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El doble click sobre el empleo

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Foto: El País

OPINIÓN

Egresados con formación terciaria, parecen estar trabajando a capacidad plena mientras que otros sectores con menores niveles de calificación sufren en mayor proporción la falta de trabajo.

Los países que logran crecer a lo largo del tiempo lo hacen con un mercado de trabajo saludable. Logran incorporar cada vez más trabajadores, que producen más bienes y servicios. Aquellas economías que lo hacen de forma más sostenible, es porque logran, además, una mejora continua en la relación input-output de la fuerza laboral. Y esto se alcanza con trabajadores con mejor preparación para aprovechar, o adoptar rápidamente los cambios tecnológicos.

El mercado laboral en Uruguay muestra desempeños muy dispares según la condición del trabajador. A la hora de buscar trabajo, ¿es lo mismo ser mujer que hombre?, ¿tener estudios a no tenerlos?, ¿ser joven…? Para transformar la realidad, para mejorarla, lo primero es entenderla, para luego diseñar políticas públicas focalizadas que traccionen los cambios necesarios.

Si bien el dato de la tasa de desempleo es el de mayor anclaje como referencia de análisis, encuentra limitaciones. Ejemplo de ello son los desocupados que se desalientan por no lograr insertarse o reinsertarse y desisten de su búsqueda, los que pasan a ser para la estadística, población económicamente inactiva.

Ahora bien, si repasamos los últimos datos disponibles encontraremos que a marzo el desempleo alcanzó al 7,7% de la población económicamente activa (aquellos que en edad de trabajar están ocupados o buscan estarlo). Cabe preguntarnos, ese guarismo ¿es mucho o es poco?. La respuesta es: depende. Veamos.

En el doble click sobre el dato de empleo por sexo, encontramos que la tasa de desempleo en hombres alcanza al 6,5% mientras que en mujeres alcanza al 9,2%. Hay una aguda brecha de género a la hora de encontrar trabajo. Si el análisis es por tramo etario, la herida es profunda. Mientras que para los mayores de 30 años la tasa de desempleo oscila entre 5,9% y 2,9%, para los jóvenes suele ser crítico encontrar trabajo. Dentro de los que tienen entre 25 y 29 años el desempleo alcanza al 9,6% y para los menores de 24 años, el desempleo es mayor al 25%. Uno de cada cuatro jóvenes que buscan empleo no lo consiguen. Cuando incorporamos los datos en función del nivel educativo, se encuentra una brecha aún más amplia. Aquellos que han logrado una formación terciaria o de postgrado, tienen niveles de pleno empleo (desempleo del 1,6%), sin embargo, aquellos que no han logrado finalizar el ciclo básico tiene una tasa de desempleo del 8,7%, y los que aun habiendo completado el ciclo básico y no finalizaron la secundaria tienen un desempleo del 9,7%. De modo que la tasa general de desempleo, es una síntesis que esconde divergencias según desde el lente con que se analice.

Digamos que, hasta aquí, bien podríamos denominar el análisis desde el lado de la oferta. Es decir, aquellos que ofrecen su trabajo y no encuentran demanda. Puede ocurrir que los niveles de demanda no sean adecuados (falta de creación de empleo) o que lo que se demanda no se encuentre.

Al repasar los últimos datos disponibles sobre la demanda laboral (1), una de cada cuatro oportunidades laborales fue en el sector de tecnología, que en general demanda un perfil técnico (educación específica y superior a la media), que dicho sea de paso fue el perfil más demandado durante el mes de abril. Además, casi el 25% de las oportunidades laborales, solicita dominar un segundo idioma con claro predominio del inglés.

El nivel educativo que se alcance parece ser crítico en Uruguay a la hora de insertarse en el mercado laboral. La educación es la llave clave para conseguir trabajo (aunque no siempre sea posible) y no alcanzarlo, además de resultar frustrante, es germen de descontento y desaliento, retroalimentando el problema y profundizando brechas de desigualdad. Egresados con formación terciaria, parecen estar trabajando a capacidad plena mientras que otros sectores con menores niveles de calificación sufren en mayor proporción la falta de trabajo. No son datos menores. ¿Qué tipo de proyecto podría ubicarse en Uruguay, (imprescindible para la creación de empleo), con esta caracterización de la fuerza laboral disponible? ¿A qué niveles de crecimiento y desarrollo humano podremos aspirar si no logramos tener políticas exitosas de integración e incentivos de permanencia en el sistema educativo? En nuestro país, sólo el 12,8% de la población mayor de 25 años ha culminado su formación terciaria, un nivel demasiado bajo al compararlo no solo con países desarrollados sino con países con similar nivel de desarrollo actual al nuestro. No por reiterado deja de ser relevante y sobre todo preocupante.

(*) Decano de UCU Business, Universidad Católica.
1) Según monitor laboral de la consultora ADVICE.

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