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Ahorro local sustituye inversión extranjera

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Pablo Sequeira de Posadas, Posadas & Vecino. Foto: El País
[[[Darwin Borrelli ]]]

En momentos en que la llegada de capitales del exterior se resiente, cobra vigor la participación del capital nacional en la financiación de diversos proyectos de infraestructura.

En los primeros siete meses del año ya se alcanzó la cifra obtenida a través de emisiones de obligaciones negociables o fideicomisos durante todo el año anterior. Esto se produce tanto por la participación de los inversores institucionales como de los ahorristas minoristas, y ambos tienen un potencial que multiplica varias veces al capital destinado a estos fines.

"Lo que falta son proyectos", advierte el Dr. Pablo Sequeira, especialista en Derecho Corporativo, Financiero y Mercado de Capitales del estudio Posadas, Posadas & Vecino. "La demanda está asegurada, y en la medida en que se estructuren propuestas atractivas, seguirá creciendo", añadió. Sequeira recordó que el año pasado se hicieron emisiones por 315 millones de dólares y este año la meta son 500 millones, de acuerdo con los proyectos que ya salieron al mercado y los que se están estructurando. Destacó que el mercado es seguro y que una prueba de eso son las buenas experiencias. "Todas las emisiones que están cotizando mantienen muy buenos niveles de coberturas, tienen excelentes calificaciones de riesgo y estamos en muy buenos cumplimientos de todas las obligaciones asumidas por ellos", dijo.

Proyectos vinculados con la generación de energía (especialmente los eólicos), emprendimientos inmobiliarios (de interés social o barrios privados) han captado financiación vía mercado de capitales, al igual que la construcción de la cárcel de Punta de Rieles.

A juicio del especialista Pablo Sequeira, de Posadas, Posadas & Vecino, el citado incremento en la cantidad y monto de proyectos financiados a través del mercado de capitales, obedece a un "cambio cultural" que está operando a nivel local, donde a la presentación de proyectos bien estructurados y con garantías de ser bien gerenciados se suma la confianza de los inversores institucionales y del pequeño ahorrista, que ven en estos instrumentos oportunidades de inversión "rentables y confiables".

Surge como una alternativa ante la opción de tasas de interés bajas en el sistema financiero o la posibilidad de invertir en real estate, donde el activo es claramente menos líquido que un certificado de participación o una obligación negociable. A continuación, un resumen de la entrevista.

—El proyecto Pampa de UTE, el desarrollo inmobiliario de La Tahona, así como la cárcel de Punta de Rieles, son algunas de las emisiones de los últimos meses que demuestran la buena recepción de los instrumentos de inversión por parte de los inversores. ¿Cuáles son las metas para este año?

—Estamos en un muy buen momento del mercado de capitales, en plena consolidación. Vale recordar que en 2014, dejando fuera las emisiones del Estado y tomando básicamente la emisión de obligaciones negociables y los fideicomisos financieros en sus dos modalidades, deuda o certificado de participación, llegamos a los 315 millones de dólares. Este año se llevan 200 millones de dólares emitidos, pero además ya están autorizados y prontos a suscribirse 90 millones de dólares más por la cárcel de Punta de Rieles y otros 11 millones de un fideicomiso para financiar la construcción de viviendas de interés social (CasasUru). Por tanto, en los primeros siete meses del año estamos alcanzando los niveles del año pasado, cuando todavía queda un trecho muy largo y productivo.

—¿Qué proyectos están en marcha?

—Hay varias operaciones a estudio del Banco Central; UTE lanzará dos nuevos fideicomisos para otros dos parques eólicos, Arias y Valentines, que sumados tendrán un importe similar al de la emisión del fideicomiso Pampa (77 millones de dólares). En nuestro estudio, mientras tanto, estamos trabajando en tres proyectos, uno de obligaciones negociables y dos fideicomisos, todos ellos enfocados en el mercado de real estate, en el segmento de viviendas de interés social y en el de oficinas.

Seguramente terminemos el año con un crecimiento del 50% en relación con el año anterior, por lo que pensamos que se superarán los 500 millones de dólares en este tipo de inversiones.

—Se está captando el interés del inversor institucional y también el ahorro minorista…

—Así es, ayudados por las bajas tasas de interés que hay en el sistema financiero, tanto a nivel doméstico como internacional, la opción de este tipo de instrumentos está siendo observada como una buena oportunidad de negocio, en todo el sentido de la palabra. Es un negocio para quienes invierten, porque tienen un retorno interesante, pero también para la comunidad, porque esos recursos se vuelcan en obras y para el desarrollo del mercado de capitales.

Pero detrás de esto también hay un cambio cultural, que se da tanto a nivel del emisor como del ahorrista. Todo ocurre a partir de las buenas experiencias. Si a uno le fue bien quizás el otro se anima y se genera un efecto contagio. Todas las emisiones que hoy están cotizando mantienen muy buenos niveles de cobertura, tienen excelentes calificaciones de riesgo y estamos en muy buenos cumplimientos de las obligaciones asumidas. Y en muchos de estos proyectos, gente común invirtiendo en proyectos que se hacen en beneficio de la comunidad.

—Esta opción se han transformado en una alternativa a la inversión inmobiliaria…

—El uruguayo siempre guardó su dinero en el banco o compró "ladrillos". Está dicho que los retornos del sistema financiero son muy bajos, y a su vez, el mercado inmobiliario presenta otras limitantes. Tener un activo inmobiliario supone que se debe a pagar Impuesto al Patrimonio, Primaria, Renta, Contribución inmobiliaria, le tendrá que pagar a un administrador y además, no siempre lo tendrá arrendado. Cuando quiera transformar ese activo en líquido, tiene un período de desinversión que puede ser largo. Resulta un buen refugio, pero si lo miramos como inversión rentable y con posibilidades de darle liquidez rápidamente, sin duda está en peores condiciones frente a una inversión en el mercado de capitales.

—¿Cuáles son las condiciones que otorga este tipo de inversiones financieras?

—Hay una tasa de interés básica: si partimos de un supuesto que los bonos del Estado son riesgo cero y básicamente hoy están dando un 4% en dólares, ese tiene que ser el piso para cualquier proyecto, y en esas condiciones están saliendo todas las emisiones, que se están colocando con una demanda que es cuatro o cinco veces mayor que la oferta. Pongamos el ejemplo de la emisión hecha para el fideicomiso de la cárcel de Punta de Rieles, donde la rentabilidad establecida fue de 5,85% sobre la inflación.

Pero además, los inversores institucionales, como las AFAP, se quedarán con la inversión hasta su vencimiento, porque eso es lo que buscan, una propuesta de buena calificación, con buenas garantías y buen gerenciamiento. Pero los ahorristas minoristas pueden desprenderse cuando quieran de esos activos, a través del desarrollo del mercado secundario, que da liquidez y movimiento al mercado de capitales.

Esa diversificación de la colocación, unido a un ticket de participación bajo, permiten una amplia participación y un apetito cada vez mayor por este tipo de inversiones. Un mercado de capitales desarrollado lo que requiere precisamente es profundidad y liquidez.

—¿Este tipo de mecanismos de inversión pueden financiar las necesidades de infraestructura que tiene el país?

—No hay ninguna duda. El país necesita crecer en materia de infraestructura, y cuenta con instrumentos como la Ley de Participación Público Privada (PPP) y el mercado de capitales, a través del cual se pueden canalizar distintas iniciativas, vía PPP u otras alternativas.

Todo eso en momentos en que no es sencillo obtener fondos a nivel internacional. Según Uruguay XXI, en 2013 tuvimos 3 mil millones de dólares de inversión extranjera directa (IED) y en 2014 llegamos a 2.700 millones de dólares. No solamente cayó la IED un 10%, sino que fue la primera caída después de 4 años de crecimiento.

—¿Se puede sustituir la inversión extranjera directa con el ahorro local?

—Indudablemente, el ahorro de los uruguayos claramente puede suplir esos capitales. Una buena parte de las inversiones necesarias pueden financiarse a través del mercado de capitales local. El potencial es enorme, tengamos en cuenta que los depósitos de residentes en el mercado uruguayo son 23 mil millones de dólares, mientras que las AFAP tienen 10 mil millones de dólares, de lo cual el 50% lo pueden invertir en actividades productivas, según la normativa vigente. Y de ese monto, solo está invertido en proyectos de esta naturaleza poco más de mil millones de dólares. Recursos disponibles hay, lo que faltan son proyectos.

Por ejemplo, han demorado mucho tiempo en salir los primeros llamados a través de PPP, eso en el país que tiene menor inversión en infraestructura de América Latina junto a Paraguay, según la Cepal.

Es necesario poner más proyectos en el mercado y se verá que la demanda que existe a nivel local es muy firme.

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—¿El proyecto Antel Arena reúne las características para ser financiado en el mercado de capitales?

?—Sin dudas. Desde el punto de vista teórico es un emprendimiento que podría buscar su financiación en el mercado de capitales, reúne las características para ser un buen negocio para todas las partes. Se puede armar una operación financiera en corto plazo, ya que hay mucho camino recorrido lo que juega a favor del proyecto. Un polideportivo como el que se proyectó puede generar diversos flujos de fondos que garantizarían el repago a los inversores, y cualquier proyecto de esas características es interesante para el inversor.

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Pablo Sequeira de Posadas, Posadas & Vecino. Foto: El País

luis custodio

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