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La vida después de las comilonas de las fiestas

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Nochebuena. Una cena en la que se suele dar rienda suelta al apetito.

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Esta época de celebraciones suele ser la excusa para darse los mejores banquetes en familia, a lo que hay que sumar las despedidas, pero ¿cómo hacer para disfrutar sin atracones de ese gran momento?

El gigante Pantagruel fue un mítico personaje creado por François Rabelais en el siglo XVI. Hijo del gigante Gargantúa, ambos debían su fama a la inmensa voracidad de la que hacían gala. La expresión “banquete pantagruélico” proviene, precisamente, de las interminables comidas descritas en las novelas de Rabelais.

En las fiestas tradicionales, los uruguayos parecen rendir honores a Gargantúa y Pantagruel, aunque estén muy lejos de dar la talla de los insaciables ogros rabelesianos. Sin contar las clásicas cenas de Nochebuena y Fin de Año, a los almuerzos de Navidad y Año Nuevo, se le suman a lo largo de diciembre las despedidas de amigos, compañeros de trabajo o de estudios que van poblando agendas en los treinta y un días del mes. Y todos los encuentros tienen algo en común: las comidas.

Parece imposible sustraerse a esta carrera gastronómica. Sin embargo, los entendidos dicen que lejos de pensar en dietas, lo que se impone es manejarse con moderación. O como el humorista argentino Tute hace decir a uno de sus personajes: “Creo que es hora de dar rienda suelta a la prudencia”.

atracones. “El problema es que la gente come en cantidades inapropiadas y comidas que no son las habituales en nuestra dieta uruguaya”, dice la médica internista Raquel Panone consultada por Domingo.

“A veces por imitación de comidas que se comen en otra parte del mundo, se ingiere una cantidad de calorías que no corresponde a la época del año. Como somos un país de inmigrantes seguimos tradiciones de otros países que están en invierno y que comen esas calorías”, continúa la profesional.

Por estas fechas las consultas médicas se llenan de víctimas de los “atracones”, algo que la experiencia clínica de la internista puede corroborar.

“Los cuadros que más atendemos son de gastroenterocolitis. Intoxicaciones en este país no se ven porque las comidas -aunque sean manufacturadas- en general está en buenas condiciones. La gente no anda comiendo cosas que tengan ‘bichos’ incluidos”, apunta Panone.

Un dato clave que la profesional da a todos los comensales: “Beber mucha agua, que es lo que la gente se olvida, por el calor, por el alcohol, porque ayuda a metabolizar más cosas. Cuanta más agua tomemos, mejor para el organismo, incluido el tránsito intestinal”.

balancear. El secreto reside, una vez más, en el equilibrio. No se trata de no comer las delicias que se encuentran en la mesa, nada de eso. Apenas de hacerlo con medida.

“Lo primero que es clave es hacer todas las comidas del día antes de esa cena, por ejemplo, porque muchas veces se comete el error de no comer durante el día porque luego se va a comer más. En realidad no es así, porque haciendo las comidas voy a tener un apetito controlado. Una de las claves es controlar la cantidad”, señala la nutricionista Elizabeth Barcia, también consultada por Domingo.

La excusa de “guardarse” para la cena de esta noche no corre. Pero ya frente a la mesa navideña, la nutricionista también hace algunas recomendaciones que vale tener en cuenta.

“Lo que yo siempre apunto es a que, sobre todo, hay que cuidar las opciones. Ver que haya opciones saludables. No que una persona vaya a tener que dejar de comer algún fiambre o algo que le gusta. Pero sí tratar de que, por ejemplo en las picadas, haya cosas saludables. Se puede poner lo clásico, pero siendo que estamos en verano, se pude poner bastoncitos de verduras, por ejemplo con apio, zanahoria, pepinos, tomatitos cherry”, indica Barcia.

La nutricionista no propone, empero, una mesa vegetariana ni mucho menos. “Si se ponen fiambres que sean los más magros, lo mismo los quesos, o si no poner opciones de modo que aunque uno coma de todo, que coma menores cantidades de esos alimentos tan ricos en grasas, como los fiambres, embutidos, snacks en general”, apunta.

“En cuanto a las carnes, más bien que sean en general bastante magras, si va a ser algo a la parrilla elegir los cortes más magros, como el vacío o la pulpa y no tanto la clásica tira de asado”, añade.

“No hay por qué comer solo carnes rojas. El pollo o el pescado también se pueden hacer a la parrilla. Pero la cosa es de lo que se vaya a comer, controlar la cantidad y si se puede acompañar con verduras, mucho mejor”, precisa Barcia.

Las bebidas, no sólo las alcohólicas, tan abundantes en estas fechas, plantean también un problema. “Con las bebidas, a veces no nos damos cuenta y consumimos muchísima cantidad de calorías”, señala la nutricionista.

“No hay problemas en tomar líquidos, pero los refrescos, los jugos de fruta industrializados, aún algunas bebidas que dicen ser light, son rebajadas pero tienen también algo de azúcar”, explica.

Algo semejante ocurre con la mayoría de las aguas saborizadas y el azúcar. “Lo bueno de las aguas saborizadas es que se pueden hacer caseras y es una de las formas que nosotros promovemos: hacerlo con limón, con jengibre, con menta, con pomelo, con albahaca, con especias, lo que se quiera, eso es una buena forma de darle sabor al agua”, propone.

Y por último el alcohol. Lo recomendable es no consumirlo si se debe conducir, pero aún si no es así la nutricionista recomienda moderación extrema. Una medida de bebida alcohólica para las mujeres y dos como máximo para los hombres. “La medida, según está estandarizado, en vinos es una copa que son unos 120 mililitros, si es champán también es una copa. Si son cervezas un vaso, y si es una bebida tipo whisky una medida”, especifica la experta.

Pero allí no terminan las recomendaciones. En estas fechas también es habitual que en las mesas aparezcan los frutos secos. “Los frutos secos, nueces, avellanas, son alimentos saludables. La cuestión es moderar la cantidad, la porción es un puñado pequeño. Hay que evitar comer de paquete y evitar las frutas abrillantadas, que están recubiertas de azúcar”, apunta Barcia.

De todos modos, y salvo para aquellos que por algún tipo de dolencia lo tengan contraindicado, se puede comer de todo lo que hay en la mesa. El secreto es hacerlo con moderación y ayudarse bebiendo agua para facilitar los procesos metabólicos y evitar la deshidratación. Sobre este último punto hay que recordar que además del calor, la deshidratación también puede ser provocada por la ingesta de bebidas alcohólicas.

Así que, a comer rico y con medida, ¡felices fiestas!

La picada también puede combinarse con vegetales frescos.
La picada también puede combinarse con vegetales frescos.

Consejos para una buena cena navideña

Comer algo ligero antes de la cena puede resultar una medida ideal contra los atracones. Los nutricionistas proponen algo como frutas o un vaso de yogurt, eso evitará que comas más de lo que acostumbras en las cenas.

Es preferible no consumir alimentos cargados de grasa, manteca y azúcar, como las bebidas gaseosas, los chocolates o galletas navideñas. Si los vas a consumir, que sean con moderación.

En cuanto a bebidas, si se trata de refrescos, evitar los azucarados en general. Las aguas saborizadas caseras son lo ideal. En materia de bebidas alcohólicas excederse más allá de una medida ya plantea problemas. Una copa de vino o una medida de whisky es lo ideal.

Las cenas navideñas se caracterizan por lo general por la variedad de platos que se preparan, pero solo debe constar de tres platos. La entrada debe ser básicamente de verduras frescas o cocidas acompañadas de un aliño ligero, aceite de oliva o frutos secos.

Durante la cena, come con moderación, y trata de que tus porciones sean solo las necesarias para calmar tu apetito. Recuerda que no siempre debes sentirte lleno para dejar de comer. Otro aspecto importante es el de comer tranquilamente, sin apuros.

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