debían utilizar uno alternativo, ya fuera el IPC de la DGEC del Ministerio de Hacienda de la ciudad de Buenos Aires, o el IPC de la provincia de San Luis. El BCU optó por utilizar el primero de los mencionados. La citada brecha entre realidad y fantasía (182%) fue estimada por este economista a partir del IPC de San Luis, que fue el más usado durante los años en los que el índice oficial no fue confiable.

Segundo, que entre el tercer trimestre de 2011 y finales de 2015, cuando existió un tipo de cambio paralelo (blue), este no fue considerado por el BCU. Y si bien no es habitual que los indicadores de TCR incluyan tipos de cambio paralelos, en el caso de la relación bilateral entre Uruguay y Argentina resultaría ridículo omitirlo en la medida en que es el centro principal de la relación entre ambos países. Sin ir más lejos, el año pasado le exportamos a Argentina mercaderías por US$ 388 millones y turismo por casi el triple, US$ 1.078 millones.

En el primer caso, al subestimarse la inflación argentina se está subestimando el TCR bilateral de Uruguay con Argentina (que en realidad es mejor de lo que el BCU presenta, por haberse encarecido Argentina más en la realidad que en la ficción del Indec) y por lo tanto se subestiman el TCR regional y el global. En el segundo caso, al omitirse la parte de la realidad para la cual el dólar blue fue relevante, se sobreestima el TCR bilateral de Uruguay con Argentina (que en realidad estuvo más barata en dólares que viendo sólo el dólar oficial) y entonces también se sobreestima el TCR regional y el global.

O sea que de los 12 indicadores de TCR que presenta el BCU hay tres que no tienen valor alguno: el de Argentina, el regional y el global. El verdadero problema es que las series del BCU tienen numerosos e importantes usuarios que soslayan las deficiencias referidas en ellas y difunden y utilizan las series del BCU como si fueran buenas. Es, por ejemplo, el caso de la prensa que mensualmente informa al respecto de estos indicadores.

En este contexto, es menester que el BCU corrija las series de TCR que publica, considerando la realidad argentina de los últimos años, ahora que el gobierno que pretendió distorsionarla no está en funciones y que el nuevo gobierno ha admitido lo sucedido, discontinuado la serie del IPC y sugiriendo utilizar otros alternativos mientras elabora uno propio de acuerdo a los estándares internacionales.

Este economista ha hecho sus propios cálculos, sencillos y sin la profundidad metodológica que seguramente podrá tener el BCU, a efectos de ilustrar acerca de las diferencias que surgen de considerar la verdadera inflación y, en lo que es pertinente, el dólar blue, versus la inflación del "viejo" Indec y sólo el dólar oficial. A esos efectos, considero como ponderaciones fijas del índice global, 50% al extrarregional, 25% al de Argentina y 25% al de Brasil. Desde que se empieza a subestimar el IPC argentino, utilizo la serie de la provincia de San Luis y desde que aparece el blue, divido la ponderación de Argentina en 2/5 con el oficial y 3/5 con el blue.

Al mes de abril, último dato publicado a la fecha por el BCU, y tomando como base el año 2000, cuando no había distorsiones, el TCR con Argentina resulta 181% superior al que informa el BCU (es lógico, "aquella" brecha se mantiene y ya no hay dos tipos de cambio) y el TCR global, 26% superior.

Y si tomamos como base de referencia a los promedios respectivos del período entre 2000 y 2015 (que lo prefiero, a usar una base arbitraria y sin fundamento), el TCR bilateral con Argentina estaba en abril alrededor de un 8% por arriba del promedio histórico referido y no 51% por debajo de él como surge de la serie del BCU, mientras que el indicador de TCR global estaba 13% por debajo del promedio histórico y no 26% por debajo de él como surge de las series del BCU.

Los indicadores económicos simplifican la realidad para hacerla accesible y entendible, pero para ello deben reflejarla adecuadamente.

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Bancos debieron vender dólares para hacerse de pesos. Foto: Archivo.

JAVIER DE HAEDO

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