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El nuevo arte de cocinar con muchos likes

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Cuentas de Instagram se han poblado de platos y recetas de lo más variado.

Tendencias

Estudios recientes advierten cómo las redes sociales están cambiando nuestros hábitos alimenticios, para bien y para mal.

En poco tiempo las redes sociales pasaron de ser el reino de las selfies a convertirse en el de las foodies. Subir imágenes de comidas se ha convertido en algo más que en una tendencia; ya no se trata solo de fotos y videos de apetitosos platos sino también de elaboradas recetas o acertados tips para una mejor presentación.

Lo cierto es que un estudio vino a confirmar lo que sospechábamos desde hace tiempo: las redes sociales influyen directamente en nuestros hábitos alimenticios. Y lo hacen para bien y para mal. Esas fueron las primeras conclusiones de una investigación desarrollada por la Universidad de Aston, Birmingham, acerca de esta “deliciosa” relación.

Y el obligado confinamiento no hizo más que exacerbar esta tendencia en los más de dos meses de pandemia. Casi no ha pasado día en que Instagram no contenga un puñado de fotos de alguien cocinando o de un plato recién servido. El fervor culinario ha alcanzado a las otras redes, ya que pueden observarse posteos similares en Facebook, en Twitter y en la más joven de todas, Tik Tok.

Lo cierto es que esta tendencia viene en crecimiento desde hace años, concretamente desde la proliferación de las redes. No en vano las empresas han desarrollado sus estrategias de marketing de manera específica para las redes. Y, por supuesto, entre los principales usuarios de estas se halla la extendida industria de la alimentación.

Pero las conclusiones de este estudio, y de otros similares e igualmente serios, llevan indefectiblemente a una mirada relativa: hay tanto de bueno como de malo en las redes. Todo depende de a quién sigas y en qué segmento de ese vasto mundo virtual te ubiques.

De hecho, los nutricionistas son también entusiastas usuarios de este vehículo y sus consejos pueden estar contribuyendo a afianzar buenos hábitos y prácticas.

Nutricionistas utilizan las redes, a su vez, para difundir buenos hábitos y consejos.
Nutricionistas utilizan las redes, a su vez, para difundir buenos hábitos y consejos.

FEEDBACK NUTRITIVO. Elizabeth Barcia es nutricionista y tiene una página web desde hace tiempo (tunutricionista.com.uy) donde comparte testimonios, información y recetas.

Barcia cree que existe una marcada influencia de las redes en los hábitos de los usuarios. “Es muy común que alguien cuando ve que alguien sube un plato determinado diga ‘qué rico, lo voy a hacer’”, comenta a Revista Domingo.

Desde su punto de vista esto ocurre como un proceso natural, propio de los medios tecnológicos.

“Creo que esto es lógico puesto que las redes son un espacio donde se comparte un estilo de vida y la alimentación tiene un rol socializador muy marcado”, razona Barcia.

En este sentido, la nutricionista sostiene que buena parte de las campañas de bien público se construyen sobre esta base. “Cuando en las redes nos exponemos a estilos de vida saludables también adquirimos hábitos saludables, hay muchos estudios en esta dirección”, señala.

Si bien no hay ninguna franja de público que pueda permanecer impermeable al entorno, físico o virtual, en algunos estratos la posibilidad de ser influidos es mayor. Esto ocurre, particularmente, entre los jóvenes.

“Hace poco leí un estudio hecho entre estudiantes de enseñanza media donde se afirmaba que entre aquellos que eran usuarios de redes donde se promovía el consumo de frutas y verduras había un quinto más de consumo de estos alimentos. En tanto que entre aquellos que promovían, por ejemplo, el consumo de bebidas azucaradas había un tercio más de consumidores de estas bebidas”, recuerda Elizabeth Barcia.

BUENAS Y MALAS. La nutricionista Lorena Balerio, cuyas colaboraciones suele publicar El País, tiene también su espacio en las redes. En Instagram (@lorebalerio.nutri) suele comunicarse con sus seguidores a través de recetas, consejos e información. A su juicio, el papel de las redes está teniendo un papel determinante entre los jóvenes, entre ellos los adolescentes, en particular.

“Por ejemplo, lo que se nota más en comunidad ahora es como un creciente aumento de vegetarianos, en los jóvenes, que, en realidad, responden mucho a actitudes grupales: ah bueno, varias amigas son vegetarianas, entonces empieza por ahí a correr la tendencia”, apunta.

Si bien el consumo de frutas y verduras es recomendable y en ello hay una convergencia de criterios médicos, en el extremo de estos influenciadores están los que promueven la dieta anoréxica. Los resultados pueden ser desastrosos y también estos malos influenciadores consiguen público juvenil. Sin embargo, estos son, afortunadamente, una minoría.

Lo cierto es que una de las claves de la comunicación vinculada a los hábitos alimenticios es la imagen. Lo visual adquiere especial relevancia.

En Pinterest el estudio halló más de 1.700 millones de recetas y tips.
En Pinterest el estudio halló más de 1.700 millones de recetas y tips.

“En las redes sociales está mucho el efecto de lo visual: por un lado, el famoso dicho de que la comida entra por los ojos en las redes sociales se aplica al cien por cien. Al estar todo el día con el teléfono, estás viendo cosas y también se usa como estrategia para vender por parte de las empresas de alimentos. Y también te marca una tendencia porque la gente consume más a raíz de lo que ve”, explica Lorena Balerio.

Durante el momento de mayor confinamiento muchos encontraron en la cocina de casa no solo un consuelo, sino un placer que o bien creían olvidado o que descubrían en ese momento. Lo cierto es que por esas circunstancias fortuitas más de uno se volcó a las artes culinarias con sus pocos o muchos conocimientos. Y allí las redes jugaron todo un papel. Pero también el entorno social, claro.

“El entorno de la persona también influye; si bien influye lo que la persona ve también está lo que está alrededor para definir el hábito, si va a ser saludable o no. Pero en las redes sociales al ser parte de uno, un integrante más de la mesa, te lleva también a que influya sobre ti”, reflexiona Lorena Balerio.

El uso de la imagen, entonces, pasó a tener un valor clave en la transmisión de hábitos de comida.

“Una de las aplicaciones que más aumentó es Tik Tok y entrás allí y hay pila de comida, ahí va desde un alimento saludable a un alimento que no lo es tanto, hacerte un postre para cenar, unos batidos, o el paso a paso con aplicaciones. Entrás a Instagram y tenés a cantidad de gente que sube fotos cocinando, fotos de plato final, fotos de una receta, porque actualmente estamos en una era muy visual, por eso el tema de los etiquetados frontales de alimentos”, señala Balerio.

EL ESTUDIO. La investigación más reciente, desarrollada por la Escuela de Ciencias de la Vida y la Salud de la Universidad de Aston (Brimingham) resultó, entonces, bastante reveladora. Los miles de fotos de alimentos que solemos ver en redes diariamente no son inocuas e inciden directamente sobre los hábitos.

La investigación reveló que entre los participantes del estudio que comieron más fruta y verduras si pensaban que las personas a las que siguen también se tomaban las cinco porciones recomendadas. Más concretamente en Facebook, se pudo apreciar que los usuarios consumían un tercio más de comida basura o bebidas azucaradas si creían que la gente a su alrededor lo hacía.

“El contexto que nos rodea en las redes sociales influye más de lo que pensamos a la hora de elegir cierta comida. Nos fijamos inconscientemente en el comportamiento de los demás a la hora de tomar decisiones", explica en una nota publicada por El País de Madrid Lily Hawkins, responsable del estudio, que se ha publicado en la revista científica Appetite.

“Así que si creemos que nuestros amigos están comiendo frutas y verduras es más probable que hagamos lo mismo. Y si creemos que están sanos comiendo comida basura, eso legitima que nosotros también lo hagamos”, explicó Hawkins.

Pero son los aspectos negativos de estas conclusiones lo que más preocuparon a los científicos.

“Teniendo en cuenta que los niños y los adolescentes pasan tanto tiempo interactuando con otros usuarios de redes sociales, los avances de este estudio pueden ayudar a diseñar intervenciones para ayudarles a adoptar hábitos de consumo saludables”, asegura Claire Farrow, directora del grupo Investigación Aplicada a la Salud de la Universidad de Aston.

Un buen tema de sobremesa, entonces, cómo las redes han modificado nuestra forma de disfrutar de la comida.

Dos estudios

Dos estudios abordaron la influencia de las redes y los hábitos alimenticios: el de la Universidad de Aston (R. Unido) y el de la Universidad de Pitsburgh (EE.UU.).

Según el relevamiento de Aston hay más de 1.700 millones de recetas subidas a Pinterest.

BuzzFeed Tasty es una de las secciones del medio estadounidense que más éxito tiene en las redes: su página de Facebook tiene más de 3,5 millones de seguidores y solo comparte videos de recetas.

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