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El ciclo electoral y las expectativas

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Foto: Pixabay

OPINIÓN

Conclusiones a partir de la relación entre diversos indicadores políticos y económicos en nuestro país.

A partir de los datos de la Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universidad Católica y en el marco del año electoral, nos propusimos analizar las relaciones que tienen en nuestro país diversos indicadores políticos y económicos. ¿Qué correlaciones son las más fuertes? ¿Hay variables que anticipen o precedan la evolución de otras? ¿Qué efecto puede tener el ciclo electoral en el consumo?

Economía política 

Trabajamos con dos indicadores principales de opinión de las personas: la percepción sobre la situación del país y la aprobación presidencial (datos de Opinión Pública de Equipos Consultores). El primer resultado, esperable, fue que la aprobación presidencial correlaciona fuerte con la percepción sobre la situación del país. De hecho, encontramos una relación de precedencia bidireccional entre la aprobación presidencial y la percepción sobre la economía (se retroalimentan mutuamente, por lo que no es posible determinar cuál precede a cual). Respecto a variables macro, encontramos que la variación del salario real precede o anticipa a la aprobación presidencial (no viceversa); es decir, cuando el salario real se acelera (desacelera), la aprobación presidencial sube (baja) luego de dos trimestres.

Expectativas

Otro de los resultados esperable, que encontramos, fue que las expectativas (de desempleo, de inflación) preceden o anticipan a las respectivas estadísticas oficiales. Sin embargo, el resultado anterior se verifica a pesar que la amplísima mayoría de la población no maneja el valor de dichas estadísticas oficiales. Es decir, los consumidores forman sus opiniones sobre lo que sucederá con la inflación, con el desempleo o con los ingresos, a partir de la información de los medios, de su microclima (trabajo, familia) y de los lugares donde compran.

En el caso de las expectativas de desempleo, predicen o anticipan a la tasa de desempleo en uno o dos trimestres (cuando las expectativas de desempleo del público suben, el desempleo sube uno o dos trimestres después). Además, estas variables convergen, es decir, a la corta o a la larga, evolucionan en forma similar. Sin embargo, los últimos datos muestran una divergencia entre estos indicadores: se observa una caída en las expectativas de desempleo conjuntamente con una suba en el desempleo. Si la relación entre ambas se mantiene suficientemente fuerte, entonces o bien veremos una caída del desempleo o bien se verificará un aumento de las expectativas de desempleo (o una combinación). La divergencia puede explicarse a partir de un exceso de optimismo por el ciclo o, en su defecto, a que los consumidores ya perciben que el desempleo bajará.

En forma similar, la predisposición a la compra de bienes durables presenta una relación fuerte en el tiempo y anticipa al consumo privado. Esto nos retrotrae a un tema de análisis académico internacional actual: las familias, al aumentar las expectativas de inflación, ¿consumirán más o consumirán menos, en el presente? Consumirían más ahora si razonan: prefiero consumir ahora, que los precios no han subido, a consumir en el futuro, cuando los precios ya hayan aumentado (predomina el efecto sustitución intertemporal). Por el contrario, consumirían menos ahora si razonan: la inflación me va a afectar mis ingresos reales en el futuro, por tanto, es preferible tomar precauciones, ahorrar más y consumir menos ahora (predomina el efecto ingreso). Los datos de expectativas para nuestro país indican un predominio del efecto ingreso, es decir, un aumento de las expectativas de inflación (o devaluación), llevaría a un menor consumo en el presente.

Ciclo electoral y perspectivas

En base a series de percepción sobre la situación del país de los últimos cinco procesos eleccionarios, estimamos un “desinfle estándar” de las expectativas para los trimestres posteriores a la elección. Luego calculamos cuánto implicaría, si se diera, dicho desinfle estándar en el consumo privado para 2020. La diferencia entre “sin desinfle” y “con desinfle”, ceteris paribus, sería que el consumo privado crecería 0,5 puntos porcentuales menos para el segundo caso. Este resultado sólo toma el efecto del ciclo y no considera en el análisis de otros eventos positivos o negativos que impactarán en la confianza.

Entre los primeros, será relevante el shock sobre la inversión y el empleo de la instalación de UPM2, algo que ya observamos cuando se oficializó el anuncio de la inversión, en julio de este año (la confianza aumentó y mostró el máximo registro en casi cinco años). Puede que estos efectos positivos ya estén incorporados en la información que manejan los consumidores (quizás por ello, como mencionamos antes, descienden las expectativas de desempleo) o puede que, una vez que se hagan más visibles los efectos positivos, esto genere un segundo empuje sobre la confianza. Por el contrario, desde Argentina estaremos probablemente recibiendo más noticias negativas (al cierre de esta nota se confirmaba el 30% adicional para compras con tarjeta en el exterior). Esta y otras medidas similares llevarán a un deterioro adicional del tipo de cambio bilateral con el vecino país (al menos del paralelo), lo que presionará por un nivel más alto del tipo de cambio en el nuestro, lo que afectará la predisposición a la compra de durables e impactará en el consumo privado en los próximos trimestres.

A estas consideraciones deberán sumársele los efectos adicionales (positivos o negativos) de la política de ingresos, la política monetaria-cambiaria, el tipo de ajuste fiscal (y su timing) y otras medidas de política económica que conoceremos en los próximos meses. Cuál de los diversos efectos predominará no está claro. No es casual que el último dato de confianza del consumidor marcó 49,9 puntos (en una escala de 0 a 100), un empate casi perfecto entre optimistas y pesimistas.

(*) Dirección de Estudios Económicos en Equipos Consultores. Las opiniones de esta nota son del autor y no comprometen a las instituciones mencionadas.

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