Publicidad

Brasil está atravesando actualmente una zona de "turbulencia perfecta"

Compartir esta noticia
Doctor  Ilan Goldfajn. Foto: Archivo El País
A Comissão de Assuntos Econômicos (CAE) debate, em audiência pública, a economia brasileira, com ênfase nas perspectivas de crescimento sustentado para os próximos anos. Ilan Goldfajn,economistga-chefe do Itaú Unibanco.
WILSON DIAS

Está cambiando la dirección de la política económica, revirtiendo algunos de los pasos dados en los últimos años

No será sencillo para Brasil implementar este año un importante ajuste fiscal, contar con el respaldo en el Congreso para aprobar los recortes de gastos y aumentos de impuestos y a su vez, llevar adelante una restricción monetaria para reducir la inflación. A juicio de Ilan Goldfajn, Economista Jefe de Banco Itaú en Brasil, 2015 comienza siendo el año de la "turbulencia perfecta", en la suma de efectos internos y externos que se ciñen sobre la golpeada economía brasileña, que además debe soportar las consecuencias del escándalo de Petrobras. El experto estima que este año Brasil tenga una caída de 1,1% en el PIB, y si las reformas se pueden llevar a cabo, recuperaría la senda del crecimiento para el año siguiente. Goldfajn prevé, además, que la tasa de interés de referencia siga subiendo y alcance el 13% en este año, al tiempo que el dólar se mantendría en el entorno de los 3,20 reales por unidad en los próximos meses. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Qué expectativas tiene depositadas a corto plazo?

—Yo he manifestado que 2015 era el año de la "trinidad imposible": el gobierno tendrá que hacer un ajuste fiscal más importante de lo previsto, tener apoyo político para aprobar los recortes de gastos y aumentos en los impuestos y, además, una fuerte restricción monetaria para reducir la inflación a la meta central de 4,5% en 2016. De los tres factores que forman el conjunto, lo más en juego en este momento es la consolidación fiscal.

El primer problema a corto plazo es precisamente el fiscal. Tras el deslizamiento continuo en los últimos años el saldo primario se redujo de un superávit del 3,4% del PIB a un déficit del 0,6% en 2014. La corrección de rumbo fiscal se ha convertido en una necesidad.

Cuando se miran los datos fiscales de enero nos damos cuenta que el gobierno está disminuyendo los gastos de una forma importante teniendo como objetivo alcanzar la meta de 1,2% de PIB del año. Entonces, estamos en un período donde los datos no son nada buenos, la economía está entrando en recesión, pero el gobierno está ingresando en una trayectoria de resolver y atacar los problemas y no continuar con la política anterior.

Recesión.

—Las perspectivas de crecimiento para el primer trimestre 2015 se ubican en terreno negativo…

—Sí, proyectamos que el PIB del primer trimestre caiga 0.6% en relación al trimestre anterior. Nuestra estimativa es de una caída de 1,1% para todo 2015 y una suba de 1,0% en 2016.

Este es un año de ajuste, lo que normalmente aumenta las dificultades de corto plazo para la economía, pero que son necesarias para que las inversiones de más largo plazo vuelvan a ser atractivas. El próximo año, 2016, ya deberá registrar crecimiento positivo, y creemos en una aceleración moderada en 2017 y 2018. Sin embargo, para un crecimiento más robusto, como el que tuvimos antes de la crisis de 2009, son necesarias más reformas que aumenten la productividad de la economía, ya que ahora no tenemos más el impulso de precios de commodities.

El fin del "boom" en el ciclo mundial de productos básicos llevó a una desaceleración de las economías de América Latina, incluido Brasil. Ante esta situación, el gobierno reaccionó de manera equivocada al apostar de nuevo al consumo para afrontar el escenario adverso en la economía, lo que provocó el abandono de la disciplina monetaria, impositiva y fiscal.

Amenazas.

—¿Cuáles son los mayores riesgos que debe enfrentar Brasil en 2015?

—La combinación de incertidumbres locales y globales determina que el país hoy esté pasando por lo que podemos denominar como "turbulencia perfecta". Hay varios riesgos. Uno es el alza de tipos de interés en Estados Unidos y su impacto en los flujos de capitales.

