Sufro con la gente que nos llama por teléfono a vendernos cosas. Ya no sabés qué decir para explicarles —a estas generosas personas— que uno quiere nada, que no desea ese servicio y que no lo necesita; sin embargo no es sencilla la cosa.

—Hola, está Washington?

—Sí, soy yo…

—Hola Washingtón mirá, mi nombre es Patricia y te estoy llamando de Plataforma Pirulita por si no contás aún con el servicio…resulta que estamos en una promoción especial, y saliste favorecido Washingtón, y capaz te podría interesar conocerla, Washingtón… (¿Queda claro que me llamo jodidamente así, no? ¿Queda claro que busca empatizar y que es jovencita y está leyendo una pantalla no?)

—Mirá (la tuteo para hacerme el canchero) yo no necesito eso, no se necesita porque…

—¡No sabés Washington, no sabés! Capaz tu esposa no conoce a Plataforma Pirulita…

—No, (¿cómo sabe que estoy casado?), acá nadie necesita eso (que ni sé qué es y allí cometo el error de mi vida) aunque no sé si mi esposa la conoce…

—¡Perfectooo! No te preocupes, yo llamo en otro momento y hablo con ella del nuevo servicio de Plataforma Pirulita.

—Bueno, dale, como quieras (creyendo feliz que me la saqué de encima).

Resultó que la muchacha consiguió el teléfono de mi esposa (juro que yo no se lo di). La cuestión es que le deja mensajes grabados y creo que montó guardia en la esquina de mi casa con una libreta de afiliación. No hay duda de que Plataformas Pirulita no será como los que afanan al FONASA pero tienen lo suyo.

Juro que todo lo narrado es cierto. ¡Bah! Es peor, mucho peor porque en mi casa hay un contestador y se puede ver que allí esta chica llamó más de nueve veces en tres días. Yo leía el número —me lo aprendí de memoria— mientras sabía que me querían cazar los de Pirulita.

—Hola

—Soy yo Patricia…

—¿Qué Patricia?.¿Patricia Sosa?¿Cantás, todavía no te jubilaste? (Le hago el chiste choto porque le reconocí la voz y —me creo vivo— ganando tiempo. ¡Otra vez!).

—Ja, ja qué gracioso, soy Patricia de Plataformas Pirulita…

—(Silencio, pienso, me quiero escabullir, corto, corto, pero no me animo.)

—Tu esposa me dijo que arreglara contigo…

—¿Mi esposa te dijo que "arreglaras"? (No entiendo, no entiendo, pienso y no entiendo un pomo).

—Que arreglara contigo lo del servicio de Plataformas Pirulita. Ella me dijo que a esta hora te iba a agarrar en el celu y ji, ji, te atrapé. ¡Guauuu!

(Mi esposa es una asesina serial y siento que me está devolviendo el drive con un revés al fondo matador.)

—Mirá Patricia, no sé cómo decírtelo, a esta altura ya sos una pariente más en esta casa, hablás con todos acá, falta que hables con alguno de mis hijos…

—El otro día me atendió la mayor, diviiina...dice que sos recalentóooon. ¡Se nota papi!

(No puedo creer que vivo esto ¡Es el Guardián de Bonomi! ¿Cómo pasa que esta gente se cuela en mi pobre existencia? Empiezo a enloquecer.)

—¡Patricia! ¡Patricia! ¡Basta! ¡Nada de papi! (Levanto la voz)

—¡No me grites Wá!

—¡No soy Wá! Tampoco soy Washingtóooon. ¡Menos tu papi! ¡Tá, tá y taaaaaaa! ¡No quiero nada de Pirulita! ¡Dejame en paz mija! ¡Basta, no quiero comprar un carajo! ¡Mi esposa te mandó a la guerra!

—Ella me dijo que ibas a decir todo esto, por eso no me enojo contigo Wáaaa. ¡Tranqui papi!

—¡No soy Wá carajo y menos papi! ¡Me cacho! (El paro cardíaco es una posibilidad que debo evitar. Mi médico me lo dijo.)

—¡Tranqui neneee! El sistema, te cuentooo, los primeros dos meses es graaaatis así que no te pongás ansiosito. ¡Está todo bien, bajá un cambio!

—¡No lo quiero, no lo quiero, no quiero nada!

—¿Estás seguro Washingtóoon porque entre todos los que se anotan en estos primeros cuatro meses del añooo se sortea un viaje a Cuba? ¿Sabés lo que te estáaas perdiendo? ¿Sabéeees?

—Click. Y dejo descolgado el teléfono fijo por cuatro horas y desenchufo la batería del teléfono móvil. Llego a mi casa, la miro a mi mujer y comprendo que fui vencido de manera elocuente y brutal. Pido clemencia para los vencidos. Se me concede semejante honor.

CABEZA DE TURCO