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Steven Pinker, el intelectual polémico que llega a Uruguay

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Steven Pinker
Ryan Lash

EPPUR SI MUOVE 

Un intelectual canadiense que divulga el poder de la ciencia, el humanismo y la Ilustración.

Con su indomable cabellera blanca y su expresión facial muy a menudo sonriente, Steven Pinker causa a veces la misma impresión que Albert Einstein: un hombre del conocimiento que lo transmite y lo divulga, y también un hombre para el cual el hecho mismo de esa divulgación es algo a celebrar. Ahí terminan las similitudes. Mientras Einstein era un hombre de las ciencias “duras” o naturales, Pinker proviene de la psicología y la lingüística, más allá de que a menudo apoye sus postulados en datos extraídos de disciplinas como la física, la biología o la química.

El año pasado Pinker, que el mes que viene llegará por primera vez a Uruguay para una de sus disertaciones (uno de los formatos que más fama le han reportado), publicó En defensa de la Ilustración, más de 700 páginas con un torrente de datos sobre los más variados problemas mundiales actuales.

Un ensayo de extensión enciclopédica cuya tesis principal es que no estamos tan mal como especie. De hecho, postula, estamos mejor que nunca. Una afirmación contraintuitiva que, obviamente, dio lugar a un sinfín de intercambios y discusiones.

Cuando salió el libro, Revista Domingo publicó un perfil sobre Pinker, titulado El gurú del optimismo y en el cual Renzo Rossello escribía: “Pinker nació en el seno de la comunidad judía de habla inglesa de Montreal. A los 13 años se declaró ateo, condición que mantiene hasta el momento y que, naturalmente, ha reforzado filosóficamente. Una hermana suya, Susan, es psicóloga infantil, aunque en la actualidad ejerce como periodista. En tanto que su hermano Robert es analista político y trabaja al servicio del gobierno canadiense”.

Desde Montreal llegó hasta las más prestigiosas instituciones educativas de Estados Unidos, la Universidad de Harvard y el MIT, donde también trabaja otro lingüista que, se podría decir, es prácticamente la contracara de Pinker, Noam Chomsky.

Ahora que ha pasado más de un año desde la publicación del libro, las posturas de Pinker siguen estando en el centro de la discusión. La cumbre sobre el clima realizada en Nueva York el mes pasado volvió a colocar en el centro de la atención a la cuestión del cambio climático, y a entronizar a la adolescente sueca Greta Thunberg como una de las más importantes voceras de las iniciativas ambientalistas.

Para Pinker, todo eso se resume en la palabra “ecopesimismo”: “Como toda demostración de progreso, los informes sobre las mejores del medio ambiente suelen acogerse con una combinación de ira y falta de lógica. El hecho de que muchas medidas de la calidad ambiental estén mejorando no significa que todo vaya bien, que el medio ambiente haya mejorado por sí solo ni que podamos tumbanos a descansar. El medio ambiente más limpio que disfrutamos en la actualidad debemos agradecérselo a las discusiones, el activismo, la legislación, las reglamentaciones, los tratados y la inventiva tecnológica de quienes se esforzaron en el pasado. Necesitaremos seguir avanzando en todos esos terrenos para mantener el progreso realizado, evitar los cambios de rumbo y extenderlo a los graves problemas a los que todavía nos enfrentamos, como la salud de los océanos y los gases atmosféricos del efecto invernadero”.

Pinker recurre a menudo a la historia para sustentar sus argumentos, ya sea a la Historia con mayúscula como la personal. Así, cuando habla de cuánto mejor estamos como especie en términos generales, recuerda a su infancia: “Cuando yo era un niño, un género popular de la literatura infantil era la biografía heroica de pioneros de la medicina (...) ¿Y cuánto has pensado últimamente en Karl Landsteiner? ¿Karl qué? Tan solo salvó mil millones de vidas con su descubrimiento de los grupos sanguíneos. ¿Y qué me dicen de estos otros héroes?” escribe y cita los casos de, por ejemplo, John Enders, responsable de la vacuna del sarampión, que Pinker afirma salvó a 120 millones de vidas. O el de Howard Florey, quien descubrió la penicillina con 82 millones de vidas salvadas acreditadas a su hallazgo.

Nietzsche

En contra de Nietzsche

Pinker apunta buena parte de su arsenal contra el filósofo alemán. En un artículo que Pinker publicó en el sitio Quilette dice: “Tal vez no sea una coincidencia que Nietzsche sea admirado tanto por nazis como por fascistas y bolcheviques, y que continúe siendo una inspiración para provocadores de la derecha extrema como Milos Yiannopoulos o supremacistas blancos, como Richard Spencer”.

El pensador canadiense no solo critica el pesimismo de ecologistas o, como ha dicho en alguna oportunidad, los “populistas” (concepto que en el hemisferio norte puede aplicarse tanto a Hugo Chávez como a Donald Trump). También encuentra puntos a criticar en el pensamiento conservador. En ese sentido, cuando escribe en el capítulo titulado Razón, Pinker denuncia que tanto la izquierda como la derecha son “igualmente estúpidas”. En ese punto, Pinker parecería adoptar una posición en contra de la política en sí misma. “Vengo sosteniendo que los principales impulsores han sido los ideales no políticos de la razón, la ciencia y el humanismo, que han llevado a a las personas a buscar y aplicar los conocimientos que han fomentado el florecimiento humano. ¿Tienen algo que añadir las ideologías de derecha o izquierda? ¿Autorizan los más de 60 gráficos presentados en este libro a alguna de ambas partes a decir: ‘Nosotros tenemos razón, ustedes están equivocados’? Al parecer cada lado tiene sus aciertos pero, al mismo tiempo, se pierde importantes partes de la historia”.

Este tipo de declaraciones, claro, sacuden y provocan. Más allá de estar o no de acuerdo con el canadiense, sus posiciones estimulan el debate intelectual. Desde, por ejemplo, la revista estadounidense The New Republic (identificada con posiciones más a la izquierda), en una reseña del libro titulada El desorientado optimismo de Pinker, el autor Samuel Moyn escribía que “Casi nadie duda que algunas cosas están, efectivamente, mejorando en algunos aspectos. Pero la mayor parte de las personas entienden que esas mejoras no necesariamente se traducen en una vida más plena. Eso depende de qué esté pasando en otros aspectos, y cuán probable es que esas mejoras se detengan o retrocedan. ¿Cuánto importa, por ejemplo, que el crecimiento económico se haya disparado tanto si el 1% se hace de la parte del león de esas ganancias?”, escribió Moyn y citó al pensador alemán Theodor Adorno: “Ninguna historia universal lleva de la barbarie al humanismo, pero hay una historia que lleva de la primera piedra lanzada con una honda a la bomba atómica”.

Otros quieren directamente desterrar el concepto histórico “Iluminación”, uno de los principales sostenes argumentales y filosóficos de Pinker, por considerar que es demasiado amplio y -por ende- contiene demasiadas contradicciones como para ser de utilidad al pensar en los problemas del presente y cómo solucionarlos para que el futuro sea más luminoso.

Libro

Bestseller conceptual

Cuando En defensa de la ilustración fue publicado, no tardó casi nada en escalar hacia el primer puesto en la lista de ventas de The New York Times, mientras que The Economist lo eligió como “Libro del año”. En ese sentido, Pinker se sumó a un grupo de ensayistas que han tenido un éxito editorial importante con títulos que plantean interesantes preguntas sobre el presente y el futuro, como Yuval Noah Harari o Jordan Peterson.

Más allá del lugar en el cual cada uno se ubique -apocalípticos o integrados, al decir de Umberto Eco- será interesante constatar qué tiene para decir Pinker sobre estos temas cuando lleve a cabo su disertación el próximo 15 de noviembre, en el marco del evento SURA Summit (organizado por Corredor de Bolsa SURA). Tal vez pueda ampliar e iluminar una de las conclusiones del libro: “Algunas amenazas son producto del pesimismo cultural e histórico. Otras son genuinas, pero no podemos tratarlas como el apocalipsis que nos espera, sino como problemas que debemos solucionar”.

Un pensador que gira por América Latina

La visita de Steven Pinker a Montevideo forma parte de una gira regional organizada por SURA Asset Management, denominada SURA Summit, que lo llevará por varios países latinoamericanos: Colombia, El Salvador, México, Perú, Chile y Uruguay, donde estará el próximo 15 de noviembre. La conferencia titulada “El mundo está mejor que nunca y pocos lo saben” busca conectar con el propósito de Corredor de Bolsa SURA de acompañar a sus clientes a cumplir sus objetivos financieros, apoyándolos en la tomar de buenas decisiones. El título lleva implícita una crítica directa a los medios masivos de comunicación. Como el propio Pinker dice al principio de su charla TED, “Muchas personas enfrentan las noticias cada mañana con miedo y ansiedad. Todos los días leemos sobre tiroteos, desigualdad, polución, dictaduras, guerra y proliferación de armas nucleares”. Para el intelectual canadiense, “hay una negatividad inherente a la naturaleza del periodismo. Pero se ve exacerbada por algunos hábitos que se han convertido en parte de la cultura periodística”, de acuerdo a lo que dijo en un podcast.

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