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¿Cambio de ciclo en la inversión española en Iberoamérica?

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Foto: Reuters

OPINION

Análisis de la situación del flujo de inversiones hispanas tras 30 años de crecimiento.

Telefónica, Naturgy (Gas Natural), BBVA, Prisa… muchas de las multinacionales españolas están anunciando un goteo de desinversiones en Iberoamérica en los últimos años. Al mismo tiempo pymes y startups españolas continúan aterrizando en los mercados del continente.

Telefónica se ha desprendido de Telxius, su filial de torres en Europa y en Iberoamérica para hacer caja. Lo hace al mismo tiempo que ha puesto a la venta sus operaciones en la región (excepto en Brasil). Naturgy anunció a finales de 2021 la venta de su filial chilena Compañía General de Electricidad, el grupo Prisa vendió sus operaciones de radio en Argentina, y las operaciones de Banco Sabadell en México sestaban entre las posibles ventas que el banco español podría hacer para reforzarse en su mercado doméstico.

Los titulares anunciando desinversiones de las multinacionales españolas en Iberoamérica son, casi, tan habituales en la prensa española como los anuncios de inversiones en los últimos meses. Aunque la realidad va por sectores, muy diferentes en su comportamiento, y por tamaño, con las consultoras, las pymes y las start-ups muy interesadas aun en “el Dorado Americano”, sobre todo en México, Colombia, Perú y Chile, es decir en la llamada Alianza del Pacífico.

¿Cuáles pueden ser los motivos de estos cambios en el patrón de inversión tras dos décadas (1990 a 2008) en la que la inversión creció con tanta fuerza? Se trata, sin duda, de un fenómeno con muchas dimensiones, como la crisis en Europa de la década pasada, la globalización de las multinacionales españolas que les permite mirar a todo el mundo y no solo a Iberoamérica, o las experiencias, no siempre rentables, del pasado, sin olvidar la inestabilidad política e incluso legal que en ocasiones sufre el continente:

Competencia de Europa. Desde la creación del Euro, el mercado común interior de la Unión Europea ofrece a las empresas españolas un mercado sin riesgo de cambio y con legislaciones cada vez más similares, lo que ofrece grandes facilidades para la inversión española en Europa.

Una realidad que no existía cuando en los años 90 del siglo pasado las multinacionales españolas desembarcaron en Latinoamérica. Aunque el mercado común existe desde hace décadas, con los años se están comenzado a crear verdaderas empresas paneuropeas a través de inversiones y compras, que incluso en algunos sectores como el bancario está siendo impulsado por el BCE.

Mirando al norte. El XIII informe de inversión española en Iberoamérica de IE BUSINESS SCHOOL, que analizaba los planes de las empresas españolas con presencia en Latinoamérica, destacaba que el 74% confían en aumentar su facturación en la región de aquí a 2023. La cifra era del 72% para los Estados Unidos. Especialmente entre las empresas españolas de mayor tamaño, el miedo a entrar en la primera economía mundial se ha perdido. Tras varias décadas ganando en tamaño e internacionalización, proceso que comenzó en Iberoamérica y continuo en Europa, las grandes constructoras, las firmas de autopartes o las energéticas españolas, por poner algunos ejemplos de sectores, tienen ya el músculo suficiente para competir en el mercado estadounidense, que además cuenta con la ventaja de ofrecer retornos en una divisa fuerte, seguridad legal y un entorno Business friendly

Gobiernos poco amigables. Primero fue la Venezuela de Maduro, a lo que siguió problemas con la Bolivia gobernada por Evo Morales, los problemas con el gobierno argentino de los Kichner. y más recientemente la hostilidad, por el momento solo verbal, del gobierno de Manuel Lopez Obrador en México. Los negocios de los grandes mercados regulados, como banca, electricidad y otros servicios han sufrido en varias ocasiones un entorno hostil, lo que ha llevado a repensar muchas veces las estrategias de la inversión española en la región. A pesar de todo, la resiliencia de la inversión española en la región ha superado de largo al de otros países y el 61% de las empresas analizadas por el informe de IE BUSINESS SCHOOL afirman que continuarán invirtiendo en la región en los próximo años, principalmente mediante crecimiento orgánico.

Mercados más maduros y crisis. Si en la década de los 90, en gran parte por la privatización de los servicios público, y a comienzos del siglo XX, por la gran actividad en infraestructuras y el crecimiento económico al calor de la subida de los precios de las comodities, la región ofrecía grandes posibilidades de retorno a las inversiones en Iberoamérica, el último quinquenio ha estado marcado desde México hasta Argentina por el estancamiento económico, tanto en niveles absolutos como comparativamente con tras economías como las europeas o los EEUU, que ofrecen al mismo tiempo más seguridad en legal y política. Los ingresos de las empresas del índice bursátil IBEX35, que reúne a las 35 mayores cotizadas, logró a pesar de todo un 24,4% de sus beneficios en Iberoamérica en 2018, una cifra alta pero menor al 25% de 2017. En 2020 la fortaleza del euro frente a las divisas latinoamericanas, y las desinversiones, hará probable que este porcentaje pueda ser menor

Hasta 2018 la inversión española en Iberoamérica alcanzó los casi 150.000 millones de euros, el 32% de la inversión en el exterior, con un crecimiento de un 8% respecto a 2017, con las pymes y las start-ups invirtiendo de forma creciente.

¿Pausa o cambio de ciclo? En cualquier caso, parece que ante la nueva realidad mundial y los retos que enfrenta la región, los países deben repensar como aumentar la atractividad de sus mercados para la inversión, no solo para atraer inversiones españolas, sino internacionales.

(*) Columnista invitado, Director Asociado de Comunicación de IE Business School.

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