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Opinión | Hoy que estamos votando...

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Washington Abdala. Foto: Archivo El País
Nota a Washington Abdala, abogado, politico, profesor y escritor uruguayo perteneciente al Partido Colorado, en su domicilio de Montevideo, ND 20171110, foto Marcelo Bonjour - Archivo El Pais
Marcelo Bonjour/Archivo El Pais

CABEZA DE TURCO

"Somos sanos, transparentes y sólidamente institucionales". Por: Washington Abdala.

Ciclo terminado. Hoy a la noche todos habrán definido lo que en lo humano había para elegir. Listo, se terminó la movida electoral y en lo municipal arrancan nuevos ciclos. Muchos, son viejos conocidos, otros se inauguran en la lid. No es moco de pavo alcanzar la titularidad de cualquier intendencia, ahora la transparencia hace que todos sepamos todo de todos y aquel “poder local” tan fuerte, existe, pero está contenido por la mirada ciudadana y los órganos de contralor departamental.

Lo sustancial es que se terminó la militancia política partidaria con fines electorales, ahora quedará la militancia por las ideas del país, por los proyectos totales y por el futuro de todos. Ahora lo partidario deja su lugar a lo patriótico a secas. El bien común es lo que tenemos por delante. Punto.

Tengo la sensación que la pandemia nos agota y que la carrera electoral -tan atrasada- nos puso en una situación tensa a lo largo de la misma. Pandemia y carrera electoral municipal ha sido un combo complicado.

Fue inevitable que en los últimos momentos de la campaña electoral la pasión ganara espacio. Las campañas electorales siempre tienen momentos de energía explosiva que se deben transitar con hidalguía. No es fácil no derrapar, en fin, está la limitación constitucional y no voy a ser yo quien la quiebre en una jornada como la de hoy, así que no avanzo en este punto de vista.

Igual, ahora que todos estamos votando por estas horas, es hermoso el ejercicio, es aleccionador y es estimulante que un país tenga ese espacio de legitimación y legalización de su democracia de una manera tan sencilla y tan prolija. Acá nadie siente que el país se hunde con tal o cual intendencia de tal o cual partido, todos sabemos que la democracia es alternancia y esa es la esencia de la misma. Lejos del dramatismo entonces.

Los uruguayos votamos, listo, vamos a las urnas y elegimos lo que entendemos mejor para nosotros. Y eso que parece algo connatural a la democracia, en realidad, si miramos con atención, buena parte del planeta no ostenta esa forma civilizada de vivir. Muchos, lo sabemos, engañan, se hacen autoelegir eternamente, tienen métodos autoritarios para supervivir durante décadas y es tan obvia la estafa que montan que causa ofensa al sentido común cuando algunos salen a defender esos modelos obscenamente antidemocráticos. Sí, por todas partes hay de esos países y gente que se ríe de la democracia. Tampoco puedo profundizar mucho sobre esto, otra limitación constitucional.

Uruguay es un templo democrático en la región. Acá no tenemos lo que otros países han tenido y esto es un motivo de orgullo para los uruguayos. No es que seamos perfectos, nada que ver, pero somos sanos, transparentes y sólidamente institucionales. Uruguay no es un país corrupto, tuvo casos de corrupción, los seguirá teniendo, pero no son la esencia del sistema, y eso no es poca cosa en un mundo donde la corrupción campea por todos lados. Tuvimos que pasar dentro del sistema político las pesadillas que sucedieron, para saber que el antídoto contra la corrupción: somos todos, es la sociedad atenta y la sociedad civil activa. Son los partidos políticos acompañados y controlados por la gente, son los sindicatos abiertos de par en par y mostrando todo, es el Estado ilustrando en que gasta el dinero de la gente y es la sociedad civil que cuestiona lo que entiende que debe cuestionar. Y por cierto, vaya si será imprescindible este asunto: son los comunicadores y las comunicadoras que sostienen el sartén caliente y ponen a quien corresponda en el mismo. En fin, cada uno a sus puestos y a trabajar. Los uruguayos solo quieren eso y es a lo que tiene derecho. Ya se acabó la movida electoral, ahora solo nos queda la gestión y punto. Cualquier otra acción ya no corresponde más. Ahora si es hora de trabajar todos por todos. Si entendemos esa lógica seremos lo que nos merecemos.

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