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Después del Brexit,¿le tocará a Francia?

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Brexit. Foto: Pixabay

Debilitada, la Unión Europea parece ser un blanco fácil.

Cuando los franceses sometieron a referendo el proyecto de Constitución recién ampliada para la Unión Europea en el 2005, Pascal Verrelle votó con vehemencia en contra, con la esperanza de que se detuviera la Unión. Se regocijó cuando falló el esfuerzo, pero se decepcionó cuando, de todas formas, el bloque siguió juntando más miembros y poderes.

En ese momento, Verrelle, un exsoldado, era director de una prisión, pero, al final, se sintió obligado a entrar en la política y se integró al Frente Nacional de extrema derecha. Cuando lo eligieron alcalde de un pueblito en la Provenza hace ocho meses, lo primero que hizo fue bajar la bandera de la Unión Europea del edificio del ayuntamiento. "En 2005, una mayoría votó contra Europa y, con todo, seguimos en Europa, por magia", dijo, "y me parece inadmisible".

La Unión Europea se está tambaleando bajo el peso de los problemas creados, en parte, por la desenfrenada expansión, las economías estancadas, la crisis del euro, las nuevas presiones de Rusia y las profundas tensiones por la inmigración.

Sin embargo, una visita a Le Luc y otros pueblos en el sur de Francia es un recordatorio de que la Unión Europea enfrenta otros problemas graves más en proceso —crisis de legitimidad— que está impulsando a la política nacionalista de extrema derecha, aun en el tradicional núcleo del bloque.

Para Verrelle, 2005 fue un parteaguas. Desde entonces, se ha incrementado la oposición a una Unión Europea más amplia, más pobre y muchísimo más diversa. Lo mismo que el apoyo al Frente Nacional y a su dirigente Marine Le Pen, quien ha surgido como una contendiente seria en las elecciones presidenciales.

Al haber sufrido el voto del "brexit" en Gran Bretaña este año, Europa enfrenta para el siguiente una serie de elecciones críticas. Sin embargo, ningunas son más importantes que las de Francia, miembro fundador de la Unión Europea.

La decisión británica de salirse de la Unión fue un golpe muy importante, pero una victoria de Le Pen podría ser la sentencia de muerte. Y, con la elección de Donald Trump en Estados Unidos, esa posibilidad ha adquirido un peso nuevo.

"Donald Trump hace que Marine Le Pen suene razonable", dijo François Heisbourg, asesor especial en la fundación para Investigación Estratégica en Francia y presidente del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos. "Su victoria le da respetabilidad. Todos saben que no es Trump; ella es intelectualmente coherente sobre lo que quiere y lo que no quiere". Lo que quiere Le Pen es que Francia deje de usar el euro y sacarla del bloque. Ella dijo que llevaría a cabo un referendo popular, "à la Britain".

Por el estado de ánimo en el sur de Francia, es probable que prevalecería un impulso hacia un "Frexit" en un referendo, tal como sucedió con la votación de 55% en contra del proyecto de Constitución que había elaborado el expresidente francés Valéry Giscard dEstaing.

El NO francés acabó con el tratado cuyo propósito era crear nuevas instituciones federales para un bloque ampliado el año anterior con 10 países, en su mayor parte del bloque soviético, como Eslovaquia, Polonia, la República Checa y Hungría.

Desde el 2005, el sur de Francia ha estado cambiando constantemente hacia el Frente Nacional y su oposición a la Unión Europea, notó Verrelle. En las tres últimas elecciones, señaló, "el apoyo ha estado creciendo sistemáticamente".

La ola de enojo y política de la identidad está inundando a Francia con el instrumento de un Frente Nacional, modernizado, bajo la dirección de Le Pen. Ella se ha convertido tanto en símbolo como un agente de una especie de nacionalismo francés defensivo, que resulta muy popular, especialmente en el sudoeste y el norte del país.

Mientras la Unión Europea batalla con los problemas fundamentales de coherencia, políticas y solidaridad, también se ha convertido en una presidenta de Francia plausible, aunque improbable; que, casi seguro, que podría llegar a la segunda vuelta entre dos candidatos para el cargo en mayo.

Bruselas es un blanco fácil, en especial para políticos como ella que buscan responsabilizar de los males internos a algún organismo supranacional.

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Brexit. Foto: Pixabay

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