Publicidad

La Thatcher japonesa

Compartir esta noticia
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike (Foto: Reuters)

Yuriko Koike es la primera mujer en la historia que gobernará Tokio. Una ejecutiva firme, audaz y ambiciosa que derrotó a 20 candidatos masculinos.

Cuando en 2007 Yuriko Koike debió abandonar el cargo de ministra de Defensa en Japón, cerró su última conferencia de prensa con una frase emblemática, acuñada por el general MacArthur en la Segunda Guerra Mundial y repetida muchas veces por otros: "Volveré". Y efectivamente Koike regresó, pero en un puesto todavía más ambicionado: la gobernación de Tokio. Desde agosto ocupa el segundo lugar más importante en la política del país, solo por detrás del primer ministro (un cargo que ya anunció, también pretende).

El mundo la conoció durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Vestida con un tradicional kimono, recibió la bandera olímpica de manos del alcalde de Río, Eduardo Paes.

En su país, en cambio, es una de las mujeres más famosas. Antes de lanzarse a la política, era una conocida presentadora de televisión. La llaman "la Margaret Thatcher nipona" y a ella no le molesta, pues admira a la expremier británica que puso de moda el apodo "Dama de hierro". Y Yuriko, a su modo y en el estilo oriental, es una dama de temple. No le falta confianza: "Lideraré la política de Tokio de una manera que no tiene precedentes; será un Tokio que nunca han visto", aseguró la dirigente política, que tiene 64 años y es divorciada.

Triunfo.

Un hecho fortuito le permitió dar el gran salto. El anterior gobernador de la ciudad, Yoiche Masuzoe, renunció en junio luego de que se revelara información sobre manejo de fondos públicos para gastos propios. Los cargos hubieran sido ignorados en otros países acostumbrados a la corrupción (usaba el auto oficial para ir a su casa de campo los fines de semana, compraba historietas o pagaba estadías a familiares en hoteles con dinero de la gobernación), y de hecho no fueron considerados ilegales sino "inapropiados", pero las encuestas mostraron que la población de Tokio no lo aceptaba. Cuando se preparaba un moción de censura parlamentaria, Masuzoe dimitió.

En las elecciones del 31 de julio, Koike, que era legisladora del oficialista Partido Liberal Demócrata (PLD), se presentó sin el respaldo de su propia agrupación, que apoyó a otro postulante, el exministro del Interior Hiroya Masuda. Sin embargo, recibió más de 2.900.000 votos, contra 1.790.000 de Masuda, para convertirse a los 64 años en la primera gobernadora en la historia de Tokio.

Con más de 13 millones de habitantes y un total de 36 millones en el "gran Tokio", es mucho más que la capital y el centro económico, político y cultural de Japón: representa la mayor economía en una ciudad en el mundo, con un PIB de casi un billón y medio de dólares, que la transforma en la tercera potencia económica del mundo. Todo ello habla claro de la importancia del cargo de gobernador. Además, en 2020 Tokio enfrentará el reto de organizar, por segunda vez, los Juegos Olímpicos.

Su trayectoria.

Koike proviene de una familia adinerada y muy vinculada con el mundo: su abuelo fundó una compañía comercial en Seattle (Estados Unidos), por lo cual todos sus descendientes estuvieron siempre acostumbrados a viajar y a conocer otras culturas. Después de estudiar Sociología en la Universidad Kwansei Gakuin de su país, se anotó por pedido de su padre en la Universidad Americana de El Cairo: "Japón solo puede sobrevivir con el petróleo de los países árabes, dependemos de ellos pero no los entendemos", fue la justificación. Ella aceptó, se instaló en Egipto, se graduó nuevamente en Sociología y de paso aprendió a hablar y escribir en árabe.

Todo conocimiento sirve, habrá pensado. Y, de hecho, su vida le debe mucho a su capacidad de manejarse en árabe. En 1978, la televisión nipona realizó un programa especial con el entonces líder libio Muammar Gaddafi y el jefe de la OLP, Yasser Arafat. Yuriko fue la intérprete. Eso le valió establecer contacto con el medio.

Poco después, ya trabajaba como asistente en un programa de debate político muy popular en su país. El director del ciclo era un tal Kenichi Takemura. Y como nunca había ocurrido antes, Koike se animaba a contradecir al aire las opiniones de su jefe, lo cual llamó mucho la atención.

El siguiente paso fue presentar noticias en los informativos: ya era una celebridad. En 1992 se fundó el Nuevo Partido del Japón, de tendencia liberal, y la invitaron a sumarse. Como ella siempre había dicho que su sueño era "cambiar Japón" y consideraba que no podría hacerlo como periodista, saltó a la política. La agrupación tuvo una vida breve, pero ella alcanzó a ingresar a la Cámara de representantes.

Después se sumó al PLD, de carácter conservador, que domina la política japonesa desde su fundación en 1955. Entre 2003 y 2006 fue ministra de Medio Ambiente. Uno de sus logros fue imponer el uso de vestimenta informal durante el verano. El objetivo era evitar el uso exagerado de aire acondicionado, con el consiguiente ahorro de energía. Desde entonces, es raro que los japoneses usen saco y corbata en los días calurosos.

En 2007 estuvo a cargo de la cartera de Defensa. Después de 54 días renunció tras un escándalo en el cual no estaba implicada: un grupo de oficiales difundió información clasificada y ella creyó que era su obligación irse debido a que se trataba de sus subordinados. Un año más tarde buscó la presidencia del PLD, antesala del cargo de primer ministro, pero fue derrotada en la interna. Aseguran que, sin embargo, no enterró sus aspiraciones.

Sexismo.

. El camino hacia la gobernación de Tokio no le resultó sencillo. Para empezar, su partido resolvió no apoyarla e incluso amenazó con sancionar a los miembros que la acompañaran (algo que finalmente no ocurrió), lo que se atribuyó a los celos que origina la popularidad de Yuriko.

La campaña estuvo cargada de sexismo. "No le podemos dejar Tokio a una mujer con demasiado maquillaje", dijo el exgobernador de Tokio, Shintaro Ishihara. Incluso una mujer, la exlíder del Partido Social Demócrata, Mizuho Fukushima, afirmó: "No tiene sentido que ella se vista como una mujer, pues por dentro es un hombre de línea dura". Fukushima fue calificada de insensible, pues a Koike le tuvieron que remover los ovarios en 1998 debido a la presencia de fibromas.

Si Hillary Clinton habló de "techo de cristal", sobre las circunstancias culturales e históricas que impedían a una mujer llegar a la presidencia de Estados Unidos, en Japón este techo parece estar hecho de hierro. Durante años, la política representó un campo exclusivo para hombres. Incluso su partido, en su programa, se limita a proponer un abstracto "equilibrio de género". Algo similar ocurre en el mundo empresarial.

"Podía haber pedido el voto como mujer, pero la gente que me ha votado lo que busca es una nueva forma de gobernar Tokio por encima de los partidos. Me presenté con el objetivo de mejorar la vida de todos los ciudadanos: hombres, mujeres, mayores, niños, discapacitados", aseguró el día de su elección.

Hillary figura también en la lista de personas que admira. Y no ha escondido que la prefiere sobre Donald Trump en las próximas elecciones estadounidenses. Koike llegó a calificar al postulante republicano como "un grosero".

Japón necesita "los puntos fuertes de las mujeres: la fortaleza, la constancia, la tenacidad", dijo en uno de sus discursos. Las mujeres (y muchos hombres) le creyeron y la votaron.

Recortes a los gastos olímpicos.

Los Juegos Olímpicos 2020 arrancaron mal para Tokio, por lo cual la tarea de Yuriko Koiko será más dura en esa área. Para empezar, el comité organizador debió retirar el logo original de las competencias, luego de que el artista gráfico belga Olivier Debie reclamó que le habían plagiado su diseño para el Teatro de Lieja. El dibujante japonés Kenjiro Sano, autor del trabajo cuestionado, negó haber copiado aunque admitió que había usado "ideas encontradas en Internet". Tampoco tiene buen ambiente el estadio central que se construirá para los Juegos. La estimación de costos llegaba a los 3.000 millones de dólares, por lo cual hubo que rectificar detalles hasta rebajar el gasto a 1.700 millones, aunque muchos japoneses se siguen quejando de semejante erogación. Una de las primeras medidas de Koiko fue pedirle al presidente del comité organizador, Yoshiro Mori, que se recorten los costos del proyecto hasta niveles que sean "aceptables para los residentes de la capital".

La rectificación del plan demorará la construcción del monumental recinto, que estará pronto recién para 2020.

Objetivo: éxito en 2020.

"Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2020 tienen que ser un éxito", afirmó Yuriko Koike en su primera conferencia de prensa como gobernadora, una señal de la importancia que se le da a las competencias en Tokio. "Claro que eso no quiere decir hipotecar a la ciudad.

Vamos a revisar el proceso para comprobar que el presupuesto sea el adecuado, para verificar las licitaciones y las compras públicas", añadió.

Ganó con 44,5% de votos.

Koike obtuvo 2.912.628 votos en las elecciones del 31 de agosto pasado (44,5% del total), dejando bastante atrás a sus oponentes. El segundo más votado fue Hiroya Masuda, exministro del Interior, con 27,3% de los sufragios. Se presentaron en total 21 candidatos, de los cuales 20 eran hombres. De las 47 prefecturas de Japón, en apenas siete hay mujeres que ocupen el cargo de gobernadoras.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike (Foto: Reuters)

NOMBRES

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

JapónJuegos Olímpicos 2020

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad