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Por qué nos reímos de algunos chistes

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Hay test de personalidad que permiten estudiar el humor.

El doctor Weems lleva años estudiando el humor. Tanto el factor sorpresa como las diferencias culturales juegan un papel clave cuando se trata de sacar una carcajada.

Solo 17 días después de que explotara el transbordador espacial Challenger, con siete astronautas a bordo, comenzaron a popularizarse los chistes de humor negro sobre la tragedia. "¿Qué significan las siglas NASA?". "Necesitamos Ahora Siete Astronautas" era una de las respuestas más conocidas en Estados Unidos en 1986. "¿Cuál es la bebida oficial de la NASA?". "Seven Up" (en español, "siete arriba") era otra. Menos tiempo demoraron en aparecer las bromas sobre la muerte de Lady Di, pero más tomaron las del atentado a las Torres Gemelas de 2001.

Estos son algunos de los datos que ha recopilado el neurocientífico estadounidense Scott Weems en su libro Ja. La ciencia de cuándo reímos y por qué, para el cual analizó 135 estudios científicos sobre el humor.

"Como a la mayoría de las personas, siempre me ha gustado el humor, desde las sitcoms a los standups . Pero mi interés en investigar este tópico empezó cuando estaba en el posgrado y estudiaba cosas como creatividad y comprensión, dos temas muy relacionados con el humor", cuenta Weems.

"Por entonces casi no había estudios centrados en el humor, así que terminé acercándome al tema de manera indirecta. Eso fue muy útil, porque me mostró cómo casi toda la cognición del ser humano se relaciona con cómo procesamos las bromas".

En su investigación, el neurocientífico ha comprobado que las diferentes culturas tienen distintas formas de entender el humor.

"Hay tests de personalidad que se les pueden pasar a las personas para saber con qué tipo de humor disfrutan, y resulta que los estadounidenses gozan más con los chistes confrontacionales, mientras que los británicos prefieren el humor más absurdo".

Un estudio que examinó las bromas favoritas alrededor del mundo concluyó que los alemanes también son diferentes: les gustan todos los tipos de bromas, incluyendo algunas que no son para nada divertidas. Por lo tanto, "es difícil determinar qué quiere decir tener un gran sentido del humor o no tenerlo del todo. A mí, personalmente, eso me parece divertido".

No obstante, sí hay elementos que permiten determinar por qué algo es chistoso. "El factor sorpresa es muy importante, pero no lo es todo. Un buen chiste también debe tener un destino, una forma de cambiar las expectativas de las personas".

Veinte minutos.

En el libro puede leerse el rol del cerebro en este proceso: "Cuando el cerebro se encuentra con metas o informaciones opuestas, utiliza el conflicto para generar soluciones novedosas, a veces mediante la producción de ideas que a nadie se le habían ocurrido antes. El humor se da porque disfrutamos con ese proceso, y por eso la mente aburrida es una mente sin humor. Nos resulta placentero abrirnos paso entre la confusión, y nos reímos cuando se nos ocurre una solución".

La risa —a diferencia del humor— ha sido tan analizada, que hay estudios que comprueban que en promedio las personas se ríen entre quince y veinte minutos al día. Sin embargo, cuando pasan los años, las mujeres lo hacen cada vez con menor frecuencia. También se sabe que la risa es más abundante en la tarde y por la noche que en la mañana y que las personas disfrutan más los chistes cuando involucran a patos. La causa de esto último no está del todo clara.

Sin embargo, más allá de estos datos, a Weems lo que más le ha llamado la atención es la incidencia de la risa en la salud. "Los estudios han mostrado que reír mejora la salud cardíaca, la respuesta del sistema inmune, e incluso la tolerancia al dolor. Sin embargo, tener sentido del humor no significa que necesariamente se va a vivir más, probablemente porque la gente divertida también hace muchas otras cosas, como beber, fumar o tener trabajos peligrosos".

Recopilando datos para su libro, Weems también aprendió que reírse es un excelente ejercicio cardiovascular. "Es casi tan bueno como ejercitarse. La diferencia es que es difícil reírse durante media hora sin parar". 

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Hay test de personalidad que permiten estudiar el humor.

Comportamiento El Mercurio/GDA

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