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Mi hijo tiene una peladilla

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EN CONSULTA

Que una zona del cuero cabelludo de un niño quede sin pelo en forma rápida es lo que se conoce popularmente como "peladilla". El nombre médico de esta afección es "alopecia areata", que precisamente refleja que existe una caída del cabello en un área muy bien delimitada.

DR. PABLO PERA PIROTTO

Más allá de que puede afectar a personas de cualquier edad, se observa con frecuencia en niños y jóvenes. De acuerdo a diversas estadísticas se estima que el 60% de los casos se produce antes de cumplir los 20 años de edad.

Si bien hay una predisposición genética a desarrollarla , la alopecia areata suele desencadenarse por un episodio importante de estrés vivido por el niño. Por ejemplo la mudanza de la familia, un cambio de centro de estudios, la separación de los padres o la muerte de algún familiar.

Se trata de una alteración autoinmune, es decir, que son las propias defensas del organismo las que actúan afectando al folículo piloso. Es por eso que al detectarla, siempre es conveniente descartar otras patologías de similar mecanismo etiológico, que pueden acompañar a la alopecia areata. Por ejemplo, los trastornos de la glándula tiroides ,o el vitíligo.

Si bien el cuadro suele ser claro, es conveniente que un especialista descarte otros diagnósticos diferenciales que pueden hacer caer el pelo, entre ellos las infecciones bacterianas o ciertos hongos que afectan al folículo piloso.

A diferencia de la alopecia areata, éstas presentan alteraciones a nivel de la piel, con descamación y exudado. También existe lo que se conoce como tricotilomanía, en la que el niño se arranca su propio cabello por tracción.

En cuanto al tratamiento para la "peladilla", hay una amplia gama de cremas y lociones que se pueden aplicar directamente sobre la zona afectada buscando siempre detener el proceso, y luego estimular el crecimiento del pelo. Generalmente se indica el uso de corticoides de distintas potencias, de acuerdo a la extensión y actividad de las lesiones, así como la edad y el terreno del paciente.

En los casos más resistentes, el dermatólogo en conjunto con el pediatra puede decidir la administración de cortisona por vía oral por un período limitado de tiempo o incluso llegar a administrar fármacos potentes como la ciclosporina.

La utilización de radiaciones ultravioletas controladas es otra de las opciones terapéuticas, pero siempre el apoyo psicológico es fundamental para identificar la posible causa desencadenante y ayudar a que el niño pueda sobrellevar de la mejor manera posible la evolución de esta patología. Normalmente se logra repoblar totalmente la o las áreas afectadas, pero hay que tener en cuenta que esto puede llevar varias semanas, o incluso meses.

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