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Australia es más que una oportunidad

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Doctor Alfredo Taullard. Foto: Archivo El País
Nota a Alfredo Taullard, socio del estudio Hughes y Hughes abogados, ND 20150422, foto Ariel Colmegna
Archivo El Pais

La complementación con un mercado donde el ingreso per cápita es mayor a 60 mil dólares anuales, es un gran atractivo.

En medio de una clara tendencia global a la puesta en marcha de tratados comerciales entre países o grupo de países, la posibilidad de que Uruguay se aproxime a Australia como socio estratégico no debería ser despreciada, opina el Dr. Alfredo Taullard, Presidente de la Cámara de comercio Uruguay-Australia.

Entiende que más allá de la imposibilidad que pueda existir para la firma de un acuerdo bilateral, existe espacio para que a nivel de empresas se lleve a cabo un trabajo conjunto que haga posible lograr ventajas de competencia globales. Más allá de ser competidores en los principales rubros de producción, como la carne o los lácteos, es posible establecer alianzas, compartiendo capacidades productivas y cadenas de valor, indicó. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Por qué debe interesarnos especialmente Australia desde el punto de vista comercial?

—Australia tiene un gran potencial. Es la décimo tercera economía del mundo con 20 millones de habitantes. Tiene un mercado interno con gran poder adquisitivo, con un PIB per cápita superior a los 60 mil dólares anuales; el consumidor australiano paga la calidad y allí hay oportunidades.

Lleva 24 años seguidos de crecimiento y en los últimos 10 años más que duplicó su Producto Interno Bruto (PIB). Proyecciones moderadas, tomando en cuenta la desaceleración existente, reflejan que de aquí a 2020 tendrá un crecimiento de 3% promedio anual.

Por otra parte, el mercado australiano, en materia de fondos, es el tercero a nivel global, detrás de Estados Unidos y Luxemburgo. Tiene 1.8 trillones de dólares bajo administración, con el sistema de pensiones más grande del mundo. El sector servicios financieros de Australia administra activos que cuadruplican el PIB del país. Nosotros estamos pensando en infraestructuras, y Australia es un buen lugar para ir en busca de esos recursos, por la disponibilidad de los fondos y la actitud del inversor australiano que es bastante proactiva.

Lugar estratégico.

—Su cercanía con Asia es otro punto relevante…

—Exacto. Australia como mercado vale, pero además es la plataforma de ingreso a Asia. Tiene la particularidad de hacer negocios con China y otros países asiáticos desde hace varias décadas. Son vínculos de largo plazo y que respecto a la cultura asiática, le otorgan un valor añadido muy importante. Nos llevan una gran ventaja que igualmente podemos aprovechar. Es un país totalmente ligado a Asia-Pacífico. El 25% de la fuerza de trabajo australiana no nació en ese país, con una presencia de asiáticos muy importantes. Hay vínculos muy fuertes. Por ejemplo, el 50% de la población que reside en Melbourne es extranjera, y de nuevo un porcentaje muy alto son asiáticos. Los vínculos son muy fuertes.

Y sin perjuicio de que sigan siendo competidores nuestros en carne o lácteos, —Australia y Uruguay son muy similares en producción y niveles de excelencia y calidad— también existen posibilidades de trabajar juntos y complementarnos. Allí está el secreto. No vamos a poder competir con ellos en mercados como el de China, Tailandia o Malasia, mejor aliarnos. Hablamos de una región que va a tener el mayor crecimiento económico a nivel global de los próximos años. En 2020, la región Asia Pacífico va a representar el 40% del PIB mundial, y ese es un elemento a considerar.

Potencial.

—Siempre se ha dicho que nuestro comercio es escaso y las posibilidades reducidas porque nos dedicamos a producir lo mismo…

—La balanza comercial bilateral es ínfima, un par de decenas de millones de dólares anuales, nada más. Pero hay que fijarse en el potencial existente y cómo podemos desarrollarlo. Lo que más compraban en Uruguay era paneles de madera y eso últimamente se redujo bastante. También hay algún intercambio en genética animal, pero enormemente por debajo de lo que podría lograrse.

Específicamente en materia de agronegocios, si bien es cierto que nos superponemos en los principales productos de exportación, como carne y lácteos, pensamos que, siendo Asia un gran mercado de exportación (China de hecho es el principal socio uruguayo) por la ubicación que tiene Australia, más que verlo como un competidor, tenemos que apostar a tener acuerdos de complementación a nivel de empresas.

Australia tiene unos diez tratados con países asiáticos, con amplios beneficios. Por ejemplo, con China, en el caso de la carne se establece que en los próximos cuatro años van a bajar los aranceles en forma sustancial. Por tanto, hay que mirar a Australia como un país con el que podemos hacer alianzas a nivel empresarial y atacar esos mercados.

—¿Como puede ser viable esa triangulación?

—Depende de los distintos tratados, algunos establecen que el producto tiene que tener un valor agregado en la zona del 40%. Por tanto, hay que ver qué producto se envía, preparado en un 60% para ser complementado allí. También se puede hacer join ventures con empresas australianas para darles el know-how que tenemos —que es muy valioso y desarrollado en áreas como la lechería o la carne— y a través de esas empresas australianas llegar a los mercados asiáticos. Al mismo tiempo, posibilitar que las empresas australianas ingresen al Mercosur, sus estados asociados o México, con el que tenemos un TLC. Podemos generar un tráfico de ida y vuelta, beneficioso para ambos.

Hay un interesante terreno en materia de cooperación, compartir capacidades productivas, cadenas de valor, acceso a proveedores y clientes, etc. Se deben buscar los nichos, determinados productos que tienen un valor agregado especial, en condiciones de alcanzar certificaciones que le permitan entrar en un mercado exigente. En ello nos ayuda nuestra escala pequeña. Por otro lado, hay casos en los cuales, empresas uruguayas hicieron exportaciones complementando embarques de carne de productores australianos. Hay experiencia en esa materia.

Otro ejemplo: hoy hay productores argentinos que están produciendo en el norte de Australia, asociados con productores locales. Oportunidades aparecen, sin dudas.

—¿Se ha llevado a cabo algún estudio que certifique las posibilidades de acceso al mercado australiano?

—Un trabajo reciente encargado por la embajada uruguaya en Australia detectó el potencial existente para las empresas uruguayas del sector lechero, especialmente en término de elaboración de derivados, como alimentos especiales, yoghurt y quesos.

Inacción.

—¿Por qué hasta el momento no se han profundizado los lazos comerciales?

—Porque nunca se encaró en forma estratégica la relación con Australia. Si bien existe un buen vínculo como estados, desde el punto de vista comercial no se le dio mucha trascendencia. Pero también es cierto que el esfuerzo con China es relativamente reciente. No es tarde para aproximarnos a Australia.

Hoy día lo que más nos distancia es la falta de conocimiento a nivel empresarial y también de gobierno. A modo de ejemplo, en estos días se cumplen tres años de la primera visita de un ministro uruguayo a Australia en 30 años. Es muy difícil desarrollar mercados si no se intenta establecer un vínculo desde el gobierno y las empresas. Eso es lo que ha faltado y se puede subsanar a partir de misiones empresariales y presentaciones sobre nuestra oferta exportable que puedan ser de interés para los australianos.

—¿Qué consecuencias dejó aquella visita ministerial?

—No es casualidad que cuando se generó la visita del entonces ministro Roberto Kreimerman se propició una inversión australiana en el rubro minería en Uruguay, como es el caso de Petrel Energy, que participa en dos concesiones de búsqueda de hidrocarburos en suelo uruguayo. Se firmaron acuerdos de complementación y capacitación en ese rubro, y de alguna manera eso acercó a empresas australianas al país. Eso se produjo por la visita de la misión uruguaya, presentación mediante, y hay que tomarlo de ejemplo.

Sabemos que es costoso para las empresas organizar misiones a Australia, pero tenemos una alternativa. Hay 250 empresas australianas con representación en Chile, que ya decidieron ingresar a América Latina. Allí hay otra puerta para buscar puntos de contacto. En eso estamos trabajando ahora.

Por otro lado la ANII y el LATU están preparando una misión en Australia en mayo para suscribir acuerdos en ámbitos de educación e investigación, la idea es generar el terreno para avanzar, tender los puentes que hasta ahora no existen.

Foco en Reino Unido.

—Australia hasta hace muy poco tiempo tampoco miraba a América Latina…

—No; su foco estaba en el Reino Unido, por razones históricas; en los años ochenta se abrió al mundo y a partir de ese momento se comenzó a relacionar mucho más activamente con Estados Unidos y Asia. Hoy Inglaterra no está entre los primeros 10 destinos de exportación australianos. China (24%), Japón (11%), Estados Unidos (9%) y Corea del Sur (5%), encabezan ese ranking de socios comerciales.

En América Latina el puente existe con Chile, país con el que firmaron un acuerdo hace algunos años, lo que generó un explosivo flujo comercial.

— ¿Entiende que serían receptivos a una propuesta uruguaya en materia comercial?

—Tengamos claro que no nos están esperando a nosotros. Tenemos que actuar. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante un mundo muy dinámico. Inexorablemente debemos acercarnos a algún tratado o empezar a trabajar con países como Australia para no perder espacio. Tengan en cuenta que la carne australiana también entrará con preferencias al mercado de Estados Unidos, y negocian condiciones ventajosas con la Unión Europea. No podemos mantenernos aislados, y aliarnos con un competidor pero al que podemos sumarle cosas interesantes, es una buena alternativa. Además, estamos hablando de un país desarrollado, un estado de derecho con reglas e instituciones fuertes y creíbles. Hacer negocios con Australia se parece mucho más a lo que nosotros podemos ofrecer. Tienen una base anglosajona pero bastante más abiertos y con métodos de negociación que seguramente resulten muy confortables para moverse al empresariado uruguayo.

La apertura.

—La proliferación de acuerdos comerciales de Australia con distintos países es de corta data. Australia fue un país que mantuvo su economía cerrada hasta no hace mucho tiempo…

—La reforma económica llevada adelante hace tres décadas desmanteló la red de proteccionismo que había reprimido la economía del país hasta ese momento. A partir de allí modificó un mercado doméstico pequeño, protegido por tarifas elevadas, en uno competitivo y abierto que abastece a mercados alrededor del mundo. Sin embargo, eran muy reacios a los tratados de libre comercio, excepción hecha de su vecino, Nueva Zelanda, con el que suscribió un acuerdo en 1983.

Pero la proliferación de TLC alrededor del mundo, les llevó a entender que si no contrataban acuerdos de ese tipo mientras sus competidores sí lo hacían, comenzaban a perder terreno en término de acceso a mercados.

Sus principios básicos pasan por reformas microeconómicas que buscan mejorar la competitividad y aumentar la productividad, acompañado de una política fiscal responsable, y una actitud de apertura al mundo que le ha llevado a firmar numerosos acuerdos.

Resultado de la apertura al mundo.

Australia tiene 10 acuerdos de libre comercio concluidos, más otros 7 en negociación, así como otros dos en etapas de "sondeos", según información aportada por la misión diplomática uruguaya en aquel país. Los diez acuerdos vigentes son el Anzcerta (con Nueva Zelanda, que data de 1983 y es el primero de todos), Aanzfta (Australia, Nueva Zelanda y Asean, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, integrada por 10 países —Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Myanmar y Camboya—), el Aclfta (Australia-Chile), Jaepa (Australia-Japón), Kafta (con Corea del Sur), Ausfta (con Estados Unidos), Mafta (con Malasia), Safta (con Singapur), el Tafta (con Tailandia) y el último el Chafta (con China, que entró en vigencia en noviembre de 2014).

Entre los acuerdos que se hallan en negociación se encuentran los siguientes: Australia y el Consejo de Cooperación del Golfo, que integran Baréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos; El Acuerdo Global sobre Cooperación Económica con India y otro similar con Indonesia. Australia también forma parte de las negociaciones para el Acuerdo Trans Pacífico (12 países), el acuerdo de profundización de relaciones económicas con Asia (Pacer), y el acuerdo sobre comercio de servicios (TISA).

Asimismo, Australia está sondeando la posibilidad de iniciar negociaciones para un acuerdo de comercio e inversiones con Unión europea, y otro con Canadá. Paralelamente, se busca un acuerdo similar con Irán, dependiendo de la evolución de las negociaciones de este Estado con el G5+1 (Brasil, China, India, México y Sudáfrica).

El acuerdo con Chile entró en vigencia en marzo de 2009 y significó la primera aproximación a América Latina. El citado acuerdo incluye productos, servicios e inversiones. Para este año 2015, todos los aranceles serán eliminados, con la excepción del aplicado al azúcar, que mantiene un arancel de 6% para las exportaciones australianas a Chile. Además, se establece el tratamiento nacional para productos, servicios y proveedores australianos en el mercado chileno para adquisiciones por encima del mínimo acordado. También se garantiza un régimen liberal en ambas partes para servicios e inversiones, y existen las garantías en ambas partes para mantener los más altos estándares de protección de patentes internacionales para marcas, patentes, indicadores geográficos y derecho de autor.

Desde su entrada en vigencia, ha habido un aumento significativo de la inversión de empresas australianas en el país sudamericano, las que están expendiendo sus negocios en Latinoamérica.

Paralelamente, el acuerdo con Estados Unidos (de 2005) estableció que dos tercios de todos los aranceles agrícolas, incluyendo la carne ovina y productos hortícolas, fueron eliminados de inmediato, con otro 9% de los aranceles rebajados a cero en 2008 y casi todos los aranceles agrícolas retirados en la plena aplicación en 2022 (menos el azúcar y productos fuera de cuota.

A partir del primero de enero de 2015 se eliminaron los aranceles estadounidenses restantes sobre el vino, tejido y prendas de vestir, al tiempo que se produjo un aumento de los contingentes arancelarios libres de impuestos para las exportaciones australianas de carne y lácteos, entre otros.

Ficha técnica.

Alfredo Taullard es Doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la UdelaR, posee un Máster en derecho corporativo y comercial en la Universidad New South Wales, de Sydney, con formación también en derecho internacional en el Center for American and International Law de Dallas, Estados Unidos. Es miembro fundador (2011) y presidente en la actualidad de la Cámara Uruguay-Australia. Ingresó en 2004 a la firma profesional Hughes & Hughes, de la que hoy es socio.

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