Otro es la escasez de agua y energía, por falta de inversiones. Por fin, tenemos los riesgos relativos a las investigaciones en Petrobras, que viene desacelerando la cadena de petróleo y las constructoras, lo que tiene impacto en el crecimiento económico del país.

Es claro que el país se enfrenta a una crisis de confianza que conducirá a la caída de los salarios reales y el aumento del desempleo en este año.

Ministro.

—¿La llegada de Joaquim Levy a Hacienda fue una buena señal para el mercado? ¿Con que libertad cuenta el ministro para llevar adelante su programa de ajustes?

—Joaquim Levy es un gran profesional, con vasto conocimiento y experiencia en el sector público, y le da gran credibilidad a los ajustes que el gobierno necesita hacer. El vasto conjunto de medidas anunciadas hasta ahora demuestra que él cuenta con soporte significativo del gobierno para avanzar con los ajustes. Existe más incertidumbre, sin embargo, sobre el apoyo del Congreso a los ajustes. Hay que tener una buena interlocución con el Congreso para que las medidas avancen.

Tanto Hacienda como el Banco Central están en un proceso de cambiar la dirección de la política económica hacia una agenda que está revirtiendo muchos de los beneficios que habían dado en los últimos años.

El Banco Central está subiendo las tasas para bajar la inflación en dirección al centro de la meta de 4,5%. No lo van a conseguir este año, va a ser al revés. Este año vamos a tener una inflación de 7,5% debido a la inflación de los precios administrados, vamos a tener un 40% de aumento en los precios de la electricidad, lo que es muchísimo y el impacto será muy fuerte en el índice.

Tasas de interés.

—Las tasas de interés volvieron a subir, a un nivel que no se encontraban desde 1997. ¿Qué va a pasar con el crédito? ¿Cuánto pesará esto en el consumo y en las inversiones?

—Este será un año de caída en el PIB, como ya dijimos, lo que se refleja en caída tanto en el consumo como en las inversiones. En este escenario, el crédito tiende a crecer menos también.

—La suba de tasas respondió a la intención de contener presiones inflacionarias… ¿cuál es la razón de esas presiones en una economía desacelerada?

—Tenemos varias presiones, como alza de precios regulados y del tipo de cambio. Las presiones derivadas del mercado de trabajo muestran algunas señales de empezar a disminuir, pero como existe bastante inercia en estos precios, es necesario asegurar que este proceso continúe.

—¿Hasta dónde puede llegar la tasa de interés? ¿Seguirá subiendo?

—Nuestra expectativa es que la tasa de interés suba 0,50% más, llegando a 13%, para en 2016 disminuir hasta el 12%. Sin embargo, dependiendo de la magnitud de la depreciación del tipo de cambio, pueden subir más. Si tenemos una tasa de interés alta y un ajuste fiscal que recorta los gastos y aumenta los impuestos, tendremos que pensar en mecanismos de reactivación de la economía, porque el alza de tasas y los impuestos más altos y los gastos menores reducen el crecimiento.

Tipo de cambio.

—El dólar sigue subiendo frente al real. ¿Cuáles son los fundamentos?

—Una parte del movimiento es un fortalecimiento del dólar sobre todas las monedas del mundo, incluyendo las monedas de países desarrollados, de lo que no está exento el real. Todavía, nuestra moneda se depreció más que otras monedas, principalmente por los riesgos relativos a la implementación del ajuste fiscal.

—¿Estima que seguirá depreciándose el real?

—Nuestra expectativa es que el real siga perdiendo valor frente al dólar, hasta ubicarse en 3,20 en los próximos meses, pero es probable que haya una corrección hasta 3,10 más cerca del fin del año. Para 2016, esperamos que vuelve a depreciarse, llegando a 3,40 reales por dólar.

Impacto negativo de Petrobras en más de medio punto del PIB.

—¿Que incidencia tiene el escándalo de Petrobras en el mundo corporativo?

—Por un lado, el escándalo político golpea la confianza en el país, sin dudas y eso nos pone en un mapa que no es muy agradable estar.

En términos económicos, Petrobras ya anunció que va a reducir su plan de inversión en alrededor del 25%. El impacto es relevante, porque Petrobras representa un 10% del total de las inversiones del país. Eso tiene un impacto directo en el crecimiento de la economía, además hay un efecto negativo en las cadenas de abastecimiento, consultoras, mano de obra, etc., todo lo que se mueve alrededor de Petrobras, por lo tanto hay un efecto multiplicador.

Nosotros estimamos que el impacto de la desaceleración en las operaciones del sector de petróleo y las constructoras contribuya negativamente con un 0.6 p.p. sobre el PIB de este año.

—¿Y el efecto de un eventual escenario de escasez hídrica y racionamiento eléctrico?

—Vamos a tener consecuencias: con el agua puede haber un impacto en la prestación de servicios, además, claro está, de un impacto en la calidad de vida de las personas. En el ámbito energético, estamos sintiendo el sacudón con el aumento programado de 40% en las cuentas de electricidad y un impacto que también se traslada a la producción de bienes.

—¿Brasil perdió atractivo para los inversores?

—Es un año de ajuste, lo que normalmente trae incertidumbre a los inversores. Creo que el desafío de la inversión es de los más difíciles de Brasil en este momento, porque tenemos una confianza en baja dado el escándalo de Petrobras y las incertidumbres económicas, además de un gobierno que no tiene las condiciones para invertir de por sí, debido al ajuste fiscal. A eso hay que sumarle el impacto negativo de la baja en el precio de los commodities.

Como yo lo veo, vamos a tener que esperar un ajuste en dos pasos: lo primero es recuperar la confianza y la credibilidad, es decir un ajuste fiscal, un arreglo de los precios relativos (electricidad y gasolina), ajustes en la política monetaria para que la inflación baje. Una vez que el país gane la confianza del mercado, podemos pensar en recuperar la inversión.

Existe riesgo real de que el país pierda su grado inversor.

—¿Brasil corre peligro de perder su grado inversor?

—Hay riesgo, eso es indudable y nadie lo puede desconocer. Las razones, las que hemos estado manejando hasta ahora. La corrección del rumbo fiscal se ha convertido en una necesidad. Sin este ajuste, lamentablemente tendría lugar la baja de la calificación soberana de Brasil, que es un problema delicado para un país que necesita recaudar al menos 75 mil millones de dólares para financiar su déficit por cuenta corriente, y otros 102 mil millones para hacer frente a los vencimientos de deuda corto y largo plazo externo sólo este año.

La conclusión es que no se puede postergar el ajuste fiscal. Y nunca es fácil de ajustar, incluso en las condiciones actuales.

La rebaja en la calificación de riesgo de Brasil daría lugar a una parada repentina de la financiación externa y la necesidad de un ajuste rápido y fuerte en la balanza de pagos. La crisis externa desencadenaría un frenazo de la economía, con consecuencias sobre la renta y el desempleo. Pero confiamos en que no ocurra una caída de grado inversor, porque esperamos que el ajuste fiscal sea implementado y avance en el próximo año.

—¿Qué combinaciones de política económica necesita el país para superar este momento complejo?

—En este momento lo más importante es la prioridad a la política fiscal, de modo a asegurar una trayectoria decreciente en la deuda pública como proporción del PIB en los próximos anos. Pero también calibrar la política monetaria de modo de no permitir que el cambio en los precios relativos, como la corrección de los precios regulados y la depreciación del real, causen una aceleración más prolongada de la inflación.

Una parte de las medidas que ya fue anunciada no necesita de aprobación en el Congreso, lo que es positivo para el ajuste fiscal. La parte que necesita de aprobación en el Congreso tiene más riesgos. Pero entendemos que el ajuste fiscal es prioritario para el Gobierno y que hará el esfuerzo necesario para alcanzarlo. Si no alcanza, por lo menos llegar bastante próximo a las metas y señalizar que el ajuste continúa en el próximo año.

Ficha técnica.

Ilan Goldfajn es Economista Jefe y socio de Itaú Unibanco. Ejerció el cargo de vicegobernador del Banco Central de Brasil, entre 2000 y 2003. Es director del Centro de Debates de Políticas Públicas (CDPP, think tank brasileño), y fue socio-fundador de Ciano Investimentos, hedge fund con sede en Brasil. Posee un doctorado en Economía en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y una maestría en la PUC-Rio. Escribe artículos de opinión mensualmente en O Estado de Sao Paulo y O Globo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Doctor Ilan Goldfajn. Foto: Archivo El País

Expectativa

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad