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Use y tire

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Soy de la época de la heladera General Electric y del televisor Sony Trinitron que se compraban una vez y duraban décadas. Soy eterno, lo sé.

El mundo que me rodeó no era de "obsolescencias programadas" ni de "conocimiento tecnológico exponencial". Era un mundo sencillo, de barrio, de cebollitas, de los Trico y los Peña y no mucho más.

Sin embargo, no tengo opción: o me adapto al tiempo presente o el presente me lleva puesto. Pilán es un lejano recuerdo en mi memoria. Si estuviera hoy enseñaría cómo aprender a tomar la leche con un porro (no todo es para mejor.)

Claro, los "grandes" creen que todo tiempo pasado fue mejor. Eso no es cierto, mejoró todo, expectativa de vida, combate a enfermedades y menos hambre.

Nunca tuvimos tanta información como en el presente y nunca nos costó tanto tomar decisiones como hoy porque el abanico de opciones es multicromático.

Lo que veo jorobado del mundo actual no son sus avances sino algunos de los "valores" que ganan terreno. El "use y tírelo" no me calienta si es solo con los consumos. El lío es que ese enfoque parece ganar también a las relaciones humanas. Y allí es donde me inquieta lo que vivimos.

La amistad era un asunto serio en nuestras vidas. Un amigo en serio era para toda la vida. Había cierta solemnidad en el respeto por esos valores. Me parece que eso se fue al garete.

El amor no era el sexo casual. Significaba sentimientos, algún compromiso y algo de emoción. Me parece que hoy hablar de amor es casi como creer que Maradona deje de consumir lo que consume. No lo cree casi nadie. Me apena un poco eso porque —creo— no hay mejor situación que el amor entre la gente para sortear lo que venga. El amor en sus mil formas, no soy conservador.

El trabajo no era solo el lugar para ir a conseguir unos pesos. No, el trabajo implicaba un compromiso con lo que fuera, con los compañeros y con el proyecto en donde cada uno estaba. No importaba si era un quiosco o el mejor estudio jurídico de la ciudad. La palabra "compromiso", "confianza" y "entrega" ahora las enseñan en cursos de coaching como algo novedoso cuando va de suyo que semejantes asuntos deberían ser la clave para estar en lo que sea. Si estaremos perdidos que nos enseñan el dos por dos.

No sé lo qué pasó, pero veo a lo que llegamos y tengo matices con este presente. Si bien me fascina la sinceridad, la globalización, el achique de distancias y el mundo para todos, me suena que no estamos claros —como humanidad— en los objetivos: hacia dónde queremos ir y en la forma cómo recorrer esos caminos.

No crean que estoy divagando, quizás estoy escribiendo de lo más preciado que tenemos que somos nosotros mismos. Y para ser la mejor versión de nosotros mismos hay que tener claro "el propósito" por el que hacemos las cosas. Me temo que esto no se está haciendo bien.

Ser "buena gente" lo enseñaban los padres, el barrio, la escuela y la vida. Y era muy importante que se dijera de fulano: es un buen tipo. El algún punto nos fuimos al demonio y ganó la cultura del vivo, del garroneo, la lógica prebendaria, el clientelismo obsceno y la muerte del esfuerzo es la sentencia final. Jaque mate a los buenos (perdonen la falta de modestia, es tema de varios de mis libros).

Por eso, hasta lo que vemos a diario es sórdido en Netflix (yo el primer gil). Por eso, las noticias sobre asesinatos nos tragan la cabeza y por eso los valores se trastocan tanto que no siempre sabemos donde está el bien o el mal. ¿Usted tiene claro entre el rubio y el gordito norcoreano que es lo que tenemos que hacer los simples mortales que vemos a diario que eso va a terminar explotando mal? ¿Sabemos con claridad que un asesino es un asesino o dudamos y nos gana el relato romántico?

Ahora, por un segundo, piense que usted es adolescente y que irrumpe en este mundo actual. ¡No la tienen fácil los pibes de ahora! Por eso, tampoco les podemos exigir lo que la sociedad no ofrece. Ya lo deberíamos saber, pero no lo entendemos. Somos de otra tiempo y la culpa, me perdonarán, es nuestra. Si formamos seres "eclécticos" en un mundo donde todo "parece" relativo el final será catastrófico.

CABEZA DE TURCO

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