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Los británicos pasan apuros previo al Brexit

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La primer ministra May acusó al gobierno de Escocia de politiquería. Foto: EFE
Protesters hold up placards as they take part in a protest in support of an amendment to guarantee legal status of EU citizens, outside the Houses of Parliament in London on March 13, 2017. British Prime Minister Theresa May feared parliament would stand in her way in implementing Brexit but the opposition crumbled and she prepares to open negotiations with the wind in her sails. / AFP / Daniel LEAL-OLIVAS BRITAIN-EU-BREXIT-PARLIAMENT-POLITICS-PROTEST
DANIEL LEAL-OLIVAS/AFP

En el año desde la impactante votación en Gran Bretaña para abandonar a la Unión Europea, la libra británica ha perdido 13% de su valor contra el euro, con lo que ha aumentado el costo de las apreciadas vacaciones europeas. También los alimentos de otras tierras —carne, queso, vino— son más caros. Igual que la nafta.

La aceleración en la inflación puede ayudar a explicar el impresionante reproche electoral a la primera ministra Theresa May y a su gobernante Partido Conservador, así como el inesperado fortalecimiento del Partido Laborista en las elecciones parlamentarias. Los consumidores están batallando con los precios al alza y los salarios no han mantenido el paso. La economía se está debilitando.

Este es el telón de fondo económico del periodo tumultuoso de la incertidumbre política que está evolucionando ahora. May y su partido han perdido la mayoría gobernante justo cuando Gran Bretaña tiene que negociar los términos de su complicado divorcio de Europa, el Brexit. Mientras los conservadores tratan de aferrarse al control del gobierno, es probable que el debilitamiento de la economía intensifique el sentido de reclamo entre los británicos comunes que no han recibido el botín de los años recientes de crecimiento.

La economía se expandió solo 0,2% durante el primer trimestre del año, en comparación con el trimestre anterior, muchísimo menos que el ritmo de 0,7% que se vio a finales de 2016. Creció a un ritmo anualizado de 2% durante el trimestre.

El gasto del consumidor constituye casi dos tercios de la actividad económica británica, lo que significa que los problemas de la gente común pueden tener una influencia decisiva en la economía, y, para el caso, en la política.

Para el trabajador promedio, los precios al alza de los bienes de consumo cotidiano se dan encima de una década de estancamiento en los salarios. Son pocos los economistas que esperan que haya una recesión en Gran Bretaña, pero el consenso es que habrá un decepcionante crecimiento económico que oscilará entre el 1,5 y el 1,75% anual durante este año y el siguiente.

El referendo del Brexit del año pasado fue, en parte, un rechazo a la elite económica de parte de millones de trabajadores que han sufrido el declive en los salarios mientras observan a Londres transformarse en un carnaval de riqueza para los financieros trotamundos.

En gran parte, la mayoría de los trabajadores en Gran Bretaña todavía tienen que recuperarse por completo de la traumática crisis financiera que comenzó en 2008. El salario semanal promedio en Gran Bretaña es ahora más bajo de lo que era hace una década, después de considerar la inflación, notó Martin Beck, el principal economista británico en Oxford Economics en Londres. Esto, a pesar del hecho de que la tasa de desempleo británica cayó a 4,6% en abril, un nivel visto por última vez en 1975.

La libra más débil ha reforzado las exportaciones británicas, haciendo que tengan menor precio que sus competidores europeos y estadounidenses.

Sin embargo, Gran Bretaña importa más alimentos de los que exporta. Muchas de las industrias de exportación clave del país —automotriz, aeroespacial y aparatos médicos— se abastecen con proveedores de Europa para las partes. Aun cuando la libra débil hace que los precios de los artículos ya terminados sean más competitivos, también aumenta los costos.

La economía también encara la pérdida de los empleos bancarios de alta remuneración a medida que se confrontan los desafíos que representa el Brexit para el estatus de Londres como un prominente centro financiero internacional. Aproximadamente un tercio de los movimientos del sector implica el manejo de transacciones de clientes europeos.

Una vez que esté fuera de la Unión Europea, Gran Bretaña podría sufrir pérdidas de entre 15.000 a 80.000 empleos en los próximos dos años, según algunas investigaciones.

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La primer ministra May acusó al gobierno de Escocia de politiquería. Foto: EFE

CONSUMIDORES BATALLAN CON PRECIOS AL ALZA Y SALARIOS NO MANTIENEN EL RITMO

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