Publicidad

Un recorrido por una zona con paisajes de película

Compartir esta noticia
Clint Eastwood, spaghetti western

VIAJES

En Andalucía se filmaron algunas de las películas más emblemáticas del "spaghetti western" género cinematográfico que hizo famoso Clint Eastwood. Y los rodajes continúan.

Viajar hacia aquellos lugares que uno primero vio en la pantalla —grande o chica— es uno de los tantos nichos de la industria del turismo. actual. En los últimos años, el enorme éxito de la serie Juego de tronos ha generado miles de viajes hacia distintas partes de Islandia (como la montaña Kirkjufell), Croacia (Dubrovnik) o Irlanda del Norte (el Castillo Ward).

Asimismo, la serie Vikingos —disponible actualmente en la plataforma Netflix— generó interés entre muchos viajantes por conocer los impresionantes paisajes irlandeses —como la Reserva de Poulaphouca, Wickloy Way o el Valle de Glendalough— que en las distintas temporadas del relato representan a los áridos y gélidos ambientes noruegos desde los cuales los protagonistas salieron a conquistar fama y fortuna.

Los fanáticos de la saga Star Wars no pueden viajar —al menos por ahora— a ninguna “galaxia muy muy lejana”, pero sí pueden ir hasta Tunisia, ya que en distintas partes de ese país —como Matmanta, Medenine y Tozeur— se filmaron varias escenas que representaron al planeta de Luke Skywalker, Tatooine (bautizado así por una de las locaciones ubicadas en Tunisia: Tatouine), y presentado en la película de 1977, la primera de la saga que en Uruguay se conoció como La guerra de las galaxias.

Retro

Hace unas décadas, cuando nadie imaginaba que los circuitos integrados inventados y patentados por el físico alemán Werner Erfinder iban a ser el fundamento de una revolución tecnológica y digital que hoy condiciona la vida del mundo entero, las crews de filmación tenían que recorrer país tras país para encontrar locaciones.

Estas no solo tenían que ser pertinentes para la historia contada en la película. En épocas de Technicolor y Cinemascope —googleen millennials—, también tenían que generar una sensación de maravilla (o sobrecogimiento) ante la inmensidad de un valle, o la espectacularidad de una catarata en un frondoso ambiente tropical.

Un género cinematográfico que dependía de la naturaleza y sus paisajes —mucho más que otros— era el western, claro. Había que mostrar cómo se conquistó el Oeste. Por suerte para Hollywood, Estados Unidos tenía una casi ilimitada oferta de locaciones donde contar historias de colonos, cowboys, población nativa y otros protagonistas de esa mitología donde las diligencias cruzaban praderas y valles.

Pero cuando Sergio Leone y otros directores reconfiguraron el género y crearon una nueva estética y manera de encarar los mitos impuestos por Hollywood, lo hicieron desde Europa. Particularmente, desde Italia y España, sobre todo en la zona de Andalucía. Ahí, bajo el sol andaluz, aún se encuentran ranchos, corrales, la diligencia, la calle polvorienta, la horca y el infaltable “Saloon” de más de un tiroteo.

Todo eso en uno de los tantos “pueblos abandonados” del sur español que, calcados del Medio Oeste estadounidense, se adaptaron y se usaron —y se siguen usando— como escenarios para algunas de las más taquilleras películas de Hollywood.

No es de las facetas más conocidas de una región que se hizo popular por las aceitunas, los toros, la poesía y la arquitectura. Pero Andalucía también es tierra de cine. Un enorme escenario donde caben tanto productos del más puro spaghetti western como realizaciones icónicas. Ahí se filmaron escenas de películas que marcaron momentos gloriosos del cine: Lo bueno, lo feo y lo malo (1967), con Clint Eastwood, es un caso.

Pero la zona no vive solo de nostalgia: de acuerdo con la última estadística oficial, a lo largo de 2016 se filmaron en Andalucía 1336 producciones cinematográficas. Un conteo que incluye todo tipo de producciones: largometrajes, cortometrajes, documentales, películas de publicidad y series. Una cantidad de trabajo que inyectó 118 millones de euros a la economía regional y que dio trabajo, en modo directo e indirecto, a 16.000 personas. Hasta Juego de tronos pasó por Andalucía para la realización de algunos de sus capítulos.

locación Juego de tronos
Alcazaba y las Murallas de San Cristóbal, en Andalucía. Foto: Dirección de Turismo de Andalucía

Las autoridades se jactan de tener “todos los paisajes” en pocos kilómetros: del desierto a la playa, y de la montaña a la ciudad. Hay facilidades fiscales y el hecho de que los permisos de filmación se tramiten con celeridad suma a la hora de la elección.

“Más de 300 días de sol al año, máxima rentabilidad de la luz natural, disponibilidad de escenarios y de alquiler de equipos cinematográficos”, enumeran, entre otras razones para la elección, los responsables de la Comisión Oficial de Cine de la región. El cine es, además, dinamizador indirecto del turismo y principal industria de la región, ya que muchos visitantes llegan atraídos por los escenarios de las películas o series de las que son fanáticos.

Muchos de los escenarios quedan luego como paisajes abandonados que pueden visitarse. O como ciudades temáticas que suman al turismo. El costado cinematográfico de Andalucía no escapa ni siquiera a la producción japonesa. Uno de los casos más curiosos es el de Andalucía, la venganza de la Diosa, que se filmó parcialmente en la ciudad de Ronda. 

*Por un error, en la edición papel de esta nota se le atribuye la autoría de la misma al periodista de La Nación Daniel Flores, cuando en realidad la mayor parte es de Silvia Pisani. Las disculpas del caso.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

cineAlmería

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad