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El ajuste de Ancap durará todo 2016

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En términos reales los costos no petroleros se duplicaron entre los años 2007 y 2015.

Las empresas públicas (EE.PP.) acapararon buena parte de la atención pública en este tramo final del año y seguramente estarán en el centro del debate de ahora en más. Su desempeño en los últimos años no fue satisfactorio, al punto tal que el gobierno que asumió el pasado mes de marzo hizo recaer sobre ellas el grueso del esfuerzo para abatir el déficit fiscal a lo largo de la presente administración.

Particularmente notorio es el caso de Ancap que debido a las pérdidas acumuladas a lo largo de los últimos años tuvo una suerte de intervención por parte del Poder Ejecutivo y una solicitud de capitalización por aproximadamente US$ 900 millones.

El tema es muy importante ya que se trata de la principal empresa del país cuyo giro es fundamental en cuanto a la competitividad de la economía y el bienestar de la sociedad. El precio de los combustibles es un tema muy sensible y en momentos en que el precio internacional del petróleo se encuentra en niveles muy bajos surgen expectativas de que los precios de venta al consumidor también se reduzcan.

Sin embargo, debido a los problemas que arrastra la empresa, en parte por un largo desfasaje entre el precio de los combustibles y el precio del crudo y también a un incremento de los costos, ello no podrá ser posible hasta tanto la empresa se estabilice patrimonialmente, lo que le llevará seguramente todo el próximo año.

Varios factores se han esgrimido para explicar el porqué del deterioro de Ancap. Desde inversiones excesivas, pasando por costos crecientes y desfasaje entre éstos y las tarifas son argumentos que se han escuchado en los últimos tiempos. En esta nota intentaremos dar algunas pistas para poder entender mejor que fue lo que sucedió.

Recurriremos a los resultados de caja que divulga mensualmente el ministerio de economía (MEF) que refieren a la empresa matriz (combustibles) pero que no informa sobre el resto del holding (18 empresas). De todas formas, la información que divulga el MEF es la relevante en cuanto a la medición del resultado fiscal del sector público.

Los datos señalan que la empresa comenzó a mostrar resultados negativos a partir de 2008, que se fueron agravando en los años siguientes y recién en los últimos meses pasó del rojo al negro.

Tarifas.

La mejora responde a la política tarifaria seguida a lo largo del último año, cuando el precio de los combustibles no acompañó al desplome que registró el valor del crudo. Esta política, que tanto descontento generó en la población y en particular en un sector productivo que enfrenta problemas de competitividad, hay que entenderla en el marco de la política tarifaria seguida a lo largo de los últimos años. En particular a partir del mediados del año 2008, cuando el precio del petróleo trepara a US$ 140 por barril, duplicándose con respecto a la cotización vigente un año atrás.

Las autoridades del momento entendieron que pasar todo el aumento al precio no era lo más conveniente, ya que impactaría negativamente en la competitividad y también en el IPC. Máxime cuando se entendió que era un fenómeno coyuntural, lo que efectivamente aconteció.

De todas formas, si bien los precios de los combustibles están estrechamente ligados a la evolución del precio del petróleo y el tipo de cambio (es su costo principal), a lo largo de la última década no han ajustado automáticamente a la variación del crudo.

En los gráficos que acompañan esta nota se muestra le evolución del precio promedio de Ancap y el precio del Brent. El precio promedio de Ancap resulta de ponderar de acuerdo a las ventas físicas mensuales el precio sin impuestos (Imesi, IVA y fideicomiso del boleto) del gas oil y la gasolina super 95, que son los productos más representativos del ente.

Se ve claramente en el gráfico que hasta fines del pasado año, antes del desplome del precio del crudo, si se toma como base el valor vigente en enero de 2005, el precio del combustible que recibía Ancap evolucionaba por debajo del precio del crudo (cotización promedio del barril en el mes en cuestión por el tipo de cambio). En el último año la situación se revirtió y el precio se ubica por encima.

A mediados del pasado año el barril de petróleo cotizaba en el entorno de los US$ 110, hoy está por debajo de los US$ 40. Esa rebaja no se trasladó totalmente a precios como un primer paso para recomponer la situación patrimonial de la empresa (el polémico balance del año 2013 ya hablaba de una reestructura en el año 2015). Ello le permitió a Ancap recaudar US$ 500 millones por un sobreprecio que de todas formas no alcanza a cubrir el desfasaje acumulado a lo largo de la década anterior, lo que no permite por el momento ajustar el precio de los combustibles a la baja.

Costos.

A este desfasaje de precios hay que agregar el aumento de los costos no petroleros, que se muestran en el set de gráficos. Los gastos que allí se reflejan son las compras de bienes y servicios, las remuneraciones y los aportes al BPS que informa mensualmente el MEF, depurados de las compras mensuales de petróleo y derivados.

En el gráfico se comparan esa brecha en dólares a lo largo de dos períodos de tiempo, entre 2005-2007 y de 2013 al presente. Tal como se muestra hay un aumento importante entre ambos períodos. En términos reales esos costos no petroleros más que se duplicaron, un crecimiento desmedido que duplica a su vez al crecimiento promedio de la economía en el período. Los costos no petroleros en los últimos doce meses totalizan a casi US$ 800, de los que se pueden discriminar los salariales, que ascienden a US$ 120 millones y el fideicomiso del boleto al transporte urbano por US$ 105 millones.

El abatimiento de estos costos es uno de los objetivos de la intervención del gobierno en Ancap. Hasta tanto no se logre no habrá margen para abatir tarifas.

Por último, un comentario respecto a las inversiones. De los trascendidos del trabajo de la comisión parlamentaria investigadora se señala que hubo sobrecostos en las distintas inversiones llevadas a cabo por el ente. Pero refieren básicamente a obras en las empresas satélites. A nivel de los combustibles, más allá de la calidad y rentabilidad de la inversión, de lo que no tenemos elementos para opinar, en cuanto a montos y participación relativa en el PIB no parece haber un gran desvío, tal cual se muestra en el gráfico.

Junto a la urgencia de reestructurar Ancap se necesita discutir el rol que deben cumplir las EE.PP. Hace unos días en una entrevista televisiva, el presidente de la República refiriéndose a este tema señaló que a las empresas hay que tratarlas como tales. Una definición muy importante que pone el énfasis en la eficiencia y transparencia, aspectos en los que hay mucho por hacer.

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El Análisis

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