1. Hay un Tabaré presidente que nos representa a todos, que tiene el jopito perfecto, que habla pausado, midiendo sus palabras y que aparenta no calentarse por casi nada (parece eso pero en el fondo es recalentón el uno).

2. Está, también, el Tabaré pescador que es un hombre que dialoga mucho para adentro y que parece ser la mejor versión de sí mismo entre carnada y carnada.

3. El Tabaré oncólgo, y bue, mejor no conocerlo, pero los que lo abordan luego lo idolatran. Dicen que tiene esa condición especial para entender a la gente que está en la escalera del avión. No es necesario intimar, perdón.

4. Hay un Tabaré colorado que empuja, rema, muerde, marca y trata de sacar la pelota del área lo mejor que puede. Si tiene que trancar, tranca durito (juro que no se la afané a Darwin, lo pensé toda la vida.)

5. Hay también un Tabaré blanco-emocional que se calienta, te la manda a guardar sin mucho misterio y de una. ¡Tuc!

6. Hay un Tabaré futbolero, que anduvo en eso, que sacó campeón a su cuadro (Progreso), que le gustaba el asunto pero que lo usó más como un ámbito de movilidad social que como una pasión. Sorry.

7. Está también el Tabaré padre. A ese no le toques uno de los pingos porque verás la lápida sobre ti por los siglos de los siglos (¡bien allí!)

8. Está también el Tabaré masón. Ellos, los hermanos, lo sienten uno de ellos, pero él no parece asumirse plenamente en la cosa. Está en "sueños", fue fugaz el asunto. Es uno de los seis mil que andan con la escuadra y el compás (los masones chochos.)

9. Está además el Tabaré-católico (cero estrés con los masones), el que tomaba cafecito con Monseñor Cotugno y que tan bien le haría tomar muchos más cafecitos con el Arzobispo Daniel Sturla (este sí, un crá).

10. Me olvidaba, hay un Tabaré frenteamplista al que el conglomerado le rompe los piolines y lo pudre (no olvidarse que Tabaré tiene perfil científico y por tanto su mente no anda por las derivadas chichipíos y berretas. De vez en cuando los mandaría a la mismísima a los que le explican que esto no se puede, que aquello jode y que perenganito —con tres votos en Tala— impide que salga tal ley. Los surtiría, pero banca y pone cara de póquer.)

11. Está el Tabaré socialista. Se fue un día, pero era chuco, en el fondo es su verdadera matriz filosófica sobre la sociedad: cree que el Estado tiene que hacer, descree del mercado (a veces) y busca equilibrar el conflicto entre capital y trabajo (tirando hacia el trabajo, a veces.) Es frugoniano y batllista de Don Pepe, digamos, aunque a muchos les resulte raro y fuera de época (y los del PIT le rompen los piolines.)

12. Hay también un Tabaré empresario, eficaz, próspero y sólido. Lo sabe todo el país y lo conocen los médicos que andan por la vuelta. Es verdad que le encanta su profesión y es cierto también que —encarada como un asunto empresarial— no le ha ido nada mal. Es una versión posmoderna del juramento hipocrático.

13. Está el Tabaré de la barra de amigos, el que sabe que es "entre nosotros". Allí se cuela Salgadito, empresario new age que se hizo de abajo igual que él, que le da olor a pueblo, le arrima el bochín en todo lo que puede y de paso va moviendo las caderas para que Martínez le baile al son de la música de Katunga.

14. Hay un Tabaré besuqueador de niños. ¡Bah! Esto lo hacen todos los presidentes, es un bonus de la profesión.

15. Y hay un Tabaré que nadie conoce, que está solo, porque el poder siempre tiene esa cuota de aislamiento en el que quien decide lo hace hablando con su conciencia (esa conversación solo la conoce él, el resto minga.)

Tabaré sabe que ya pasó a la historia tranqui y carretilludo. Solo el Pepe lo podría clavar pero no pinta eso. ¿Curiosa la historia no? Pensar que era el partido político de Líber Seregni, Zelmar Michelini, Juan José Crottogini y la rompió este caballero.

PD. Si será maravilloso el Uruguay que cuando se va de viaje queda Raúl Sendic junior y el país no desaparece

¿Vieron tanto que despotrican contra el no licenciado? ¡Ustedes son gente injusta!

CABEZA DE TURCOWASHINGTON ABDALA