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Ejecutivos mundiales entre el optimismo por la vacunación y la angustia por la ciberseguridad

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Foto: Pixabay

Crisis global

Según la encuesta global de PwC, si bien una mayoría aplastante de ejecutivos de grandes empresas confía en un rebote para este 2021, preocupa que las crisis sanitarias se cronifiquen.

Después de haber vivido la mayor recesión económica desde la Gran Depresión, es lógico que con el inicio de la vacunación una mayoría aplastante de ejecutivos de grandes empresas de todo el mundo confíen en un rebote para este 2021. Un optimismo compatible con una creciente angustia entre los ejecutivos por el temor a que las crisis sanitarias se cronifiquen y a que las tendencias negativas de la economía se aceleren como consecuencia del coronavirus. Es el escenario que dibuja la encuesta global a ejecutivos elaborada anualmente por PwC y que se presenta justo un año después de que la Organización Mundial de la Salud declarara la covid-19 una pandemia global, el 11 de marzo de 2020.

Los presidentes y consejeros delegados de las principales empresas mundiales confían abrumadoramente (76%) en una clara mejora de la economía este ejercicio, un optimismo que se sitúa en el nivel más alto desde 2012. Más todavía entre los ejecutivos españoles, con un 82%. Extrapolando estos datos al PIB, PwC anticipa un crecimiento de la economía global del 5%, ligeramente por debajo del 5,5% previsto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y en recuperar los niveles prepandemia a finales de este año o principios del próximo.

PwC, con su presidente Bob Moritz a la cabeza, suele presentar esta encuesta en el marco de la reunión anual del Foro Económico Mundial en la estación suiza de Davos, pero dadas las especiales circunstancias de los últimos meses, en esta ocasión ha decidido esperar a los primeros compases de 2021 para preguntar a los ejecutivos de 5.050 empresas sobre sus perspectivas.

En cuanto a sus negocios, los directivos esperan la recuperación más a medio plazo, unos tres años, y con fuertes variaciones entre sectores, en función del impacto que haya tenido la pandemia en su actividad: mejores expectativas entre los consejeros delegados de empresas de tecnología y telecomunicaciones, y peores para las de turismo, ocio, transporte y logística.

Con algunas sorpresas: la estadounidense Fender vendió el mayor número de guitarras eléctricas de toda su historia, fruto del confinamiento. Así que, en términos generales, la encuesta rebosa optimismo tanto a nivel global como entre los españoles. Salvo en un punto: el empleo.

Los ejecutivos españoles auguran despidos

Mientras un 44% de los ejecutivos mundiales espera aumentar su plantilla este año —y un 35% mantenerlas—, la mayoría de los directivos españoles (42%) cree que llevará a cabo despidos en sus empresas, lo que no anticipa nada bueno para las cifras de empleo en los próximos meses. Por lo que respecta a las preocupaciones de los ejecutivos, los directivos españoles comparten a grandes rasgos los desvelos de sus homólogos globales, pero llama la atención el orden que ocupan: la sobrerregulación —el 74% dice estar muy preocupado—, encabeza la lista de esos desvelos, seguida de la incertidumbre política —70%— y el populismo —70%—; solo en cuarto lugar aparece la pandemia —68%—.

Al analizar la percepción de los directivos sobre las amenazas que se ciernen sobre sus empresas es cuando aflora la angustia que persiste en los ejecutivos tras lo sucedido estos últimos 12 meses. Y las contradicciones en las que incurren. La vacunación no ha terminado con el temor a la COVID-19 y a que las crisis sanitarias se hagan crónicas, aunque haya mejorado sus expectativas. La pandemia ha acelerado la digitalización de la economía y, con ello, la capacidad de respuesta de las empresas, pero también ha evidenciado la amenaza que representa la ciberseguridad y la desinformación. Un riesgo que refleja, según el informe, que “nos encontramos ante niveles históricamente bajos de confianza”. Pese a ese temor, las empresas no se van a lanzar a invertir para hacer sus sistemas tecnológicos más seguros. Sí, en cambio, apuestan por automatizar buena parte de sus procesos productivos pese a que admiten que ese cambio aumentará la desigualdad, que ya es una preocupación para el 20% de los ejecutivos.

Más contradicciones. Un creciente número de empresas suscriben los criterios de inversión socialmente responsables (ESG, en sus siglas en inglés) y, sin embargo, para un 60% de los ejecutivos el cambio climático no se incluye entre los factores de riesgo para los que deben prepararse. La ayuda prestada por los Gobiernos a particulares y empresas para hacer frente a la crisis ha disparado los niveles de deuda pública y PwC ha constatado una creciente preocupación de las empresas por la inflación y las políticas tributarias para hacer frente a esas facturas han pasado a ocupar el séptimo puesto entre las preocupaciones de los directivos, muy por encima del 15 de un año antes.

Y en una tendencia que se viene agudizando en los últimos años, las empresas estadounidenses se siguen retirando del mercado chino en favor de países como Canadá y México. La guerra comercial y tecnológica entre las dos potencias explica ese giro.

(*) Alicia González, economía internacional, El País de Madrid

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