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Sidney, la ciudad más cosmopolita del hemisferio sur

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Ópera de Sidney

VIAJES

Puerta de entrada a Australia, Sidney combina las tendencias de una ciudad vibrante y moderna, con el azul intenso de las playas del Pacífico y el verde de los parques nacionales que la rodean.

Sidney es algo así como un secreto a voces. La distancia (un vuelo Sidney-Santiago de Chile dura aproximadamente 14 horas), el desfasaje horario (están 14 horas más adelante que nosotros) y el elevado costo de los pasajes hasta hace pocos años —hoy se puede encontrar ofertas de vuelos a precios similares al de viajar a Estados Unidos o Europa— nos han alejado de la ciudad más grande de Australia.

Pero nos acerca pertenecer al hemisferio sur, tener las cuatro estaciones en simultáneo y un pico de inmigración durante la segunda mitad del siglo XX, renovado en la última década al aprobarse el programa de visas "Work and Holiday", que permite a jóvenes uruguayos trabajar legalmente allí por un año y en algunos casos los tienta a decidir establecer residencia allí.

Además, la tendencia de los uruguayos a viajar al exterior también ha crecido en las últimas dos décadas, y luego de haber conocido destinos clásicos como el Cono Sur, Caribe, Estados Unidos y Europa, un porcentaje de los viajeros frecuentes comienza a buscar “lo exótico”, esto es, en general, Asia y Oceanía.

El aeropuerto de Sidney es la puerta de entrada al gigante australiano, pero a diferencia de ciudades como Londres o Nueva York —que uno ya conoce antes de pisarlas gracias a la literatura y el cine— aquí el viajero poco suele saber de antemano, salvo que allí está ubicada la famosa ópera de arquitectura caprichosa. Por esa razón, ofrecemos una guía de los principales atractivos de esta urbe fundada en 1788, en la que viven unos cuatro millones y medio de habitantes, donde se combina un moderno centro de vertiginosa actividad con relajadas playas como Bondi y Manly sobre el Pacífico. Para ingresar, los uruguayos necesitamos visa de turista, que se puede solicitar online.

Mojones básicos

Todo neófito en el continente australiano deberá dirigirse al pequeño puerto Circular Quay para encontrarse con el edificio más célebre del país, la Ópera de Sidney, obra del arquitecto danés Jørn Utzon que desde hace 46 años corona la bahía, y a esta altura es el equivalente local a la Torre Eiffel para París o la Estatua de la Libertad para Nueva York. Al llegar puede que se le escape alguna exclamación de asombro. No solo por la construcción, sino por toda la bahía con sus colores y rascacielos espejados que impactan aún al viajero más experimentado. Australianos corriendo deportivamente y realizando otras actividades físicas en las veredas, o sentados en las mesitas de los bares y restaurantes adyacentes, contribuyen en la ambientación de una atmósfera moderna, pero a la vez relajada. Bienvenidos a Australia.

paseo Ópera Sidney
Foto: Tourism Australia

Una vez dentro de la ópera se puede realizar visitas guiadas, pero la recomendación es revisar la cartelera para asistir en vivo a algún espectáculo en la mayor de sus cinco salas (la de conciertos), donde está instalado el órgano mecánico más grande del mundo, con unos 10.000 tubos. En esta costanera podrán tomarse ferrys para recorrer los alrededores, visitar la sede del Museo de Arte Contemporáneo, y recorrer el histórico barrio The Rocks, primer núcleo poblado de la ciudad. Por ende, es también uno de los sitios ideales para alojarse si uno busca estar a una distancia caminable de la mayoría de los atractivos turísticos

Al oeste del pequeño puerto encontrarán otro de mayor tamaño, el Darling Harbor, cuyo inicio está marcado por el puente Sidney Harbour Bridge, que comunica el área céntrica con la zona norte de la ciudad. Tanto Darling como Circular están bordeados por una rambla peatonal bonita para caminar, con bares y restaurantes. Sobre Darling Harbor, además, están ubicados el Acuario y el Museo Marítimo de la ciudad.

La calle Jorge St., que corre perpendicular entre ambos puertos, también se destaca por su oferta gastronómica y comercial. Sobre ella encontrarán al Queen Victoria Building, centro comercial emplazado en un edificio histórico. A una cuadra de allí otro shopping center, el Westfield, ofrece la posibilidad de subir al Sidney Tower Eye, una torre de 250 metros de altura con vista panorámica a toda la ciudad.

Glebe y Newtown, dos barrios cercanos al gigantesco predio de la Universidad de Sidney, también merecen ser visitados y pueden ser incluso los mejores sitios donde hospedarse tanto para los jóvenes como para los entusiastas de la moda y la tecnología. Si el viajero tiene la suerte de estar en Sidney un sábado, es recomendable que recorra la avenida Glebe Point Road —donde se acumulan restaurantes, bares, cafés y tiendas trendy— dado que ese día se realiza un mercado callejero con música en vivo y otras atracciones. Newton, por su parte, es la zona hipster y meca de los cazadores de tendencias. Abundan los locales de venta de indumentaria y artículos de segunda mano, sumado a coquetas cafeterías, pubs y restaurantes.

Picnic en el parque

Si caminan hacia el este de la Ópera de Sidney llegarán al jardín botánico Royal Botanic Gardens, donde se encuentra la Casa de Gobierno. Tanto por la flora y vegetación, como por los costos de comer en un restaurante (un almuerzo estándar ronda los 40 dólares), un picnic al aire libre puede ser una buena opción. En este y otros parques, así como en varias playas, encontrarán parrilleros de uso público y gratuito para prepararse su propia barbecue; o “barbie”, como le dicen los australiano, fanáticos de acortar las palabras (tanto que a veces es difícil comprenderlos, aún sabiendo inglés). Las parrillas no suelen funcionar a leña como las nuestras, sino son planchas a gas. Para un almuerzo más rápido pululan los pasteles individuales (pies), similares a una empanada pero de forma circular. Si se trata de un sándwich casero preparado por un australiano, indudablemente estará untado con Vegemite, una pasta marrón de textura similar a la manteca y sabor amargamente salado que se elabora con extracto de levadura. Para un desayuno, merienda, snack o postre, la recomendación es probar las galletitas bañadas “tim tam”, tan exquisitas que parecen bombones. También hay que aprovechar la oportunidad para probar cepas como Syrah, Riesling, Cabernet Sauvignon, Merlot, Semillon, Sauvignon Blanc y Chardonnay. A pesar de sus elevados precios, en Australia hay buenos vinos a valores razonables debido a la gran escala en la que se produce.

Pausa en la playa

Sidney también es famosa por la belleza azul de sus aguas Hay que al menos visitar la playa Bondi, la más cercana al centro de la ciudad. En esta parte de Australia las estaciones son las mismas que en Montevideo, por lo que si realizan su viaje entre noviembre y marzo, puede que incluso prefieran buscar alojamiento aquí para poder disfrutar a diario de los baños en las aguas del Océano Pacífico. En dirección sureste hay más opciones, como Maroubra y Coogee Bay, pero si el viajero quiere conocer otra playa es preferible que se tome en el puerto un barco de 30 minutos hasta la península de Manly (por el puente Harbor Bridge tardarán más tiempo).

Playa Manly Sidney
La playa Manly. Foto: Tourism Australia

Tierra de canguros

 Los marsupiales son los animales estrella del país y el jardín zoológico Taronga proporciona la oportunidad de ver a estos y otros animales típicos como el koala, además de disfrutar paseos aéreos por el parque a bordo de aerosillas.

reserva natural Sidney
Foto: Tourism Australia

Otro sitio más alejado (unas dos horas en tren) donde interactuar con estos simpáticos animalitos es el Morisset Park, una reserva natural en el que habitan decenas de ellos en total libertad. También en las Montañas Azules el viajero podrá encontrarse con estos ejemplares de la fauna local. Si bien el pico más alto de este parque nacional (el Monte Werong, de 1.215 metros) no posee una altura significativa para la escala mundial, el área merece ser visitada para apreciar el paisaje de acantilados empinados, cataratas, bosques y formaciones rocosas caprichosas.

*Creadora del blog de viajes Hillstoheels.net

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