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Olivia Colman, de un pueblo rural inglés a ser la reina

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Olivia Colman es Isabel II en dos temporadas de The Crown

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La actriz de The Crown está nominada al Oscar por su interpretación en la película El padre.

The Crown. Temporada tres. Capítulo tres: Aberfan. Viernes. Aberfan, Gales. Es el último día de clases en la escuela Pantglas y mientras un maestro toca la campana para que los niños entren al aula, en la Escombrera 7, construida sobre el pueblo, se cayó un tren en un pozo que tiene el tamaño de un cráter. Cuatro trabajadores advierten que nunca vieron algo así y entonces todo empieza a temblar. En la escuela, el maestro pasa la lista. Faltan cinco minutos para el acto de fin de año. Los trabajadores intentan advertir al supervisor que algo anda mal en la Escombrera 7 cuando el maestro está formando a los niños en una fila y siente el ruido de algo que se parece a una vibración. Mira por la ventana: una avalancha de barro, procedente de la escombrera, avanza descontrolada hacia la escuela. Dos segundos después, la oscuridad.

La tragedia de Aberfan, representada en ese capítulo de la serie de Netflix que recrea la vida de la familia real británica, ocurrió el 12 de octubre de 1966 y mató a 144 personas del pueblo, la mayoría niños de la escuela. El hecho es considerado uno de los mayores desastres mineros del Reino Unido. Es también, un momento que marcó la imagen pública y la vida de la reina Isabel II.

Como se muestra en el capítulo de The Crown —una de las series más prestigiosas de Netflix— la reina se negó a ir de inmediato al pueblo y en su lugar mandó al duque de Edimburgo. Ella decidió ir ocho días después de la tragedia. Es ese el momento exacto en el que el tercer capítulo de la tercera temporada de The Crown cobra sentido para este texto.

Hay que ver a Olivia Colman en la piel de la reina Isabel. Hay que ver la forma tan sublime como sutil en la que interpreta la visita de la monarca al pueblo galés. Hay que ver el primer plano de su cara la primera vez que toma contacto con lo que pasó en Aberfan: un rostro de piedra atravesado por la muerte y por el silencio que deja la muerte, un solo suspiro en el que pareciera caber todo el arrepentimiento, los ojos inyectados de algo que se parece a la desolación y a la desesperación y a la desesperanza pero que no es ni desolación ni desesperación ni desesperanza.

Olivia Colman en "The Crown". Foto: Difusión
Olivia Colman en "The Crown". Foto: Difusión

Hay que verla, a Olivia Colman, porque lo que hace en la tercera y cuarta temporada de esta serie es un trabajo descomunal, hipnótico y estremecedor.

Una actriz que no quiere brillos ni elegancia

En 2019 Olivia Colman ganó un Oscar como Mejor Actriz por su interpretación de la reina Ana de Gran Bretaña en la película La Favorita, dirigida por Yorgos Lanthimos. Olivia se subió al escenario y entre agradecimiento, emoción y chistes, dijo: “Esto es muy estresante. Tengo un Oscar, qué gracioso (…) A cualquier niña que esté practicando su discurso frente a la televisión ¡nunca se sabe! Cuando trabajaba como limpiadora, y me encantaba ese trabajo, pasaba mucho tiempo pensando en este momento”. Después, hizo un chiste, volvió a agradecer y bajó del escenario. Olivia Colman tenía entonces 45 años y era su primera nominación para los Oscar.

Olivia Colman. Foto: Reuters
Olivia Colman. Foto: Reuters

Este año también está nominada a los premios de la Academia por su trabajo en El padre, la película (desgarradora) que protagoniza junto a Anthony Hopkins.

Aunque lleva actuando desde los 16 años, antes de interpretar a la Reina Ana no eran demasiadas las personas que reparaban en su talento. O no, al menos, fuera de la industria inglesa, donde ha hecho teatro, televisión y cine.

Nació en 1974 en Norfolk, una zona rural de Inglaterra, en una casa humilde, hija de una enfermera y de un supervisor de obras. Ha dicho en algunas entrevistas que, hasta que empezó a actuar, no era buena para hacer nada más. Ahora, de hecho, con 47 años y una carrera que sigue en ascenso admite, en broma, que lo único que sabe hacer es eso: actuar.

El comienzo de su carrera fue en una obra de teatro del colegio. Cuando terminó sus estudios secundarios decidió estudiar magisterio en Cambridge, aunque pronto los abandonó para dedicarse a la actuación. Se quedó en Cambridge y, mientras daba sus primeros pasos en las tablas, trabajaba como limpiadora para poder mantenerse.

De los teatros empezaron a surgir sus primeros papeles en series inglesas. Primero fue Bruiser, en el año 2000. Así pasó una década dedicada sobre todo a personajes de comedia hasta que en 2011 llegó la película Redención que le valió los primeros reconocimientos de la crítica y los festivales de cine.

Ese mismo año interpretó a Carol Thatcher en la película La dama de hierro. Cuando Meryl Streep, que hacía de Margaret, ganó un premio BAFTA, dijo que Colman era una actriz “tocada por las manos de Dios”. Dos años después, la británica recogió dos BAFTA en la misma noche por sus trabajos televisivos Accused y Twenty Twelve, que celebró con su familia, tomando una taza de té. Esa fue la primera vez que la prensa la esperó en la puerta de su casa. Olivia ha dicho que disfruta mucho de su trabajo pero no de todo lo que lo rodea: no está en las redes, no le gustan los paparazzi, ni los lujos, ni los tacos, ni los brillos.

Después vinieron series como Broadchurch, que se transformó en un éxito en la televisión inglesa, El infiltrado, Flowers, Mr. Sloane, Fleabag, entre otros títulos hasta llegar a The Crown, uno de los retos más importantes de su carrera. En el medio del éxito, Olivia dice que sigue siendo igual: una actriz a la que le gusta actuar. Nada más.

Los desafíos de ser Isabel II

The Crown es la serie de Netflix que aborda la vida de la familia real británica. Aunque cada capítulo de las cuatro temporadas estrenadas hasta ahora aborda a los diferentes miembros de la familia, el centro es siempre la reina Isabel II.

En las primeras dos temporadas la encargada de interpretar a la reina es Claire Foy, pero en la tercera y la cuarta es Olivia la que se pone en los zapatos de Isabel.
Ha dicho que siempre termina por enamorarse de sus personajes y que adora a la reina.

Para ella ha sido uno de los mayores desafíos de su carrera. Entre otras cosas, dijo que captar y aprender la expresión de Isabel fue una de las cosas más difíciles. De hecho, para grabar algunas escenas, pedía que le pusieran unos auriculares con información meteorológica y de esa forma no escuchaba lo que le decían sus personajes para mantener la expresión de su rostro impoluta.

Cree que Isabel no ha visto la serie y nunca la verá y eso, dice, le genera un gran alivio. Una vez fue invitada a la casa real con su esposo y se llevó un trozo de papel higiénico de recuerdo.

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