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Condiciones externas tienden a ser neutras

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Según Ganadería, en este ciclo mejorará la producción de soja. Foto: Archivo
** TO GO WITH STORY SLUGGED ARGENTINA SOJA ** Farmers harvest soy bean crops in Ferre, Argentina, Monday, April 7, 2008. Striking farmers suspended their 21 day old strike to negotiate with the government over government tax hikes on soybean and other export crops. (AP Photo/Natacha Pisarenko) Argentina Farm Soy
Natacha Pisarenko/AP

Índice de precios de alimentos está estable pero 16% por debajo del promedio de 2012 y 2013.

Las condiciones internacionales presentan algunas particularidades sobre la mitad de 2017 y se ha generado una corriente de capitales hacia los mercados emergentes, tanto en inversión de cartera como en inversiones directas. Las bajas tasas en dólares y el exceso de liquidez llevan a que los fondos de inversión estén buscando en cada rincón del mundo un poco de rentabilidad.

Por su parte, los precios de las materias primas parecen adecuarse a una demanda que muestra menos dinamismo; hay una baja en escalón desde mediados del 2014 que parece haber logrado cierta estabilidad.

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La Reserva Federal de Estados Unidos mantiene una política de suba muy gradual de la tasa de política monetaria. En marzo aumentó un cuarto de punto porcentual y repitió el incremento en la última reunión del comité de política celebrada hace algunos días. Hoy se encuentra en 1,25% para operaciones de muy corto plazo y se estima que cerrará al final del año en 1,4%, dentro de un año en el 2,1%, y la tendencia de mediano plazo con la que se espera cierre 2019 es de 3,0%. Son tasas bajas, teniendo en cuenta que siempre hay algo de inflación para descontar.

Esto debería impactar en las tasas de interés a diferentes períodos, sin embargo la tendencia es inversa: en lugar de observarse aumentos, por ejemplo en la tasa de los bonos a 10 años, hay una reducción en comparación con el cierre del año pasado. Por lo tanto, en cuanto a las tasas internacionales siguen las buenas noticias y el impacto de la política monetaria en Estados Unidos parece no estar afectando. Para Uruguay, el impacto es favorable porque es deudor neto en dólares con el resto del mundo.

En el caso de los precios de las materias primas, el contexto internacional también se puede catalogar como positivo, por lo que no sucedió más que por lo ocurrido. En efecto, luego de soportar caídas en los precios entre mediados de 2014 y todo 2015, hay una estabilización en los precios de los productos básicos. En el gráfico superior del cuadro adjunto se ilustra la evolución del índice general del precio de las materias primas que elabora el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El nivel actual de precios de la canasta de productos básicos que se comercializan fuertemente en el mundo está 42% por debajo de lo observado en los años 2012, 2013 y primera mitad del 2014. Puede parecer muy malo porque es una caída fuerte, pero la realidad es que aquellos precios eran extraordinariamente buenos, en un momento en el que la demanda por ellos se encontraba totalmente recalentada. El gran cambio en condiciones de demanda ha sido China, con una tasa de expansión de su economía muy inferior.

Este índice es un agregado que va desde los alimentos hasta los minerales y combustibles. Es muy amplio y por eso se pueden analizar grupos de productos o productos individuales para ver aquellos precios que interesan a la economía uruguaya.

Del lado de las exportaciones, los principales productos básicos que vende nuestro país al resto del mundo (con una fuerte concentración de China), son: carne bovina (17% del total de 2016), soja (10%), celulosa (15%), lácteos (7%), arroz (5%) y otros como madera, cuero y lana (cada uno en el orden del 4%). Nuestras exportaciones de bienes tienen una raíz muy fuerte en las materias primas y en particular en los alimentos.

Sobre los alimentos hay indicadores de precios agregados. Más allá de lo que pasa en cada mercado particular, dan una idea del precio relativo de la alimentación en comparación con otras necesidades. En el gráfico de la zona media del cuadro se ilustra la evolución del agregado de alimentos de acuerdo a la metodología utilizada por el FMI. Su evolución es acompañada por el precio del petróleo crudo en los mercados internacionales. En los dos casos hay una caída en escalón sobre mediados de 2014, pero ciertamente la evolución de los alimentos es mucho más suave que la del petróleo, que presenta variaciones mucho más violentas.

En comparación con el promedio de 2012 y 2013 los precios de los alimentos actuales se encuentran 16% por debajo. Sin embargo, cuando se compara el precio del petróleo la caída fue del 51%. En los dos casos, la evolución es a la baja pero el resultado final es una mejora en los términos de intercambio de materias primas para la economía uruguaya. Hay un impacto positivo que genera más disponibilidad de ingresos para gastar en el consumo, porque se abarató lo que compramos más de lo que lo hizo lo que vendemos.

El tema de debate actual sobre los precios de los combustibles en este contexto de precios, quiere decir que el país se benefició pero no llegó al bolsillo del sector privado y quedó todo en el ajuste de las cuentas públicas.

Dentro de los alimentos se puede ver la evolución de aquellos que importan más a nuestro país. En particular, el precio de la soja es muy relevante. El precio promedio de abril y mayo se ubicó en US$ 349 por tonelada métrica. Cuando se compara con los US$ 387 que se lograron en promedio un año atrás, se nota la pérdida para los productores. Esta situación se agrava mucho más cuando se compara con la realidad entre 2012 y mediados de 2014 tal como se ilustra en el gráfico inferior a la izquierda en el cuadro. El promedio en aquel entonces estaba en US$ 530 la tonelada.

De todas formas, la soja es la tabla de salvación de los productores primarios y en este año se gozó de condiciones climáticas excelentes y la cosecha en volumen fue un récord. Se estima que se levantaron 3.338.000 toneladas que fueron sembradas en 1,1 millón de hectáreas. Por lo tanto, el rendimiento fue de 3.026 kg por hectárea, lo que representa un aumento del 56% en el rendimiento en comparación con el muy mal resultado de la zafra 2015/16.

El otro puntal es el precio de la carne. En este caso, los indicadores utilizados en los índices de precios no siempre son representativos del precio que se obtiene por las exportaciones realizadas por productores de nuestro país. En el gráfico que aparece en el cuadro abajo y a la derecha, se ve que hay una gran estabilidad salvo los datos de los dos trimestres finales de 2014 que fueron relativamente altos.

Las condiciones de precios mantienen un carácter positivo para la producción nacional, pero hay pérdidas significativas de nivel desde mediados de 2014. Esto genera preocupación cuando se proyecta el escenario macroeconómico para el próximo año y medio. Hay una tijera entre los precios en dólares que reciben los exportadores y los costos crecientes en pesos que tienen para generar el producto. Hasta hace poco el precio internacional permitía soportar algunos excesos, pero eso ya no es posible.

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Según Ganadería, en este ciclo mejorará la producción de soja. Foto: Archivo

HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN

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