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Asociación entre estrés y productividad

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hábitos saludables ayudan a reducirlo.
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Pese a que las preocupaciones y el estrés laboral pueden afectar la productividad del trabajo, muchas veces es difícil dimensionar la extensión de este impacto, así como identificar los determinantes y las formas en que las empresas pueden mitigar los riesgos del estrés y su impacto en el negocio.

Estudios recientes llevados a cabo por la consultora Willis Towers Watson, han demostrado la importancia del estrés laboral para empleados y empleadores, su impacto en la salud y productividad de los trabajadores, así como las diferentes percepciones acerca de sus principales disparadores. La Encuesta Staying@Work 2015/2016 representa el estudio más reciente de la consultora sobre los programas de empresas privadas para promover la salud y el bienestar de la fuerza de trabajo, e incluye respuestas de empleadores en más de 30 países.

Willis Towers Watson focaliza su Encuesta Global de Actitudes de Beneficios 2015/2016 entre otras cosas en el nivel de estrés que los trabajadores experimentan día a día, y lo estima en base a una percepción subjetiva sobre qué tan afectados se sienten por factores laborales. Entre estos factores se consideran ítems que atañen a las finanzas (por ejemplo niveles de salarios y beneficios), la cultura organizacional (relaciones con los supervisores, carga laboral y control sobre las tareas) así como otros relacionados al uso de la tecnología, la seguridad en el lugar de trabajo y las relaciones sociales.

De acuerdo a esta investigación, los empleadores son conscientes de los perjuicios del estrés y de los problemas que este genera a nivel de los riesgos de salud de sus empleados y de su efecto en los niveles de productividad, y reconocen que una fuerza de trabajo más productiva significa para la empresa una ventaja competitiva en el mercado. De hecho, los resultados de Staying@Work 2015/2016 muestran que un 72% de las empresas en América Latina y un 64% a nivel global consideran al estrés como el principal riesgo de salud de sus empleados.

Esta preocupación no sorprende cuando se analiza el impacto del estrés en la productividad, en el compromiso de los empleados con la empresa y en diferentes conductas que podrían tener impactos negativos en la salud.

Como se muestra en la Figura 1, en América Latina los empleados más estresados son los menos comprometidos, entendiéndose por compromiso la intensidad de la conexión de los empleados con su organización y reflejado en un esfuerzo sostenido por lograr las metas. En efecto, mientras que el 68% de los empleados con bajos niveles de estrés están altamente comprometidos, tan solo un 38% de los altamente estresados lo están. Asimismo, los trabajadores más estresados llevan estilos de vida menos saludables, es decir, son más propensos a ser fumadores activos, ingerir más alcohol, dormir menos horas, tener una peor alimentación y ser más sedentarios.

Por último, los trabajadores más estresados a nivel laboral parecen ser los que presentan menores niveles de productividad, registrándose mayores niveles de ausentismo y presentismo, tal como se observa en la Figura 2.

Vale aclarar que, en el marco de la investigación, se llama presentismo a un indicador de productividad laboral, definido en base a la percepción que tiene el empleado acerca de su desempeño actual laboral en comparación a su desempeño histórico y en comparación con sus pares. En función de ello se calcula la pérdida de días de trabajo debido a una productividad menor a la deseada.

Según se desprende de la Figura 2, desde la óptica de la productividad, América Latina se encuentra mejor posicionada que Europa y también que América del Norte, ya que mientras para los dos últimos los empleados con altos niveles de estrés reportan pérdidas de 23,6 y 17,5 días laborales, respectivamente por año por empleado, en América Latina las pérdidas alcanzando 15,3 días laborales.

Sin embargo, de la encuesta realizada a los trabajadores surge que América Latina estaría en una posición más comprometida que otras regiones en términos de la incidencia de estrés, lo que podría estar indicando que reducir los niveles de estrés en el trabajo en nuestra región podría derivar en mayores beneficios que los que en términos relativos se generarían en otras regiones. En efecto en América Latina más de la mitad (53%) de los empleados sufren de altos niveles de estrés laboral, en comparación con un 45% en Europa y un 33% en América del Norte.

¿Cómo pueden las empresas ayudar a los empleados a manejar el estrés laboral? Los resultados de la investigación resaltan la importancia de reconocer verdaderamente cuáles son los disparadores de estrés.

Los resultados muestran una gran desconexión entre empleados y empleadores sobre cuáles son los principales disparadores del estrés. Como se observa en la Figura 3, los empleadores atribuyen el estrés a problemas organizacionales, como ser las tecnologías que expanden el día de trabajo o la falta de equilibrio trabajo/vida, mientras que para los empleados la principal fuente de estrés está relacionada con la estabilidad financiera en el trabajo.

Por otra parte, mientras los empleadores visualizan que la falta de equilibrio entre trabajo y vida personal es el disparador número uno del estrés, los empleados sitúan esta causante en el quinto lugar.

La desconexión mencionada no significa que las empresas no cuenten con las herramientas necesarias para ayudar a sus empleados a lidiar con el estrés laboral, sin embargo, si los empleadores no logran identificar las verdaderas raíces del problema se corre riesgo de que las soluciones que se propongan no sean efectivas.

Una respuesta efectiva requiere el desarrollo de estrategias concretas para abordar esta problemática y entender que el estrés laboral va de la mano con un mercado laboral más demandante, conectado y competitivo.

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Estudio comparativo para América Latina

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