Publicidad

El riesgo de desaparecer

Compartir esta noticia
La caza furtiva y la industrialización fueron diezmando al rinoceronte de Sumatra.

El único rinoceronte de Sumatra hallado en su hábitat en los últimos 40 años murió este mes. Es una más de las especies en peligro.

LEONEL GARCÍA

Poco duró la alegría entre los conservacionistas. En marzo, una hembra de rinoceronte de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis) de entre cuatro y cinco años fue capturada, viva, en una trampa de foso en Kalimantán, el sector indonesio de Borneo. Hacía 40 años que no se encontraba un ejemplar de estos en esa región. Najaq, así la llamaron, era portadora de una esperanza: el rinoceronte de Sumatra es un animal en gravísimo riesgo de extinción. Duró poco la buena nueva: a principios de este mes se difundió la noticia de que Najaq murió. No se saben bien las causas de su muerte, pero las autoridades de Indonesia divulgaron la versión que se debió a una infección en sus patas.

Najaq iba a ser destinada a una suerte de santuario de rinocerontes con miras a perpetuar la especie a unos 150 kilómetros del lugar de su captura. La International Rhino Foundation estima que solo hay unos cien ejemplares en libertad en todo el mundo. En el caso de estos animales, "todo el mundo" se limita a las selvas montañosas de Borneo, Sumatra y Malaca, entre Indonesia y Malasia. Este animal, con una vellosidad que lo hacía característico entre los suyos, otrora llegaba hasta el Himalaya. Pero la caza furtiva y la industrialización selvática lo fueron diezmando. Para peor, en cautiverio, donde queda una cifra que no ha sido divulgada, difícilmente logra reproducirse.

Hay quien prefiere ver el vaso medio lleno, asegurando que la captura y muerte de este animal representa que todavía está presente en Borneo. Cierto es que del lado indonesio de la isla cada tanto se han detectado huellas, a falta de avistamientos (en el sector malayo, ni eso). Pero otros creen que en menos de diez años, el rinoceronte de Sumatra se sumará a la lista de animales extintos en la era moderna.

Hombres.

Una especie está extinta cuando desaparecen todos sus miembros. Puede darse el caso de extinción funcional, que es cuando existe una reducida cantidad de ejemplares, pero que están incapacitados de reproducirse (por ejemplo, son todos machos). Puede deberse a factores genéticos, a cambios en la temperatura, a la evolución o al surgimiento en un determinado territorio de un nuevo predador. Es muy firme la hipótesis de que el impacto de un asteroide fue la causa de la desaparición de los dinosaurios, hace 65 millones de años, sumiendo a la Tierra en una total oscuridad y provocando lluvias radiactivas.

Pero ha sido la acción del hombre —a través de la caza, la industrialización, la deforestación y la introducción de especies exóticas— la principal causa de las extinciones modernas. Es ella la mayor responsable de la llamada extinción masiva del Holoceno, en referencia al último período geológico, que refiere a los últimos 13 mil años. En 2007, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza indicó que una de cada tres especies de anfibios, una de cada cuatro de mamíferos, una de cada ocho de aves, y siete de cada diez de plantas están en riesgo de desaparecer. Es más, se cree que para 2100 la mitad de las especies que hoy viven en el planeta podrían pasar a la historia.

La idea de la extinción es relativamente reciente y comenzó a cobrar fuerza alrededor del siglo XIX. La existencia de territorios no explorados y la creencia en que Dios no eliminaría de la Tierra a alguna de sus criaturas jugaba en contra de esa teoría. Incluso la evolución darwiniana le hacía flaco favor: podían desaparecer animales sí, pero solo serían las especies torpes y débiles. Eso se basaba en la que quizá es la más arquetípica de las extinciones modernas: la del dodó. Pero en los poderosos tigres de Java, del Caspio o de Bali esa idea cojea y la acción humana indiscriminada queda en la mira. Quizá la del rinoceronte de Sumatra se sume a esa triste lista.

Clásico.

El dodó era algo así como una paloma grande incapaz de volar. Podía llegar al metro de altura y pesar algo más de diez kilos. Cuando los colonizadores portugueses llegaron a las Islas Mauricio, en el siglo XVII, se encontraron con un ave que parecía no tenerles miedo; ergo, era muy fácil de atrapar. "Dodó" significa "estúpido" en portugués coloquial.

Entre la cacería, la destrucción del bosque, y la introducción de ratas y cerdos que le comían los huevos, el período de tiempo entre su primer avistaje y la muerte del último ejemplar es de solo 116 años. Un espécimen disecado en el Museo de Historia Natural de Londres es hoy uno de los escasos restos del paso del dodó por esta Tierra. Hoy es símbolo del peor relacionamiento de los humanos con su entorno.

El más chico rinoceronte.

De las cinco clases de rinocerontes que hay en el mundo, la de Sumastra se caracteriza por ser el más pequeño de todos ("apenas" puede llegar a pesar 800 kilos y medir 1,45 metros a los hombros), por tener una capa de pelo en el cuerpo y por ser el genéticamente más cercano al rinoceronte lanudo prehistórico.

Uruguay tenía tigres.

Que el villano de Las aventuras de Juan el Zorro, de Serafín J. García, sea un tigre no es casualidad. El escritor uruguayo apeló a la fauna autóctona para este relato. El tigre, en realidad, refiere al jaguar o yaguareté, el mayor felino sudamericano y el tercero en el mundo luego del tigre y el león. Mide hasta 76 centímetros de altura y pesa unos cien kilos.

Abundante hasta principios del siglo XIX, peligroso para el ganado y también para el hombre, el último ejemplar avistado libre en Uruguay data de 1901, en Cerro Largo.

A fines de 2015, se denunció la presencia de uno en Maldonado, pero el animal —que resultó embestido por un auto— resultó ser un gato montés.

Animales que ya no están.

TORTUGA GIGANTE DE ISLA PINTA.

Nombre científico: Chelonoidis abingdonii. Hábitat: Isla Pinta del archipiélago de las Galápagos. Extinción: 2012.

La muerte del "Solitario George", famoso por su aversión a las hembras en su centenaria vida, terminó con una especie de tortugas gigante.

DODÓ.

Nombre científico: Raphus cucullatus. Hábitat: Islas Mauricio. Extinción: circa 1690.

Es el caso típico de extinción por acción humana. En solo un siglo de colonización portuguesa en las Mauricio, esta especie de paloma incapaz de volar, de un metro de altura, desapareció.

BUCARDO.

Nombre científico: Capra pyrenaica pyrenaica.

Hábitat: Pirineos. Extinción: 2000.

La acción de los cazadores europeos ante este pariente grande de la cabra montés fue larga y sostenida por cien años. El último ejemplar, una hembra, fue hallado muerto en enero de 2000.

VACA MARINA DE STELLER.

Nombre científico: Hydrodamalis gigas. Hábitat: Isla de Arachka (Bering). Extinción: 1768.

Era el mayor sirénido, alcanzando los ocho metros de longitud. Era herbívoro, muy manso y de carne exquisita. Muy mala combinación: en menos de 30 años los cazadores lo aniquilaron.

QUAGGA.

Nombre científico: Equus quagga quagga. Hábitat: Sur de África. Extinción: 1883.

Con su coloración rojiza en sus cuartos traseros y sus patas blancas, era la subespecie de cebra más notoria. En estado salvaje ya no había ninguna para 1870. Se extrajo su ADN.

RANA INCUBADORA GÁSTRICA.

Nombre científico: Rheobatrachus silus. Hábitat: Selvas de Australia. Extinción: 2002.

Este anfibio era el único animal conocido cuyos huevos se incubaban en el estómago, al cual se le inhibía la función digestiva. Se cree una enfermedad fue la causa de su desaparición.

TILACINO.

Nombre científico: Thylacinus cynocephalus.

Hábitat: Tasmania. Extinción: 1936.

Sobreviviente del Mioceno, pariente del Demonio de Tasmania (de hecho, le decían Tigre de Tasmania), era un marsupial cuyo distintivo era un bolsillo escrotal para los machos.

TIGRE DE JAVA.

Nombre científico: Panthera tigris sondaica.

Hábitat: Indonesia. Extinción: 1979.

De las tres subespecies extintas del tigre (junto al de Bali y al del Caspio) fue la última en desaparecier. Se cree que, en todas sus variantes, no llegan a 4.000 los tigres en libertad en el mundo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
La caza furtiva y la industrialización fueron diezmando al rinoceronte de Sumatra.

CIENCIA

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

extinción

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad