Publicidad

Opinión | Sobre la mentira y la verdad

Compartir esta noticia
Washington Abdala

COLUMNA CABEZA DE TURCO

"Por estrategia, la verdad es la mejor ruta siempre y cuanto antes saber eso, mejor". Por Washington Abdala.

La leyenda cuenta que la mentira y la verdad se encontraron en algún río y empezaron a conversar. Se desconfiaban una a la otra. La mentira habló del calor del día, la verdad corroboró que eso era cierto. La mentira le hizo una invitación a la verdad para bañarse en el mismo río. Al principio, la verdad desconfió de la mentira, pero por un momento consideró que eso de bañarse juntas -en un día de tanto calor- no era mala cosa. Y así se introdujeron ambas en el agua dejando sus ropas afuera. En algún momento, la mentira salió del agua, se puso las ropas de la verdad y se escapó. La verdad también salió del agua y no se puso las ropas de la mentira. No podría nunca hacer eso. Algunas versiones del cuento muestran que la verdad, al andar desnuda, impactaba a las gentes que la veían tal cual era. Esa es la versión menos adulterada posible del cuento.

Empiezan las interpretaciones. La primera es que mucha gente mira lo externo, no avanza hacia lo interno de lo que observa y se queda con la mentira porque sabe engañar con ropas de la verdad. ¿No me van a decir que no les suena esto? ¿Cuánta gente hay que analiza poco y se come la pastilla de lo que apenas le muestran? Esto, agregado a los sesgos culturales, familiares o sociales hace de cada uno de nosotros seres muy algorotimizables. Un lío, pero hay que saberlo. Somos engañables fácilmente.

Otro punto de vista. Algunos, más piadosos, dicen que el disfraz de la mentira es buena cosa porque no se puede decir la verdad siempre porque duele. Mentiras piadosas. ¿Les suena esto también? Es muy habitual una actitud de mucha gente al negar confrontar pensamiento adversarial y remar en una especie de clandestinidad de pensamiento sectario para jamás discutir públicamente. Unos falsos de cabo a rabo. No digo andar jugando a ser Robespierre en cada esquina de la vida, pero tampoco esta pantomima de vinculación social anodina.

El que calla ante la mentira, el día que quiere levantar su verdad siempre llegará tarde.

Les doy otra interpretación del cuento, la mía, seguramente discutible (pueden venir de a uno si son tan amables). Para mí siempre la verdad es el mejor negocio: por valores y por estrategia. Por valores porque el creyente en alguna religión o el humano decente sin religión, sabe que al final el que miente dura poco y por algún lado el tercero escrutador -o involucrado- descubre la verdad. Hoy, en esta sociedad, no cabe una mentira porque te la cruzan con datos que revelan por dónde te vieron ayer a la tarde y tú no podrás sostener tu falsedad.

Además, por estrategia, la verdad es la mejor ruta siempre, y cuanto antes saber eso, mejor. Duele, pero nadie más que uno para que te den una mala noticia sobre ti mismo, o sobre alguien que amas. No está bueno que terceros sepan más de vos sobre lo que a vos te compete. Y si esta regla es válida para uno, (lógica Vazferreiriana) debería serlo para los demás.

Si esa es la regla del juego, lo hace más sano y con menos engaño. Se transforma entonces en un juego de atributos y no en un juego de descubrir lo escondido. Se va de lleno a la superación. ¿No es difícil de entender esto, verdad?

Por estos tiempos donde la mentira se viste de verdad, está lleno de jugadores que saben hacer movidas habilidosas, de prestidigitadores que marean a la tribuna con moñitas y quiebres de cintura y está plagado el escenario de covers que se parecen a las canciones de verdad, pero no, son mentira. Brutales mentiras.

Así que a procurar estar lúcidos, con la cabeza abierta, prestando mucha atención al narrador de turno, utilizando el método socrático y preguntando y repreguntando para conocer la verdad. Es más, se debe conocer la verdad para hacer lo que hay que hacer y no errarle en esta vida. Y este punto de vista vale para tantas cosas que el lector lúcido sabrá aplicarlo a lo que entienda pertinente. Eso queda a gusto del ciudadano.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Washington Abdala

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad