GASTRONOMIA

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En 1858 un grupo de inmigrantes piamonteses provenientes del Norte de Italia llegaron a Uruguay y fundaron la Colonia Valdense. Poco antes y a cinco kilómetros, un grupo de europeos había fundado La Paz, colonia Piamontesa, una localidad en la que, de acuerdo al último censo, viven poco más de 600 personas. La plaza del lugar lleva el nombre de su fundador, Doroteo García. En 1862 llegaron a una zona cercana grupos de inmigrantes europeos que venían, principalmente, de Suiza y de Alemania, pero también de Italia y de Francia. Ellos fundaron la colonia suiza Nueva Helvecia, ubicada a seis kilómetros de Valdense y a 10 de La Paz.

Las tres son diferentes, pero toda la zona tiene un pasado en común que tiene que ver con Europa y que aún hoy se mantiene encendido, presente y activo: en las costumbres, en las celebraciones, en las fiestas, en las fachadas de las casas, en la cultura del trabajo, en la forma de llevarlo a cabo. También en la gastronomía. Quesos, dulces, pastas, polentas, postres, y más quesos y más dulces, y platos que vinieron, principalmente, de Italia, de Alemania y de Suiza.

Las recetas que trajeron los primeros europeos que llegaron a la zona este del departamento de Colonia siguen vivas y pasan de generación en generación. Porque la comida también habla de quiénes somos. Ese es el fin de Pequeña Europa: contar la historia de las personas de la zona (Nueva Helvecia, Valdense, La Paz y alrededores) a través de su gastronomía, rescatar la memoria colectiva a partir de relatos particulares.

Detrás de esta idea están Federico Long y Melisa Fernández, una pareja de Colonia Valdense que hace dos años empezó a pensar en cómo darle forma a una inquietud de Federico: cómo, con pocos recursos y poco tiempo, “generar una acción que lograra un impacto en el desarrollo de la zona”.

Crearon el Instagram @pequenaeuropa_uy (Pequeña Europa), donde comparten imágenes de personas, de paisajes y de lugares, recetas e historias vinculadas a la gastronomía de la zona. Allí construyeron un relato colectivo de un lugar que celebra su pasado.

Federico es arquitecto y está terminando un máster en Desarrollo Territorial. Melisa trabaja como administrativa y le gusta mucho escribir. Todos los fines de semana agarraban el auto y salían a recorrer la zona de Valdense, Nueva Helvecia, La Paz y alrededores. A veces era para comprar un queso, a veces era para comprar un dulce y otras veces era solo para pasear y conocer un poco más.

Por sus estudios sobre el lugar para el máster Federico tenía muy presente la historia de esta zona y, en ese marco, se puso a pensar cómo podía potenciar el desarrollo de la parte este de Colonia con recursos mínimos. Y entonces la idea surgió clara: transformar las recorridas de los fines de semana en un proyecto que contara las historias de la zona y traerlas a la actualidad a partir de la gastronomía. Para eso pensaron en una página de Instagram, sobre todo teniendo en cuenta el poder llegar a un público más joven y hacer convivir la historia con el presente.

“Después de que definimos la idea empezamos a pensar con mi señora en qué nombre darle. Y dentro de los muchos que pensamos surgió Pequeña Europa, que apela a la unidad del lugar y a un sitio que está directamente relacionado con un origen europeo. Nos gustó y quedó. Es básicamente como si fuera un perfil personal de Instagram pero de una región, que es la región este de Colonia”, cuenta Federico. “Yo desde mis estudios de postrado más o menos ya sabía por dónde tenía que ir porque tengo mucha información sobre la zona, en el sentido de que sé la historia local y eso me ayudó a potenciar este proyecto”.

Por otro lado, Federico dice que “esto no es una empresa” ni un emprendimiento con fines de lucro. El único objetivo, que vienen cumpliendo, es el de potenciar esa parte de Colonia. Incluso ahora, que por la pandemia se fomenta más el turismo interno, comenta, hay muchos lugares para visitar a través de una pantalla. “Desde el living de tu casa podés ver y conocer un lugar, que es también la idea del proyecto”.

Por ejemplo, el Molino Bonjour, vinculado a la historia culinaria de la zona: allí se procesaba el trigo cultivado en los alrededores.

“Polenta piamontesa: se pone a hervir en agua con sal, medio kilo de harina de maíz hasta que esté bien cocida. Se extiende sobre una fuente y cuando esté bien fría se corta en rebanadas. En una asadera se pone crema de leche, manteca y queso rallado, y las rebanadas de polenta. Se pone al horno con calor moderado hasta que dore”. Eso escribió alguna vez alguien que se llamó Estela. Es parte de una recopilación de recetas manuscritas que han hecho las Escuelas del Hogar de la zona y es una de las recetas que Federico y Melisa comparten en Pequeña Europa junto a una foto de la polenta piamontesa ya preparada.

Este proyecto supuso, dice Federico, primero un aprendizaje para ellos mismos y también un aprendizaje colectivo respecto a la cultura y a las tradiciones gastronómicas de la zona. “Hemos entendido y aprendido muchas cosas, desde por qué un queso tiene ‘ojos’ hasta cómo una familia se dedica a la quesería desde hace cuatro generaciones”, explica.

En el camino se han encontrado con varias recetas e historias que no conocían, incluso siendo de Valdense. Es que, en algunas ocasiones, las comidas y sus preparaciones son secretos de familia. Sin embargo, dice Federico, aunque a veces a las personas les cuesta entender qué es lo que hacen cuando van a visitarlos para conocer su historia, siempre terminan por contárselas. “En esta zona la gente es muy orgullosa de sus raíces y de su pasado”.

Algunas de esas recetas son, por ejemplo, el Rótolo. “Es bien piamontesa y consiste en una masa bien estirada a la que se le pone un relleno que es como de raviol - lleva pollo, verduras, crema de leche, queso, tomillo y otras hierbas-, se hace un rótolo, que es un rollo, se lo corta y eso se mete paradito en el horno”.

Otra: las Brislet o Bricelet, una especialidad dulce de Suiza que también se hace en el norte de Italia. En Nueva Helvecia las hace Zaida, nieta de inmigrantes del cantón suizo de Berne, cuyo escudo tiene al frente de su casa, de acuerdo al posteo de Pequeña Europa. Lleva huevos, manteca, azúcar impalpable y harina pero para poder hacerlas hay que tener una plancha especial que le imprime a las galletas un diseño particular.

Pequeña Europa tiene cerca de 12 mil seguidores y mantiene vivas las tradiciones de una zona que celebra a sus antepasados.