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China se replantea el plan de infraestructura de Xi Jinping

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Nuevas infraestructuras en China. Foto: Pixabay

La Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda se ajusta a la baja

Al presidente todopoderoso de China, solo le tomó una semana ceder. Malasia había reprendido públicamente a China por cobrar demasiado en un proyecto ferroviario modelo, y canceló el acuerdo.

Ante críticas generalizadas acerca de proyectos superfluos con precios exagerados, China está replanteando y dándole otra forma a su gran plan de infraestructura, conocido como la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda. Sin embargo, Pekín no se está retractando de su visión de construir una red de puertos, ferrocarriles y carreteras que ponga a China en el centro del comercio global y fomente sus ambiciones geopolíticas.

En cambio, los esfuerzos de China tienen como propósito presentar un rostro más amigable a los líderes globales, que se reunieron el pasado viernes en Pekín para una conferencia que marcara el sexto año de la iniciativa. Con el fin de mostrarse como un agente más responsable, China promete proyectos libres de corrupción con conciencia ecológica. También está buscando la asesoría de grandes bancos multinacionales, pidiendo la colaboración de otros países, como Japón y, en algunos casos, ha reducido la escala de sus proyectos.

“La Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda sufrirá ajustes tácticos, no estratégicos”, dijo Wang Jun, exdirector del Departamento de Información del Centro de China para Intercambios Económicos Internacionales.

La iniciativa, originalmente anunciada como un proyecto de un billón de dólares y más tarde reducida conforme se debilita la economía nacional, es uno de los proyectos preferidos de Xi. Develó la idea durante un discurso en una universidad en Kazajistán poco después de asumir el cargo en 2013.

Xi considera que el programa es tan especial que exigió que se incluyera en la Constitución del Partido Comunista. Según él, la creación de infraestructura en el extranjero para respaldar el flujo de productos dentro y fuera de China —y posiblemente equipo militar en el futuro— es intrínseca para consolidar el camino del país hacia el poder y competir con Estados Unidos.

No obstante, la expansión agresiva bajo el plan del Cinturón y la Ruta de la Seda ha afectado la reputación de China. Algunos países se quejaron de las deudas insostenibles, mientras que otros criticaron las cifras abrumadoras de trabajadores chinos importados para la construcción.

El año pasado, Sri Lanka tuvo que entregar su puerto principal a China después de que no pudo pagar los préstamos que le otorgó. Pakistán se queja de los altos costos y las deudas onerosas. Los nuevos ferrocarriles en Kenia y Etiopía no han podido obtener ganancias. En Indonesia, el avance de un nuevo ferrocarril de alta velocidad está muy retrasado.
Ante ese contexto, el programa ha planteado preocupaciones de manera generalizada para los funcionarios en Europa occidental y Estados Unidos. El gobierno de Trump ha dicho que el proyecto es predatorio.

Las críticas mordaces por parte del nuevo líder de Malasia, Mahathir Mohamad, afectaron a China debido a que provenían de uno de sus aliados. Así que el tono de China, aunque difícilmente es humilde, se ha matizado en meses recientes para llegar a ser menos estridente.
“Los puntos que mencionó Mahathir podrían definirse como una reducción pragmática”, dijo Shi Yinhong, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Renmin. “El mensaje fue notablemente distinto del que se vio antes en la propaganda, y se ha mantenido así”.

China obtuvo una victoria importante el mes pasado cuando Italia se sumó a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, el primer país europeo en hacerlo. Se especulaba con que los chinos hicieran del primer ministro italiano un punto principal de la reunión, porque ningún otro país importante de Europa occidental envió a alguno de sus líderes.

China también ha buscado trabajar más de cerca con otros países, y ha tenido distintos niveles de éxito. Se ha comunicado con grandes instituciones financieras multinacionales, incluyendo al Banco Mundial, para ayudar a desarrollar mejores prácticas para sus proyectos de infraestructura. La idea era formar un grupo de trabajo dentro del banco chino para considerar en conjunto propuestas para la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, de acuerdo con funcionarios de dos de las instituciones invitadas.

No obstante, tras la insistencia del Banco Europeo de Inversiones, y varias otras instituciones, se redujo un memorando de entendimiento firmado el mes pasado para establecer el grupo de trabajo. Ni siquiera se mencionó la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, dijeron los representantes.

Además, China ha buscado la ayuda de un aliado poco probable: Japón. Ambos países compiten en la construcción de ferrocarriles y puertos en países asiáticos en vías de desarrollo, y Japón ha tenido cuidado de no respaldar la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda.

Durante una visita a Pekín el otoño pasado por parte del primer ministro japonés Shinzo Abe, los chinos abordaron la idea de trabajar juntos en materia de infraestructura. Sin embargo, los japoneses dicen que están comprometidos con los estándares internacionales como las licitaciones abiertas y la sustentabilidad fiscal que China ha ignorado. Hasta ahora, ambos bandos no han encontrado un proyecto en común.

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